Capítulo 24.- Siempre Sera Él

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Las cosas no podían estar mejor entre ella y yo, la relación que llevo a lado de esa mujer es sumamente única en todos los aspectos si, por fin puedo decir que encontré a la mujer que hace de mis días más alegres con la sola necesidad de verla sonreír y escucharla hablar...

Camino con ella en mi espalda mientras me abraza con fuerza y firmeza, mis manos en sus glúteos detienen que la mujer caiga de sentón en la nieve. Después de pasar ese momento a su lado diciéndole lo mucho que me importa y lo mucho que estoy agradecido por su confianza, por su compañía...

─ ¿Peso? ─ pregunta con voz suave, delicada, su aliento choca contra mi mejilla, solo sonrío y niego con lentitud.

─Eres ligera Robinsón.

─Eso oh... ¿Te ayuda el ejercicio que haces?

─Dudo que sea eso, de verdad amor, eres ligera, podría cargarte por horas.

Ella suelta una ligera risa mientras cubre su rostro con parte de mi hombro y cuello. Río al sentir su respiración de esa manera en mi cuello, ella lo nota y vuelve a hacer lo mismo con más rapidez y agilidad.

─ ¡No hagas eso! ─ le grito entre risas, ella se limita a jalar mi cabello de forma divertida.

Comienzo a subir ese porche mientras ella sigue tratando de hacerme cosquillas, al entrar a aquella cabaña Blake y Janet nos miran con una sonrisa. Mi hermana tiene una manta cubriéndola casi por completo, Blake solo luce un abrigo mientras está sentado frente a mi hermana.

─ ¿No te cansas al cargar a una vaquita como Robinsón? ─ ríe Blake mirándome, tan solo río por los bajos sintiendo un golpe en mi cabeza por parte de Amy.

─Para tu información Blake no pesó, él lo ha dicho ─ respondió feliz ─ y me dices vaca cuando tu tan solo te has limitado a comer y beber chocolate caliente ¿quién es la vaca ahora?

El chico levanto su dedo medio hacia ella, Robinsón hizo exactamente lo mismo, comencé a caminar nuevamente mientras que ella seguía discutiendo con Blake.

─Viejo no te olvides de bajar, Taylor está esperándote junto con Paul para divertirnos un rato.

─Bajare en seguida, solo, dejaré a este oso perezoso arriba y estaré abajo en diez minutos.

Él asintió mientras que yo ahora me sujetaba de las barandillas de las escaleras, Robinsón no deja de llevar su cuerpo hacía atrás haciendo que pierda el equilibrio, esta mujer está loca para querer terminar con ambas vidas de la peor manera. Al llegar arriba a la habitación en donde ella se quedaría abrí la puerta entrando por completo la volví a cerrar detrás nuestro, no hay electricidad por lo que lo único que alumbra un poco es aquella pequeña chimenea que se encuentra en la habitación, la llama esta alta, el lugar es acogedor. Al estar cercas de la cama ella se suelta y cae de sentón en esta.

Me giro a encararla y ya se encuentra tomando una almohada de color blanca, es esponjosa y se ve muy cómoda.

─A dormir ─ le digo mientras beso su frente, ella asiente y comienza a deshacer aquella cama para adentrarse bajo las cobijas y mirarme fijamente.

─ ¿Puedes quedarte?... S-solo unos minutos...

Suspiro y asiento, ha comenzado a moverse un poco más dejándome un gran espacio a su lado. Me recuesto a su lado sintiendo como ha posado su cabeza en mi pecho y su brazo alrededor de mí, paso mi brazo por su espalda para abrazarla y besarle con delicadeza su frente. Un suspiro escapa de sus labios, ha subido la mirada encontrándose con la mía.

La Nerd  |[Libro #2]|Where stories live. Discover now