Los juegos del Hambre

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Es un buen día para morir.

Ya estoy muerta.

Listo.

—Revive, Robbie. —Me dice Troy a mi lado.

Estoy tirada en el suelo.

¿Donde más?

¿Te callas?

No

Gracias.

Como decía, estoy tirada en el piso. Respirando como cerda, la verdad estoy como una marrana. No sé cómo aguantan tanta cosa los malditos capullos.

Me levanto. No soporto las miradas burlonas de los otros. Eso es suficiente para que me levante como si nada.

—Bien. La novata se levanta sola. —Dice Tib. No estoy segura de si es burla o cariño. Decido tomarlo como un cariño militar.

Sigo corriendo. Puedo sentir algunas miradas perdidas en mi trasero. Putos. Llego a la meta y me vuelvo a tumbar ahora boca arriba. Regreso a la postura boca abajo, es mejor la mirada en el trasero que en... Otra parte más íntima.

—Tienes que levantarte, floja. —Me riñe Parker a mi lado. —Todavía quedan treinta vueltas para hacer.

—¡¿Qué?!

—Al menos ya llevas 270. —Alienta Liam a mi otro lado.

Me ofrece su mano y me incorporo para tomarla. Lo único con lo que topo es vacío. Levanto la mirada. Parker quitó la mano de Liam antes de que la tomara.

Mamón.

—Ella debe poder levantarse sola. No necesita ayuda, así que no se la des. —Ahora entiendo. Cabrón.

Me castiga por lo de esta mañana. Hijo de su madre.

Liam intenta sacarse del agarre de Parker y me vuelve a tender la mano. No le voy a dar el gusto. Me pongo de pie sola. Escondo todo el esfuerzo que eso me lleva. Cuando ya estoy arriba volteo a ver a Parker, desafiándolo. Se da la vuelta y camina a otra parte.

Respiro y termino las vueltas sin parar. Mi cabello chorrea sudor, en especial mi flequillo.

Tibs suena el silbato y nos indica que tenemos veinte minutos antes de juego por equipos.

Me siento en un tronco caido un poco lejos de la pista. Tomo mi botella de agua y trago un cuarto de la botella, aunque quiera más.

—No parece que seas nueva en esto del trabajo pesado. —Oigo una voz a mi lado. Thomas.

—No lo soy. —Respondo cortante.

—Oye, siento como hemos tenido que relacionarnos, de verdad. Quisiera que nos lleváramos mejor. —Lo miro de reojo y levanto una ceja. —Empecemos de nuevo. Hola, soy Thomas. —Me tiende su mano.

La estrecho con la mía.

—Robbin, pero puedes llamarme Robbie.

—Un nombre muy interesante.—Opina.

—Digo lo mismo.

—¿Thomas te suena raro?—Frunce el ceño de manera graciosa.

—Sip. —Asiento con la cabeza como niña pequeña.—Es el nombre más común de personaje principal en libros de ciencia ficción.—Suelta una risilla.

—¿Te gusta leer?—Pregunta.

—¿A qué loca persona no le gusta leer?

—Así que te consideras loca.

The Fucking Queen  Where stories live. Discover now