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Salud Mental

Andabas con prisas por el pasillo, buscando el laboratorio, revisaste una vez más los informes que tenías en tus manos.

Suspiraste desabotonándote el primer botón de tu bata blanca, y entonces entraste al laboratorio. Estaba bastante oscuro, andaste a tientas, buscando en la pared con la mano el interruptor de la luz.

Cuando la prendiste, parpadeaste varías veces, y entonces divisaste al científico sentado en su escritorio redactando apresuradamente y sin distraerse ni por tu presencia, sus informes.

Te acercaste lentamente, y solo cuando te detuviste delante de él, levantó el rostro.

- Vaya, puntual como siempre - murmuró con una media sonrisa.

Asentiste, y le tendiste los informes. Los tomó, y los dejó encima de su mesa. Seguidamente se levantó y andó, hasta pararse delante de ti. Le observaste curiosa, reconociendo esa inteligencia y brillantez en sus ojos, tras sus lentes.

- ¿Sucede algo? - preguntaste. Él no dijo nada y siguió observándote. Sin previo aviso, llevó su mano hacia tu barbilla, alzándola levemente con delicadeza.

- No me gusta lo que veo - murmuró entonces. Diste un respingo sorprendida. ¿Qué significaba eso?

Entonces tocó con sus delgados dedos las sobras de debajo de tus ojos.

- No estás durmiendo lo suficiente, y negligentas tu salud. - empezó a hablar, diagnosticando tu estado. - ¿Cuándo fue la última vez que dormiste sobre un lecho decente? - preguntó.

No supiste que contestar. Era cierto que habías estado muy ocupada últimamente, y no querías fallarle, así que...

- Siento causar estas molestias - murmuraste bajando el rostro. Intentaste alejarte de él, y reemprender tu rutina de trabajo, pero te agarró de la muñeca, girándote lentamente.

- No eres ninguna molestia, y no te preocupes por el trabajo. Tienes el día libre - murmuró, y antes que pudieras decir nada más volvió a sentarse en su escritorio.

Te acercaste a este.

- Pero no puedo abandonar mi puesto, hay mucho que hacer...¡Y-yo...! - empezaste a hablar atropelladamente. Él levantó los ojos de su papeleo y sonrió levemente.

- Es una orden, (T/N). Siéntate a mi lado, y descansa un poco - murmuró dirigiendo una rápida mirada a un sillón que había a pocos metros de su mesa.

Sin saber que hacer, obedeciste, y te sentaste quietamente en ese cómodo sillón. Verde sonrió complacido.

- ¿Tanto te cuesta ser obediente? - te preguntó con una sonrisa perversa en los labios. Por alguna razón te sonrojaste levemente. Bajaste la cabeza intentando ocultar tu sonrojo, de nuevo alzó tu barbilla, para que le miraras directamente a los ojos.

- Eres linda, cuando te preocupas por mi - dijo entonces con una sonrisa, leyendo tus pensamientos e intenciones. Y entonces acortó la escasa distancia que os separaba.

Te apartaste de él apresuradamente, y te sentaste lo más lejos de él, mientras tu rostro se volvía rojo. Él volvió su vista al trabajo, con una ancha sonrisa, y te dejó estupefacta, en ese cómodo sillón.

Como adoraba atormentar tu salud mental.

C. Nightray
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Parte 5/5

Y con este One-Shot del Arcobalero del Rayo, Verde se termina el Especial Arcobalero.

One-Shot's Katekyo Hitman Reborn!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora