Querida Kagome 12

793 109 71
                                    

(Pongan la canción romántica que más les guste y disfruten
^-^)

-Porque la amo...

El señor Higurashi sonrió, asintió y aceleró. Llegaron a tiempo. Tomó el avión.

Esperaba poder encontrar las palabras correctas para lograr que ésa mujer lo perdonara. Necesitaba que le perdonara.

.
.
.
.

París

El taxi la dejó enfrente de su apartamento, gracias a Dios que no hubo retrasos en ningún vuelo. Subió a su apartamento, todo estaba como lo recordaba. Sus amigos debían estar en el trabajo, abrió el cajón donde conservaba la fotografía hurtada la desdoblo, allí estaba Sesshomaru, agradecía nunca haberla roto. Es increíble como algo que antes pasaba desapercibido ahora valía tanto, tenía tanto significado. No podía entenderlo, simplemente se enamoró de Sesshomaru y eso fue todo...

Sonrió con melancolía, rompió la foto por la mitad, besó donde se encontraba su amado y tiró ambos pedazos a la basura, ya no podía estarse aferrándo a las cosas sin sentido. Suspiró cansada. Debía salir.

.
.
.
.

Sesshomaru no sabía cómo comenzaría a hablar, cómo le diría que estaba enamorado de ella, ¿Qué argumentos usaría? ¿Cómo podría hacerla olvidar lo ocurrido? ¿Podría perdonarlo?

El apartamento estaba allí, frente a él y sin embargo no se movía, no podía, por todos los cielos, no podía moverse.

-Bienvenido a París señor Taisho- dijo una voz masculina tras él.

-¿Bankotsu?- pregunta.

-En efecto- afirma sonriente  -Hice lo que me pidió- se cruza de brazos, está en el restaurante cruzando la calle, tomando café...

-Gracias- se pone en marcha -Te enviaré un bono

-Sería mejor que la conquiste y se quede ya con ella- bromea -Sabía que algo había aquí... siempre lo supuse

-Parece que todos lo sabían menos yo- niega con la cabeza.

-Es usted muy ciego para éstas cosas

-Hmp

No discutiria, tenia razón, era un ciego. Pero ya ya no más, la encontraría y estaría con él, así tuviera que llevársela a la fuerza.

Antes de entrar al establecimiento se miró en la vidriera, arregló su cabello, abotono su camisa, estaba arrugada, un sujeto pasaba a su lado, sin más, le pidió su camisa, le dio unos billetes y se desnudó frente al lugar para ponerse la nueva camisa color rojo. Las parisinas le quedaron viendo. Algunas soltaron suspiros otras mordieron su labio otras le pedían descaradamente que no se vistiera. Las ignoró a todas, tomó aire y valor para hacer lo que debía hacer. Caminó dentro del establecimiento. La divisó, sola, su cabeza estaba recargada en su mano con aburrimiento, ¿En qué pensaba?

Se acercó poco a poco, conteniendo el aliento, las manos le sudaban, definitivamente estaba aterrado, algo que jamás había sentido antes.

Un camarero se le acercó, con aire muy familiar.

-Aquí está tu té Kagome- le sonrió el empleado castaño.

-Gracias Akitoki- sonrió para él. Éso hizo que Taisho rechinara los dientes. Sus sonrisas debía ser para él, sólo para él. Estaba celoso, soltó una risada, sólo ella despertaba esas sensaciones en él.

Ella tomaba tranquilamente su té, escuchó la silla ser corrida, se sentó alguien, justo al frente. Casi devuelve el líquido que bebía al verlo frente a ella, sentado, con la luz de la tarde dándole directamente prendiendo esos soles divinos matándola de amor, amaba esos ojos de oro.

-Kagome...- su nombre sonaba tan bonito en esos labios -Yo...

-No digas nada- lo interrumpe -No quiero saber nada más de ti por favor...- bajó la cabeza.

-Escúchame- insistió.

-Ya déjeme- adoptó un tono más formal para darle a entender la distancia -No quiero saber más sobre sus planes o sus negocios... lo entendí- su reflejo triste estaba en la taza.

-No es por éso que vine hasta aquí- estiró la mano sobre la mesa tratando de tomar la femenina.

-¿A que si no es por eso?- pregunta retirando su mano.

-Vine porque deseo pedirte perdón- le observa pero ella no alza la vista.

-Está perdonado- contesta -Ya puede irse

-Kagome, mírame- se está  preocupando, las cosas están saliendo peor de lo que imaginó.

-No puedo- niega con la cabeza.

-¿Por qué?- verla triste lo está matando.

-Porque dolería más si le veo- corre la silla y se pone de pie -Está perdonado, no se preocupe...- camina hasta la salida.

-Kagome- va tras ella -¡Kagome...!

Caminó sin hacerle el menor caso hasta entrar el el apartamento cerrando la puerta en su cara. Golpeó la puerta con su frente, suspiró cansado. No se rendiria, no se había dado por vencido con otras cosas y no lo haría por algo tan trascendental como lo era el amor de ésa mujer maravillosa. Tocó y llamó hasta que el sol se ocultó en el horizonte. Comenzó a caer una leve llovizna sobre la iluminada ciudad europea.

-Kagome- llama por última vez -Necesito decirte lo que he guardado y negado por años...- no sabía si ella le escuchaba -Te he amado toda mi vida, pero maté éstos sentimientos porque sabía de tu amor por mi hermano, sabía que yo no tenía oportunidad de nada... hasta ahora...- se deslizó hasta el suelo -Te amo Kagome, te amo tanto que no me basta con sólo tu perdón- casi arañó la madera que le separaba de la mujer que amaba -Necesito que me ames como yo a ti y que quieras estar a mi lado, para matar mi soledad, porque hasta ahora, sin ti, he notado lo vacío que estoy, juro que por ti abandonaré los negocios, dejaré todo... sólo dime que deseas intentarlo por favor...- no recibió respuesta.

Se sentía derrotado, soportó las inmensas ganas de llorar, se fue. Kagome abrió, no había nadie en el pasillo, corrió a la salida, las gotas de aguas chocan contra el pavimento, allá, cruzando la calle, estaba él, con la mirada perdida, caminando bajo aquella lluvia, se le estrujo el corazón. Corrió hasta él.

-¡Sesshomaru!- gritó.

Volteó, ilusionado, feliz, con el alma en un hilo, ¿Lo aceptaba?

-¿Es verdad?- menciona algo desconfiada -Todo lo que dijiste...

-Sí, cada palabra y más porque no podría expresarte todo lo que siento con el lenguaje verbal...- traga saliva expectante.

-¿Cómo lo demostrarías entonces?- se acerca a él.

-Con mis besos Kagome- dio fin a la distancia que había entre ellos.

La beso con tanta dulzura, necesitaba demostrarle lo feliz que le hacía, lo enamorado que estaba.

-Sesshomaru...- dice al separarse, acaricia su rostro -¿De verdad me amas?

-Querida Kagome...- volvió a besarla -Te amo de una forma que no creí existiera...

Ella sonrió para él, se abrazaron.

.
.
.
.

Kagome siguió con su carrera en París junto al hombre que amaba. Sesshomaru Taisho dejó el control de la empresa a su ahora casado hermano. Compró un café. Él y su prometida tomaban té en ése café cada tarde, luego, cruzaban la calle para ir a su apartamento y amarse, siempre él le decía lo mucho que la amaba.

Ella era su Querida Kagome.

Fin.

Espero les haya gustado. Perdonen el retraso, estaba ocupada.

Hasta el próximo shot bellas chicas.

Las quiero mucho. Bye ♡

Libro De One-shots  (Sesshome Y Otras Parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora