Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Hoy les traigo un post corto y conciso sobre algo que veo que los confunde a muchos: tiempos verbales, un tema que parece fácil a simple vista pero que puede no serlo.
Al momento de elegir un narrador para nuestra historia, también hay que elegir el tiempo verbal en el que narrar para no terminar saltando del presente al pasado cada tres párrafos como muchas veces leí. El motivo es simple: el cambio de tiempos verbales confunde al lector, porque un tiempo pasado indica que esto ya sucedió y el narrador ya sabe los futuros sucesos mientras en el tiempo presente el narrador no sabe qué se aproxima. El cambio no solo marea al lector, si no que marea a uno como autor. Si uno está felizmente escribiendo en ambos tiempos verbales, ¿el narrador sabe o no todo? ¿Qué puede o no puede uno decir? Já, suerte consiguiendo esa respuesta. Es por eso que el día de hoy les recuerdo decidirse por un tiempo verbal.
A mí se me da bien el pasado, y siempre que intento escribir en presente se me escapan un par de verbos en pasado que termino teniendo que corregir. Es por eso que evito esa voz verbal, aunque de vez en cuando la utilizo para practicar y poder trabajar con más facilidad en caso de necesitarla para alguna historia (siempre practico en, no sé, historias cortas; antes se me daban bien, pueden encontrar un par en mi perfil).
Bueno, eso es todo por hoy. Les comento rápidamente que estoy trabajando para poder traerles un post semanal acá, ¡espero que estén emocionados! No duden en mandarme preguntas o dudas, ¡y acuérdense de que doy asesorías! Si tienen problemas con un personaje, títulos o no confían en su capacidad para escribir, ¡mándenme un mensaje privado! Y si tienen cualquier otro tipo de consulta también. ¡Los espero!
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.