Sobre senderos de barro, de bosques y verdes prados;
llegué a Santiago.
Seguí un camino de estrellas, por ver un caballo blanco;
llegué a Santiago.
Sobre una losa de piedra, con los pies en un regato;
llegué a Santiago.
Debajo de la tormenta, con chubasquero de plástico;
llegué a Santiago.
Con una concha de vieira, con un bastón en la mano;
llegué a Santiago.
Con el estómago lleno de pulpo y de vino blanco;
llegué a Santiago.
Bautizado en mi sudor, sobre pila de alabastro;
llegué a Santiago.
Con la inocencia del niño, desconociendo el pecado;
llegé a Santiago.
Con el olor de la tierra, con el sabor del orballo;
llegué a Santiago.
A Compostela se llega con los dos pies empedrados;
llegué a Santiago.
A Compostela se llega;
llegué a Santiago.
