Capítulo 23

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Cuando la noticia llegó, el silencio más rígido cayó sobre la sala. No podía creerlo, no quería que las palabras de Castor, al otro lado de la llamada, fuesen ciertas. Siete días habían pasado como una mala película de misterio, siete días... en los que cada hora suponía un nuevo nivel de esperanza; 170 horas en las que Ashe había conseguido pasar desapercibida y en un instante, todo aquello se vino abajo.

Adam había estado organizando un grupo para ir en busca de Jane, cuyo paradero seguía siendo un misterio, cuando llegó la llamada. Él y cinco horbies más estaban sentados alrededor de aquella mesa ovalada, planeando lo que seguramente terminaría en fracaso.

Mike por su parte, se había ofrecido voluntario para ayudarles con el radio de búsqueda. Cuando mi móvil comenzó a sonar, al ver que se trataba de Castor, decidí poner el manos libres.

Castor, que había sido enviado como observador, hizo su trabajo con cabeza.

–Hollow no llegó a entrar en nuestro territorio –Comenzó– Cuando la encontré estaba huyendo de dos sicarios de Ophelia; en medio de la persecución apareció un tercero que consiguió atraparla.

Procesé sus palabras con detenimiento, imaginando el suceso y maldiciendo la posición en la que me ponía. Ophelia solía dejarme llevar a cabo mi trabajo sin mayor oposición, ya que a ninguno de nosotros nos convenía que algún salvaje comenzase una guerra contra los humanos en nuestro nombre, por lo que no me encontraba en situaciones como aquella a menudo.

¿Cuánto valía la vida de un horby por encima de la de un humano? Sin embargo, Ashe era un caso especial, de eso no cabía duda... la verdadera pregunta, la que me atormentaba desde el comienzo de toda aquella locura, era la siguiente.

¿Merecía la pena? ¿Merecía la pena perturbar la paz? ¿Merecía la pena sacrificar a Jassy y a su hija?

–Los he seguido hasta una nave abandonada en el Distrito Industrial...

– ¿Ella está bien? –Le interrumpí. Todas las dudas que me atenazaban por dentro eran unas que no podía responder... no porque no pudiese pensar en respuestas, que podía, sino porque mis respuestas eran para mí y no para los que estaban bajo mi cargo. Mis pensamientos estaban teñidos por subjetividad, por las cosas que yo quería, por egoísmo.

Castor hizo una larga pausa, dejando la habitación estática. El móvil estaba bocabajo en el centro de la mesa; Mike, Adam y el resto de horbies contuvieron el aliento. Ninguno de ellos compartía mi perspectiva... mis memorias de aquella chica, pero entendían la gravedad del suceso. Todos los que estábamos en aquella sala habíamos vivido lo suficiente como para desarrollar cierto respeto, adoración incluso, hacia el Clan Hollow y también habíamos vivido para presenciar su caída.

–Le dieron una paliza la segunda vez que intentó escapar –Informó el hombre– Estuvo inconsciente el resto del camino.

–Envíame la dirección, estaré allí en media hora –Alargué el brazo hasta el móvil, colgué y me levanté, arrastrando la silla hacia atrás. Adam me imitó siguiéndome hacia la puerta.

– ¿A dónde vas? –Se apresuró, preguntando lo obvio.

–A verla –Le respondí, ignorando la exigencia en su voz. Él jamás comprendería mi razonamiento en aquellos momentos. Desde que tenía memoria Adam había estado allí, siempre con un propósito y a diferencia de mí, siempre había tenido a alguien que le daba color a su vida.

– ¿Para qué? –Insistió– ¿Crees que Ophelia va a dejar que te la lleves?

–Encuentra a mi hermana –Dije, ignorándole a él y a su sarcasmo forzado.

HorbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora