Si tomaran la velocidad con la el famoso maratonista Usain Bolt que corrió por tanto tiempo, y la comparaban con la velocidad que Lauren había corrido hace unos minutos, Jauregui sería ganadora indiscutida de una carrera. Había ido a despejar su mente y a hacer "sondeo de mercado" en los centros comerciales de Nueva York, pero la llamada de su hermana la sorprendió a tal punto que abandonó de golpe las conversaciones con un dueño de una tienda. ¡Camila había despertado! No le habían dicho en qué condiciones y tampoco iba a tener cabeza para prestar atención a ellas, su único objetivo era llegar a la clínica, pero como estaba eufórica, no pensó que sería más útil pedir un taxi, no, llegó literalmente corriendo.
Alguien que obviamente no quiso resguardar la información, había subido parte de ella a internet, era esperable que estuviera atestado de periodistas clamado una respuesta. ¿Consecuencias neurológicas? ¿Perdida de memoria? ¿Tuvo algún tipo de derrame? A Jauregui la ingresaron por una entrada privada, de esa forma pudo llegar al tercer piso de la unidad donde Camila descansaba. Todas las esperanzas de verla de inmediato se fueron a la basura cuando una enfermera le prohibió la entrada con la excusa de que el equipo médico estaba evaluando a la paciente.
Lauren: No les doy más de diez minutos, sino entraré igual.
XX: Señorita Jauregui, es necesario hacerle evaluaciones y preguntas de rigor para saber qué le pasa a la señorita Cabello, usted no interrumpirá nada si no quiere que llame a seguridad para sacarla de acá.
Lauren: ¡Usted no entiende nada!
Alejandro: Lauren, –puso una mano en su hombro. ¡La pobre temblaba entera!- no interrumpamos por favor, por el bien de nuestra Camila, no hagamos algo estúpido.
Neurólogos estaban frente a la cama de la morena tratando de saber que le pasaba, haciendo comentarios, pedirían exámenes necesarios para evaluar su cerebro, porque no sólo sufrió fractura de costillas, seguramente se había dado un golpe en la cabeza que pudo afectar algún área cerebral y sólo ahora lo podían saber.
Media hora después, cinco hombres y una mujer de mediana de edad, salieron de la sala acompañados de enfermeras y algunos paramédicos que escucharon la conversación. Los padres de Camila fueron de inmediato con los médicos, pero Lauren se apartó y entró a la habitación sin pedir permiso.
Lo primero que vio fue a la morena mirar hacia el techo respirando sin la mascarilla de ventilador mecánico, ahora sólo estaba con una naricera que le administraba un poco de oxígeno. Los ruidos, las conversaciones, todo lo demás desapareció cuando ella desvió la mirada hacia Lauren. ¿Respirar? ¿Qué era eso? Se olvidó de todo en el momento en que Camila decidió observarla, quería llorar, pero no tenía claro si era por miedo o alegría. ¿La reconocía? ¿Qué estaba pensando? ¿La odiaba?
Lauren: Camila. –Su susurró sonó muy triste, porque no había ese brillo característico en sus ojos. ¡Mierda!- ¿Sabes quién soy yo? ¿Lo sabes? –Pero ella no hablaba, sus ojos marrones la miraban de pies a cabeza sin entender- ¿Puedes hablar? Camila si no sabes quién soy yo al menos dilo, te juro que... que empezaremos de nuevo. –Sus propios ojos verdes estaban llenos de lágrimas, el mundo se le estaba viniendo abajo con la negativa de la morena en no dar una respuesta, lo que significaba una consecuencia neurológica, ella no sabía quién era- Yo...
Camila: Eres la mujer que amo. –Susurró de repente, produciendo un quiebre total en la ojiverde. ¡¿Qué había dicho?! Al ver su desconcierto volvió a repetirlo- La mujer que amo, Lauren Jauregui. –Avergonzada bajó la cabeza, pero la alzó de inmediato al escuchar los sollozos de la Reina del Universo, que estaba con el rostro contra la cama mientras sostenía sus manos desesperadamente.

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Cinderella {Adaptación Camren}
FanfictionUna chica rodeada de lujos necesita que la atiendan. Necesita ser tratada como una flor y una reina. Así criaron toda su vida a Camila Cabello. Tenía un atractivo y excelente novio y a diferencia de muchos, ella tenía su futuro asegurado desde antes...