Salgo de la ducha, me visto y me preparo para ir a la escuela ¡Hoy me sentaré con Ivanna! No puedo estar más contento. Me afeité y me puse mi mejor perfume. Creo que así está bien. Jeans azules, camiseta negra y campera negra con letras blancas. Espero le guste mi atuendo.
Bajo las escaleras con estusiasmo y cuando entro a la cocina beso a mamá en la mejilla y luego a mi pequeña hermana.
— Ojala tuviera las mismas ganas de ir a la escuela que tu. — Me dice mi hermana.
Yo me río. No es el estudio, es ella. Solo ella.
— Es cierto, hoy estas animado. — Balbucea mamá con mirada pícara.
— Símplemente dormí bien.
Por supuesto que dormí bien, soñé con sus ojos negros toda la noche. Luego de terminar de desayunar, tomo mis llaves y me voy a la escuela. Cuando llego saludo a mis amigos y aunque estoy tratando de prestarles atención, no puedo. Estoy mirando para todos lados. Por si la veo.
El timbre de entrada suena. Yo entro al aula y me siento en el lugar de Ivanna. Alex se me acerca con cara perpleja.
— Ese es mi lugar. — Me dice con expresión sería.
Yo le sonrío ¿Acaso Ivanna no le avisó?
— No. Tu lugar está al lado de Martín.
Ella frunce el ceño.
— ¿De qué estas hablando?
— Ivanna prometió ayudarme con mi tarea y me dejó sentarme con ella, así que tu lugar por ahora es con él. — Le digo sin dejar de sonreír.
Abre la boca para decir algo y yo la fulmino con la mirada sin dejar de sonreir. Ella cierra la boca y por un momento creo que me tiene miedo. Lanza un bufido y se va para el fondo a sentarse con Martín. Así está mejor.
Ivanna entra al aula y clava su mirada en mi. Luego mira a donde está sentada su amiga mientras camina hacia mi. Se acomoda a mi lado y ambos nos sonreímos.
— Ey... tu amiga se enojó mucho conmigo porque me senté en su lugar. — Le digo riendo.
— Si, lo noté. — Me contesta con voz suave y tranquila.
Me devuelve una sonrisa coqueta y yo la miro fijo. Nos quedamos mirando un segundo. Amo su mirada y la forma en que me mira. Es como si todo lo que ocurrió entre nosotros quedara en el olvido y el miedo en sus ojos nunca existió. Tan hermosa. La profesora entra y nosotros recuperamos la compostura.
En lo que dura la clase Ivanna me ayuda a organizarme con las materias. Esto será mucho más fácil con ella a mi lado... en todos los sentidos. Me llama la atención que la hago reír y puedo notar que se siente cómoda conmigo. Yo estoy eufórico y desbordado de felicidad a un punto que me cuesta disimular.
Cuando el timbre del recreo suena ella se va con sus amigas y yo me reúno con los míos.
— Me vas a convertir en el padrino de tus hijos. — Espeta Martín con una sonrisa estúpida en el rostro.
Levanto una ceja.
— ¿Por qué?
— Te conseguí el número de Ivanna.
Abro los ojos como platos.
— No...me jodas.
Él asiente.
— Alex resulta bastante ingenua y se cree cualquier cosa que le digas. Fue fácil. — Saca del bolsillo un pedazo de papel blanco doblado.
Se lo quito de golpe. Lo abro y miro los números detenidamente. Los memorizo, repito los números una y otra vez hasta que mi cerebro los procesa. No dejo de mirar el papel hasta que se que puedo acordarme. Sin perder ni un segundo más, saco mi teléfono, agendo su número y luego rompo el papel.
— ¿Por qué lo rompes? — Pregunta Martín.
— No quiero que nadie lo vea. — Contesto.
Él se queda callado. Decido mandarle un mensaje a Ivanna.
Ivanna... Atte: Julián.
Presiono enviar. Seguramente le llegará como número desconocido. Esto es perfecto ahora si podré hablar con ella. Me volteo hacia Martín y veo que tiene una mirada extraña. Hay algo que no me está contando.
— ¿Qué tienes? — Le pregunto.
— Nada. — Contesta de inmediato.
Definitivamente, algo no me está contando.
— No entraremos a esa aula a menos que me digas lo que sabes.
Él entorna los ojos.
— Alex me contó algo. Sobre Ivanna.
— ¿Qué?
Me estoy comenzando a inquietar.
— Ella tiene un amigo.
Una punzada de angustia golpea mi pecho ¿Un amigo? ¿Qué clase de amigo? ¡¿Un novio?! Esto no puede estar pasando.
— ¿De que nivel es? — Intento sonar tranquilo.
— No viene a esta escuela. Es amigo de ella desde antes. Se llama Bruno. Alex me contó de él porque dice que le gusta y que están hablando o saliendo... pero a decir verdad no entendí bien lo que me quiso contar. Es todo lo que sé.
Me quedo congelado momentáneamente. El timbre de entrada suena y yo camino hacia la escuela. Martín me alcanza y camina a la par mía.
— ¿Crees que lo conoció en las vacaciones de invierno? — Me pregunto a mi mismo pero Martín me responde.
— Imposible. Sus amigas dijeron que se había ido al campo con sus abuelos. Este chico viene desde antes... desde mucho antes.
Me quedo mirando al piso, atontado.
— ¿No vas a hacer nada verdad?
Niego con la cabeza. No voy a hacer nada... aun. Martín entra primero que yo al aula. Yo saco mi teléfono y miro el mensaje de Whatsapp que le mandé. Esta marcado como visto y no me contestó nada. Me quedo parado en la puerta y la busco con la mirada. Esta sentada tecleando algo en su celular ¿Tiene tiempo para contestarle a alguien mas, pero a mí no? Camino hacia ella pero su amiga Alex se me adelanta y se sienta en mi lugar.
— ¿Podrías ser tan amable de dejarme pasar esta última hora con mi amiga? — Me pregunta Alex con una sonrisa falsa.
Levanto una ceja. Le sacaria los dientes de un puñetazo. Niego con la cabeza repetidas veces.
— Oh, vamos, tú la tuviste todo el día. — Me dice riendo.
No. No la tuve lo suficiente. Miro a Ivanna esperando que intervenga y le diga que se vaya de aquí pero sólo se encoje de hombros... Me le quedo mirando. Al parecer no le intereso.
— ¡Hey! Ven a sentarte conmigo, idiota — Me grita de golpe Martín.
Volteo a mirarlo, el mueve los labios intentando decirme "Ven aquí". Largo un suspiro, tomo mis cosas con molestia y luego voy a sentarme con Martín.
Siento que Ivanna acaba de echarme como un perro. Sin siquiera preocuparle si me molesta o no. Pero esto no se queda aquí. Pagará por lo que me está haciendo.

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No sin ella. [1] (BILOGIA)
RomanceJulián es un joven de 18 años, problemático, con problemas de ira e higiene debido a traumas de la infancia. En su último año de secundaria se encuentra totalmente perdido y sin dirección debido a drogas y alcohol. Todo lo que tiene es el sustento d...