No puedo ser tu omega• YoonMin• Omegaverse•

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Seulgi entró cautelosamente a la cafetería por la mañana, llevaba una parca negra y lentes de sol, esperaba pasar desapercibida, se ubicó en una mesa alejada y fingió hojear la carta. El movimiento en el lugar era normal. Una mujer atendiendo las mesas, el pastelero omega en la cocina y el alfa dueño del lugar detrás de la caja, no había rastros de Jimin por ningún lado.

-¡Buen...- Jaemin la tomó desprevenida y Seulgi se sobresaltó al escucharla, la beta la miraba curiosa, examinándola- Buenos días, bienvenida a The Sun ¿Qué desea ordenar?- dijo, pero esta vez con un tono más bajo. Por un momento la omega pensó que la había reconocido, pero al parecer no era así

-Si, emmh. Buen dia, un café negro, amargo por favor

Jaemin tomó nota en una pequeña libreta, esperando alguna otra orden, pero al no recibir pedido alguno la miró

-¿Solo eso?- Su rostro era más de preocupación- ¿Estas bien?

-¿Qué?

-Vienes al café con más exquisiteces de la zona y solo pides un café negro amargo, algo debe andar realmente mal, cariño- la mujer guardó la libreta nuevamente en su mandil y la miró insistentemente, de pronto Seulgi se sintió más que pequeña frente a su escrutinio visual- Mira, iré allá y te traeré un café bombón doble y una porción de nuestra tarta "gran bobo" y un jugo de naranja y me sentaré aquí para que puedas contarme lo que te sucede ¿Ok?

La omega miró a la otra mujer sorprendida, nunca nadie se había preocupado tanto por ella o había siquiera notado sus necesidades emocionales

-Bien- Se limitó a asentir y la vio partir nuevamente a buscar la orden

Mientras esperaba y pensaba qué quizás todo había sido alguna especie de broma sintió la presencia de Jimin entrando al lugar, hizo como que leía algo en su teléfono pero a través de sus lentes negros estaba siguiendo la figura del pequeño hombre, se lo veía alegre y relajado y lo odio por eso ¿Por qué Jimin siempre tenía que ser una sombra en su vida? ¿Cómo es que siempre terminaba apareciendo de nuevo?

Seulgi recordaba a Jimin de la manada, siempre lo había notado, era indudablemente el omega más lindo del lugar, simple, joven y fresco, se llevaba la atención de todos los alfas del lugar, ella por su parte era la chica más linda y acaudalada de entre sus compañeros pero eso no era suficiente para opacar a Jimin, solo bastaba que el pequeño hombrecito batiera sus pestañas para tener a todo el mundo a sus pies literalmente, aunque era reservado y tímido y se decía que su familia lo estaba criando como el omega perfecto, eso no habia detenido el incesante interés de la gente por él, incluso sus propios padres terminaban comparándola con él "¿Por qué no puedes ser como ese lindo omega? Tan delicado y sumiso"

Pero a ella no le importaba Jimin, en lo absoluto, o por lo menos no hasta que se metió en su territorio llevándose a Chanyeol de su lado, su primer y gran amor, después de eso su vida giró completamente en torno a conquistar al alfa, tomó y uso cada oportunidad para tenerlo... pero ni aún así, después de tantos años y esfuerzo, ni aún así había logrado que él la amara.

La bandeja plateada apareció frente a ella cargada de delicias y la sacó de sus recuerdos

-Cuentame- ordenó la mujer sentándose frente a ella, dejando cada uno de los pedidos sobre la mesa para después quitar la bandeja, la omega sonrió sorprendida

-Yo, no creo poder comer todo esto

-No me digas que eres de las típicas omegas que viven a dieta

-No, en realidad no, es solo que no estoy acostumbrada a estas cosas

-¿Y qué desayunas habitualmente?

-Una tostada y té, o un café de paso a la oficina

-Eso no es un desayuno, puedes venir a partir de ahora a desayunar aquí, me encargaré de poner algo de carne en esos huesos