Hola,
Soy Alejandro Flores; escritor del mundo de lo paranormal, misterio y suspenso. Además de algunos otros géneros como ciencia ficción. Ahora, quise tratar con algo un poco distinto.
Les presento la siguiente historia que se llama Medieval: Los...
En medio de una espesa niebla y la poca luz de las primeras horas del día, los tenis deportivos y el par de zapatos de vestir se detuvieron ante tal fenómeno de la naturaleza en ese mundo tan irreal. Mike y George se quedaron atónitos observando un enorme pantano frente a ellos que no tenía fin ni del lado derecho ni del izquierdo. ¿Cómo pasarían? Se preguntaban ambos notando que solo tenía algunas rocas que sobresalían de la superficie de dicho pantano para pasar a brincos.
-¿Que es esa cosa verde?-cuestionó George y escupió a un costado. Ya no sé miraba igual después de la primera noche. Las mangas de su camisa estaban rasgadas y llenas de tierra, y su saco lo había dejado tirado en algún lugar lejos de allí. Su rostro demostraba lo afligido que estaba y el cansancio en sus ojeras. Llevaban caminando horas bajo el sol y no podían más. El castillo se miraba cerca pero en realidad no era así, apenas andaban en la mitad del trayecto.
-Es un pantano. Tendremos que bricar por esas rocas-Mike estaba hincado a la orilla de esa laguna de fango secando el sudor de su frente.
-¿Brincar? ¿Estás demente? ¡Hemos estado caminando desde la madrugada, hemos trepado riscos y atravesado arbustos con espinas y ahora esto?-George se sentó en un tronco a un costado-, no iré a ningún lado-concluyó.
Mike no pensaba quedarse en su sitio y menos tomando en cuenta que quizás el rescate ya llegaba por sus amigos y a ellos quizás los creerían muertos. Así que brincó a la primera piedra, George solo lo observó desde lejos con enfado.
-¡Olvídalo, yo me quedo aquí!-informó George.
Mike dio un salto y cayó sobre la primera roca. Cuando se giró le pareció impresionante lo mucho que había atravesado sobre ese lago enorme de fango, mientras que George lo veía con recelo.
-Eso fue sencillo-añadió después de un salto más-¡Vamos, George! ¡No seas cobarde!-.
George se puso de pie de mala gana y se acercó a la orilla, estaba a punto de perder a Mike de vista. La intensa niebla era tan espesa que más allá de unos veinte metros cuadrados no podía divisar nada, ni siquiera una enorme columna o una montaña.
-¡Está bien! Iré-dijo subiendo sus mangas-, maldita sea-se quejó y dio el primer salto. Sus zapatos y parte de su pantalón se ensuciaron pero alcanzo a trepar a la roca a tiempo. Mike sonrió-, ¡Ríe estupido!-alegó mientras se sacudía el pantalón.
Ambos comenzaban a avanzar cuando escucharon un ruido por más extraño y aterrador. Eran burbujas o algo muy parecido, cómo pequeñas bombas que emergían en la superficie del fango y explotaban al salir. Ambos se voltearon a verlo, sucedía en diferentes puntos.
Una mano de aspecto grotesco salió de entre el pantano, sus dedos eran largos y sus nudillos muy sobresalientes. Tocó la primer roca, la cual George apenas había abandonado.
-¿Qué es esa cosa?-cuestionó el candidato atemorizado en voz un poco baja. Mike estaba a la expectativa.
-No tengo idea, pero vamos. Debemos darnos prisa, ven conmigo-le pidió el joven. George brincó a la roca siguiente y entonces escucharon una burbuja más a un costado y una manos más sobresalió.
Pronto, en diferentes puntos alrededor de los dos comenzaron a emerger del pantano unas criaturas que les helaron la sangre. Esqueletos, sin piel ni cabello, sólo los cráneos con costillas, brazos y piernas de ouro hueso con escudos y espadas les gritaban desde su sitio amenazando con atacarlos. Ambos, Mike y George decidieron seguir su camino tan rápido como podían, perseguidos por esos monstruos que avanzaban rápidamente de piedra en piedra gruñendo.
-¡Mierda!-gritaba George.
Mike le llevaba ventaja, pero al igual volteaba a ver como iba su compañero de viaje. Uno de los esqueletos llegó hasta George y casi lo tumba al fango, pero este se detuvo bien. Forcejeaba con el esqueleto, quien trataba de tumbarlo.
-¡Déjame!-de un empujón el hombre mando al esqueleto al fango y siguió detrás de Mike, quien lo recibió una roca más adelante.
-¡Vamos!-.
Más adelante llegaron a una superficie de unos dos metros cuadrados, donde se percataron de estar rodeados por cuatro piedras. Cada una de las piedras con una de esas criaturas ondeando sus espadas.
-¡Hijos de perra!-les gritó George molesto.
-¿Qué hacemos?-.
-Son ellos o nosotros-.
Los esqueletos brincaron hacia ellos, dos se fueron en contra de George y otros dos contra Mike. El joven no era super fuerte, pero era muy ágil. Era tan bueno que recibió a uno de los esqueletos, y como el buen coreback que era, lo hizo caer en el pantano con su misma velocidad. El otro se abalanzó sobre él y lo tiro al suelo. La criatura trataba de enterrarle la espada pero Mike la sostenía con ambas manos. George esquivaba los espadasos de ambos con astucia, pero se sentía en gran desventaja. Proto logro esquivar un ataque y de alguna manera, se hizo de la espada de uno de ellos. Con ella le corro la cabeza y amenazó al otro. Ambos, el candidato y la criatura se miraban, listos para su siguiente movimiento. Se dieron espadasos, acercamientos y por último, en una movida que demostró la experiencia del monstruo, la espada de George terminó en el fango y él manos arriba.
-¡AAAAAAAAAAAHHH!-George cayó al suelo empujado por algo. Boca abajo, observó un par de botas frente a él y seguido a esto un cráneo cayó. Acto seguido, la persona llegó hasta Mike y le quitó al esqueleto de encima con un hachazo.
-¿Quién eres tú?-pregunto Mike.
El sujeto llevaba cabello más allá de los hombros color gris, tenía una cicatriz que le atravesaba el ojo izquierdo, el cual parecía haber perdido. Llevaba barba pronunciada y armadura de caballero. Serio, con una expresión de cansancio, observó a ambos con detenimiento antes de contestar.
-Soy Sir Baltar. Dirigente del ejército de los hombres y último sobreviviente-.
Mike y George se quedaron boquiabiertos ante esta declaración. Ambos pensaban en que se trataba de una broma bastante pesada, pero no tenían ni idea.
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