Maldita sea.
Estoy esperando afuera de la oficina del director. Mi madre está adentro hablando con el viejo amargado. ¿Porqué se preguntarán? Muy sencillo.
—Señorita Mills, puede pasar.
Me levanto del incomodo asiento y me adentro en el pequeño cubículo de madera donde mi madre está sentada al frente del calvo director.
—Señorita Mills, ¿podríamos oir su parte de la historia?
—Por su puesto, mi calvo director.
—June.
El director gruñe, pero que se joda, quién lo manda a estar calvo. Aparte yo ya estoy jodida, que más puede pasar.
—¿Qué? —Me defiendo. —No he dicho una mentira, o es que acaso tu le ves pelo en la cabeza. Si hasta tiene un poema, ¿te lo recito?
—¿Un poema? —pregunta mamá esperanzada en que me interese por las artes.
—Si, dice así: —carraspeo para aclarar la garganta y me preparo para dramatizarlo con gestos de mis manos — "Brilla la luna, brilla el sol; brilla la calva del director."
—June. — me regaña mi progenitora de nuevo.
—No se preocupe, señora Mills, ya me he acostumbrado a lidiar con este tipo de chicos. —Su tono es tenso, solo quiere impresionar a mi mamá. Qué asco. — Además, usted no tiene la culpa de que su hija haya salido con tal comportamiento.
Mala elección de palabras para una ofensa, viejo.
—¿Disculpa?—Se vuelve mi madre al director.—Ese comportamiento, pero no de mi hija, no es apropiado para un director de escuela. Usted no debe ofender a sus alumnos. Mucho menos a los padres.
—Lo siento, señora Mills, no recuerdo haberla ofendido a usted.
—Pero sí a mi hija, una estudiante de esta institución. Solo le preocupan los padres, ¿no es así?
Uy, mamá comienza a cabrearse. Solo me hundo en el asiento.
—Claro que no, señora Mills. En este lugar nos preocupamos tanto por los padres como por los alumnos.
Parece nervioso. Casi puedo compadecer al viejo, casi. Esta mujer es una bomba, si cortas el cable equivocado, te explota en la cara.
—¿Sabe algo?—se levanta de su asiento y me toma de la mano para que la imite.—Esta es una institución corrupta, me avergüenza que mi hija haya sido participe. Nosotras nos vamos.
—No, no, señora Mills.— está desesperado.— No se vayan, le daré una beca a su hija y...
—Te ves deplorable rogando, viejo.—Le ofendo, a lo que mamá se une.
—Es humillante que usted crea que puede hacer caer a una mujer, viuda por si fuera poco, a sus brazos con una beca y cuidados especiales para su hija. Es humillante.
—Usted es humillante.— se defiende el hombre. Mala idea.
—¿Como dice?
—Usted, sabiendo que me tiene a su merced, que yo haría lo que fuera por una noche con usted, lo hecha todo por la borda solo para hacerse una perra difícil.—Se levanta de su silla.— Sabiendo que con un solo toque de su parte dejaría entrar a su hija gratis y le perdonaría cada estupidez que haga. Usted sabe que yo puedo hacer que se sienta bien, mejor que bien, y, sobre todo, hacerla olvidar a su muerto esposo que era todo un borracho...
Y ¡Paz! El cachetadón aparece en la mejilla del viejo.
Salimos de la oficina del pervertido director. Mi madre hechando humos. Está super cabreada.
—¿Mamá?
—Estoy bien, June.
Pero sé que no lo está. La abrazo y dejo que llore un poco, es muy sensible con el tema de mi padre.
—Tranquila, todo está bien. Ese viejo amargado...
— No, June. No hables mal de nadie.
Me toma de la mano de nuevo y me guía al auto. Entramos y arranca el motor.
—No creas que te vas a escapar. Me dirás lo que pasó con esa chica, Meghan.
—Te diré que es una zorra rabiosa.
—June.
—Lo siento, pero es verdad. —suspiro rendida. —Lo que pasó es que en clase de arte esa arroz...
—June...
—Bien, Meghan. Ella tomó unas tijeras e iba a cortar mi cabello.
—Uy que malvada. —se que solo lo dice con sarcasmo. —Dejame adivinar: tu solo te defendiste.
—Exacto.
—Cortándole su cabello y su ropa, además de poner colorante en su shampoo y peste en su mochila.
—Así es.
—June, el director me ha dicho que necesitas un lugar especial.
—No me digas, te dijo que un manicomio estaría bien.
—Fuera de bromas, sí. Pero también recomendó un internado. Uno militar. Y tomé la decisión de llevarte. Ya estás inscrita.
—Mamá. —lloriqueo.
—Lo siento, pero es la quinta escuela que dejas. En este año.
Vas a ir y punto.El resto del viaje es en silencio. Solo planeo la manera de no ir. Porque no creo que vaya a ser la típica historia donde la chica tímida encuentra al bad boy y se enamoran.
Eso no aplica, primero, porque no soy una linda chica tímida que se las aguanta de todas a todas. Oh, no. Si te metes conmigo, no esperes que me quede de brazos cruzados. No.
Yo soy The Fucking Queen.
Nadie va a salir vivo. O eres amigo o enemigo y si eres la segunda, despidete de todo.
Pensándolo bien, no creo que sea malo. Esto va a ser divertido.

YOU ARE READING
The Fucking Queen
Teen FictionJune, una chica problemática es enviada a un internado militar por su mal comportamiento. Lo que no tuvieron en cuenta es que ella no piensa seguir las reglas. Ella va a cambiar las reglas, porque es The Fucking Queen.