The Fucking Queen

Noches y Visitas

Estoy totalmente agotada. En todos los sentidos.

Tomo el colgante que descansa en mi cuello. Le doy vueltas entre mis dedos. Oigo las gotas bajar y golpear contra el costado de la cabaña.

Ya han pasado dos semanas desde que llegué. Mi condición y fuerza han aumentado considerablemente. Muchos me respetan otros que me ignoran como yo a ellos, aunque hay unos cuantos que siguen siendo estúpidos.

No quiero dormir. Son las doce. No he dormido en dos días. Siempre es lo mismo. Una y otra vez.

Un hombre vestido de negro.

Aprendí a no llorar ni llamar la atención por la noche. Cuando aparecen las pesadillas. Ya nadie viene a ayudarme, y es mejor así. No puedo depender de alguien cuando soy el mayor blanco de toda la escuela.

Porque, sí, me convertí en alguien fuerte y muy envidiada. Soy la primera en todo.

Los chicos han sido lindos. En especial Liam, es muy agradable y cariñoso conmigo. Pero sigo sin confiar. Parker ha sido lindo aveces, otras solo es un machista.

—Dureme. —Sale una voz de la nada a mis espaldas. No me espanto, solo me doy la vuelta.

—Qué te importa, Parker. Duerme y ya. —Me vuelvo a dar la vuelta.

—Robbie, no haz dormido en dos días...

—¿Los cuentas?

—Eres parte de mi equipo. —Se excusa. —Me preocupo por ti.

—Te preocupas por los puntajes.—Lo corrijo.—Estamos en primer lugar, no he fallado.

—¿Son las pesadillas?

—No te metas en lo que no te incumbe. —Le tajo.

—Me incumbe porque eres mi equipo.

—Mierda, no quiero esto ahora. No he fallado en nada, somos el más alto puntaje en todos los juegos. —Suelto el último comentario con más veneno que nada. —Ya no te metas en esto.

—Robbie, porfavor. ¿Estás bien? Necesitas descansar.

—Yo siempre estoy bien. —Digo entre dientes.

No dice nada, deduzco que ya se fue. Ultimamente estoy enojada e irritada. Todos se meten donde no les llaman y creen que pueden opinar.

Siento el colchón hundirse ante el peso de alguien más. Me doy la vuelta en un abrir de ojos. Tan rápido... Que me caigo de la cama.

La risilla de Parker se hace escuchar. Maldito.

Vuelvo a subir como puedo por el borde. El muy estupido está ahí en un costado esperando que me acueste a su lado.

—Ni de broma. —Digo. —No.

Me dispongo a bajar a su cama. Pero su mano agarra mi brazo antes de que pueda huir.

—Anda, no te voy a morder. —Su tono lindo que solo sale por las noches se hace presente. —No haré nada. A menos que tu quieras.

Levanta las cejas de manera pícara. Suelto una sonrisa. Me vuelvo para acostarme. Me acomodo en el otro lado. Pasa su brazo por mi cuello y el otro por mi cintura. Me doy la vuelta para que él quede a mis espaldas. Me abraza y tensa sus brazos.

Me quedo dormida en cuestión de segundos. No logro ver si Parker se duerme o se va. Pero en la mañana ahí esta. En su litera. Y Liam está a mis espaldas. Abrazandome.

¿Fue Liam anoche?

Me levanto un poco. Liam está muy cerca de mi, pero no me incomoda. Me agrada.