La única verdad.

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- No podré soportar que me vuelvas a hacer daño, me destrozarás por completo. - Mi mano se movió automáticamente hasta rozar su mejilla, desesperada buscando su cariño.

- No lo haré, no volveré a alejarte de mí nunca más. - Abrió los brazos y yo enterré la cara en su cuello. Gavin me estrechó con fuerza durante unos segundos y después me dio un beso en la frente. No debería de ser así, me hizo mucho daño y como si nada lo había perdonado, pero no podía olvidar lo que había pasado. Me sentía débil e impotente por no haber sido todo lo fuerte que quería ser, pero no podía evitarlo, esto era lo que sentía. Quería estar con él, sin importar lo que pasara y esa era la única verdad.

- Pareces cansada. - Me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y acarició con cuidado mi mejilla.

- Necesito dormir. - Había sido una semana muy dura y parecía que ahora podía descansar tranquila de nuevo.

- ¿Puedo quedarme? - Me preguntó poniendo ojitos de cachorrito.

Asentí con la cabeza y observé como se acostaba en mi cama. Me tumbé sobre su pecho y dejé que me rodearse con sus brazos. Todavía tenía la sensación de que en cualquier momento volvería a marcharse.

Dormí durante el resto del día porque cuando me desperté, había anochecido.
Gavin estuvo junto a mí todo el tiempo, en ningún momento dejó de abrazarme.

- Voy a darme una ducha. - Susurré mientras me separaba de él y me levantaba de la cama. Gavin también se había quedado dormido.

Cogí la ropa de recambio, un par de toallas y me preparé el baño. Después de ducharme, volví a mi habitación. Gavin estaba jugueteando con Sumo sobre la alfombra.

Me puse el pijama y me senté junto a Gavin, Sumo se acercó a mí para que le acariciase.

- ¿ Te apetece que vayamos a cenar juntos? Bueno, si lo prefieres podemos pedir que nos traigan la comida.

- ¿Podemos cenar en tu casa? No me apetece salir por ahí ahora mismo y mi padre no tardará en llegar.

- Claro, como quieras. Iremos a mi casa.

Le escribí un mensaje a mi padre y le dije que me quedaba con Jerry a dormir, no le hizo mucha gracia, pero menos gracia le haría saber que estaría con Gavin.

Cuando llegamos a su casa y me senté encima de su cama, me acordé de aquella mujer, ya que si estaban juntos, lo más probable es que ella también hubiese estado en esta cama.
Así que me levanté rápidamente y volví junto a Gavin, quien todavía estaba cerrando la puerta principal.

- ¿Quien era esa mujer? ¿Estás con ella o qué es lo que hay entre vosotros?

Gavin me miró avergonzado y se sentó en el sofá, haciendo ademán con la mano para que me sentase a su lado.

- Le gusto y no te voy a mentir, la usé para intentar olvidarme de ti, pero no hay nada más entre nosotros. A la única que quiero es a ti.

Sonreí ligeramente al escuchar aquello y me mordí el labio tratando de ocultar la sonrisa. Tengo que admitirlo, no debió hacer eso, estuvo muy mal por su parte, pero ahora teníamos la oportunidad de hacer las cosas bien.

Fuimos a la habitación ya que Gavin tenía que ponerse el pijama y Jerry me llamó para ver que tal estaba.

- Estoy bien, estoy con Gavin. Ya te contaré. - Me limité a decir.

- Sí necesitas cualquier cosa sabes que me tienes para lo que necesites. - Contestó con amabilidad. Algo que me gustaba mucho sobre Jerry es que no me juzgaba, trataba de entenderme y siempre me apoyaba.

- Lo sé, muchas gracias y ya sabes que también me tienes para lo que necesites. Adiós, Jerry.

Gavin me miraba confundido desde la otra punta de la habitación, era como si quisiera decirme algo pero le diese vergüenza.

- ¿Era Jerry? - Preguntó finalmente.

- Sí. - Confirmé calmada.

- Y... ¿Hay algo entre vosotros o solo sois amigos?... ¿Te gusta?

- Solo somos amigos y no, no me gusta. Supongo que ha quedado bastante claro que el único que me gusta eres tú. - Gavin sonrió emocionado. Volvimos al salón y encendimos la televisión, estaban echando una pelicula de terror.

- ¿Pedimos pizza?

- Ya sabes cual es mi favorita. - Le guiñé un ojo y él, sin dejar de sonreír, me dio un beso en la mejilla. Todo era demasiado raro. Era genial volver a estar con Gavin, pero sentía que nada volvería a ser como antes, no terminaba de confiar en él.

Detective Reed. Where stories live. Discover now