Capítulo Dieciocho: Suspendidos

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"-Suspendidos -dijo Angelina con voz apagada aquella noche en la sala común-. Suspendidos de por vida... Nos hemos quedado sin buscador y sin golpeadores. ¿Qué vamos a hacer ahora?
No tenían la sensación de haber ganado el partido. Allá donde mirara, Harry sólo veía caras de desconsuelo y de enfado; los miembros del equipo estaban repantigados alrededor de la chimenea; todos excepto Ron, al que nadie había visto desde que había finalizado el partido.
-Es una injusticia -declaró ____, como atontada-. ¿Qué ha pasado con Crabbe y con esa bludger que te lanzó después de que sonara el silbato? ¿Acaso a él lo han suspendido?
-No -contestó Ginny con tristeza; ella y Hermione estaban sentadas a ambos lados de Harry-. Sólo tiene que copiar algo, he oído a Montague reírse de eso en la cena.
-¡Y suspender a Fred, cuando él no ha hecho nada! -añadió ____, furiosa.
-No he hecho nada porque no me dejaron -intervino él con una expresión muy desagradable en la cara-. Si no me hubiera sujetado, habría hecho puré a ese cerdo.
Harry, abatido, se quedó mirando la oscura ventana. Estaba nevando. La snitch que había atrapado que había atrapado en el partido volaba en esos momentos describiendo círculos por la sala común; los estudiantes la miraban como hipnotizados, y Crookshanks saltaba de una butaca a otra intentando cogerla.
-Voy a acostarme -anunció Angelina, y se puso lentamente en pie-. A lo mejor resulta que todo esto no es más que una pesadilla... A lo mejor mañana me despierto y me doy cuenta de que todavía no hemos jugado el partido...
Alicia y Katie no tardaron en seguirla. Fred y George se fueron a la cama poco después y fulminaron con la mirada a todo aquel con el que se cruzaron; Ginny también se marchó enseguida. Harry, ____ y Hermione fueron los únicos que se quedaron junto al fuego.
-¿Han visto a Ron? -le preguntó Hermione con voz queda. Harry y ____ negaron con la cabeza-. Creo que nos evita. ¿Dónde crees que...?
Pero en aquel preciso momento oyeron un crujido detrás de ellos. El retrato de la Señora Gorda se abrió y por el hueco entró Ron. Estaba tremendamente pálido y tenía nieve en el pelo. Al ver a Harry, ____ y Hermione, se quedó paralizado.
-¿Dónde has estado? -le preguntó Hermione con inquietud levantándose de un brinco.
-Paseando -balbuceó Ron. Todavía llevaba puesto el uniforme de quidditch.
-Debes de estar congelado -observó Hermione-. ¡Ven y siéntate aquí!
Ron se acercó a la chimenea, se dejó caer en la butaca más alejada de Harry y esquivó su mirada. La snitch robada seguía volando por encima de sus cabezas.
-Perdóname -murmuró Ron mirándose los pies.
-¿Por qué tengo que perdonarte? -preguntó Harry.
-Por creer que podía jugar al quidditch -respondió Ron-. Voy a renunciar mañana por la mañana.
-Si renuncias -repuso Harry con fastidio- sólo quedarán tres jugadores en el equipo. -Como Ron lo miraba con extrañeza, Harry añadió-: Me han suspendido de por vida. Y también a Fred y a George.
-¿Qué? -gritó Ron.
Hermione le contó la historia con todo detalle porque Harry se sentía incapaz de volver a explicarla, y sabía que si ____ la contaba, se soltaría a llorar. Cuando hubo terminado, Ron parecía aún más angustiado.
-Todo ha sido culpa mía...
-Tú no me hiciste pegar a Malfoy -dijo Harry con enfado.
-Si no fuera tan malo jugando al quidditch...
-Eso no tiene nada que ver...
-Es que esa canción me puso histérico...
-Habría puesto histérico a cualquiera... -____ se levantó, fue hasta la ventana para retirarse de la discusión y contempló la nieve que caía formando remolinos detrás del cristal-. Basta, ¿me oyes? -estalló Harry-. ¡Ya estamos bastante fastidiados, y sólo falta que tú te eches la culpa de todo!
Ron se calló y se quedó mirando, muy triste, el empapado dobladillo de su túnica. Al cabo de un rato, dijo con un hilo de voz:
-Nunca me había sentido tan mal.
-Ya somos dos -contestó Harry con amargura.
-Tres -soltó ____.
-Pues cuatro -se unió Hermione.

El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de aguanieve. Aunque el castillo siempre resultaba frío en invierno por las abundantes corrientes de aire, a ____ le alegraba encontrar las chimeneas encendidas cada vez que volvía de una clase o a la hora de la comida.
Las obligaciones como prefectos de Ron y Hermione también se hacían más pesadas a medida que se aproximaba la Navidad. Los llamaron para que supervisaran la decoración del castillo («Intenta colgar una tira de espumillón por una punta cuando Peeves sujeta la otra y pretende estrangularte con ella», contó Ron), para que vigilaran a los de primero y a los de segundo, que tenían que quedarse dentro del colegio a la hora del recreo porque fuera hacía demasiado frío («Hay que ver lo descarados que son esos mocosos; nosotros no éramos tan maleducados cuando íbamos a primero», aseguró Ron), y para turnarse con Argus Filch para patrullar por los pasillos, pues el conserje sospechaba que el espíritu navideño podía traducirse en un brote de duelos de magos («Tiene estiércol en lugar de cabello» explicó Ron, furioso).
____ llegó con tiempo a la última reunión del ED antes de las vacaciones. Ahí solo estaba Harry, descolgando unos adornos.
-¿Qué haces? -preguntó ____ entrando en la habitación, y Harry se sobresaltó.
-Ah, hola ____. Son adornos que Dobby puso.
-¿Dobby? ¿Aquí vive?
-Si. ¿No lo has visto? De hecho él fue quien nos recomendó este lugar...
Cuando Harry descolgó el último adorno, la puerta se abrió con un chirrido y entró Luna Lovegood con su aire soñador de siempre.
-¡Hola! -dijo distraídamente, y echó una ojeada a lo que quedaba de la decoración-. Qué adornos tan bonitos. ¿Los has puesto tú?
-No -contestó Harry-, ha sido Dobby, el elfo doméstico.
-Muérdago -comentó Luna en el mismo tono soñador, señalando un ramito lleno de bayas blancas que Harry tenía casi encima de la cabeza. Él se apartó enseguida-. Bien hecho -comentó Luna muy seria-. Suele estar infestado de nargles.
Harry se libró de tener que preguntar a Luna qué eran los nargles porque en ese momento llegaron Angelina, Katie y Alicia. Las tres jadeaban y estaban muertas de frío.
-Bueno -dijo la primera sin mucho ánimo, quitándose la capa y dejándola en un rincón-, por fin los hemos reemplazado.
-¿Reemplazado? -inquirió Harry sin comprender.
-A ti, a Fred y a George -aclaró Angelina, impaciente-. ¡Tenemos otro buscador!
-¿Quién es?
-Ginny Weasley -dijo Katie.
Harry la miró boquiabierto.
-Sí, ya... -comentó Angelina, que luego sacó su varita y flexionó el brazo-, pero es muy buena, la verdad. No es que tenga nada contra ti, desde luego -añadió.
-¿Ginny es buscadora? No me contó la perr... -Angelina la miró con una ceja arqueada- Nada.
Harry se calló la respuesta que estaba deseando darle: ¿acaso se imaginaba que él no lamentaba su expulsión del equipo cien veces más que ella?
-¿Y los golpeadores? -preguntó intentando controlar su voz.
-Andrew Kirke y Jack Sloper -dijo Alicia sin entusiasmo-. No es que sean muy buenos, pero comparados con el resto de inútiles que se han presentado...
La llegada de Ron, Hermione y Neville puso fin a aquella deprimente conversación, y unos minutos más tarde la sala estaba lo bastante llena para impedir que Harry recibiera las incendiarias miradas de reproche de Angelina.
-Bueno -dijo Harry, y llamó a sus compañeros al orden-. He pensado que esta noche podríamos repasar lo que hemos hecho hasta ahora, porque ésta es la última reunión antes de las vacaciones, y no tiene sentido empezar nada nuevo antes de un descanso de tres semanas...
-¿No vamos a hacer nada nuevo? -preguntó Zacharias Smith en un contrariado susurro, aunque lo bastante alto para que lo oyeran todos-. Si lo llego a saber, no vengo.
-Pues mira, es una lástima que Harry no te lo haya dicho antes -replicó ____.
Varios estudiantes rieron por lo bajo.
-Practicaremos por parejas -siguió-. Empezaremos con el embrujo paralizante durante diez minutos; luego nos sentaremos en los cojines y volveremos a practicar los hechizos aturdidores.
Los alumnos, obedientes, se agruparon de dos en dos; Harry formó pareja con Neville, pues ____ se había puesto con Ginny. La sala se llenó enseguida de gritos intermitentes de ¡Impedimenta! Uno de los integrantes de cada pareja se quedaba paralizado un minuto, y durante ese tiempo el compañero miraba alrededor para ver lo que hacían las otras parejas; luego recuperaban el movimiento y les tocaba a ellos practicar el embrujo.
Neville había mejorado hasta límites insospechables. Al cabo de un rato, Harry, después de recuperar la movilidad tres veces seguidas, le pidió a Neville que practicara con Ron y Hermione para que él pudiera pasearse por la sala y observar cómo lo hacían los demás. Al pasar junto a ____, ella le sonrió; Harry resistió la tentación de pasar por su lado más veces.
Tras diez minutos de practicar el embrujo paralizante, esparcieron los cojines por el suelo y se dedicaron al hechizo aturdidor. Como no había suficiente espacio para que todos practicaran a la vez, la mitad del grupo estuvo observando a la otra un rato, y luego cambiaron. Harry se sentía muy orgulloso mientras los contemplaba. Ciertamente, Neville aturdió a Padma Patil en lugar de a Dean, al que estaba apuntando, pero tratándose de Neville podía considerarse un fallo menor, y todos los demás habían mejorado muchísimo.
Al cabo de una hora, Harry les dijo que pararan.
-Lo están haciendo muy bien -comentó, sonriente-. Cuando volvamos de las vacaciones, empezaremos a hacer cosas más serias; quizá el encantamiento patronus.
Hubo un murmullo de emoción y luego la sala empezó a quedarse vacía; los estudiantes se marchaban en grupos de dos y de tres, como de costumbre, y al salir por la puerta deseaban a Harry feliz Navidad. Éste, muy animado, ayudó a Ron y a Hermione a recoger los cojines, que amontonaron en un rincón. Ron y Hermione se fueron antes que Harry, que se rezagó un poco porque ____ todavía no se había ido.
Harry fingió que enderezaba el montón de cojines. Estaba casi seguro de que se habían quedado solos, y esperó a que ____ dijera algo. La chica se volvió y notó que Harry la miraba, esperando la explicación del por qué se había quedado.
-Estaba viendo la foto de la orden del fénix -explicó ____-. Era grandiosa. Sirius, Dumbledore, el profesor Lupin, tus padres...
-Sí -coincidió Harry-.
-Eres un profesor estupendo, Harry -añadió ella sonriendo levemente-. Sé con perfección que si continuas dando las clases así, llegaremos a ser como ellos.
-Gracias -dijo él, abochornado.
Se miraron el uno al otro largo rato. ____ sentía un deseo incontrolable de salir corriendo de la sala, estaba diciendo cosas sin pensar pero era incapaz de mover los pies.
-Mira, muérdago -dijo ____ imitando la voz soñadora de Luna.
-Sí -afirmó Harry. Tenía la boca seca-. Pero debe de estar lleno de nargles.
____ rió por lo bajo. Sentía unas inmensas ganas de decirle todo lo que pensaba en ese momento, estaban solos, era especial.
-Eres estupenda haciendo hechizos, podrías ser mi asistente.
____ rió. Se había acercado un poco a Harry. Habría podido contar las pecas que tenía en la nariz desde ahí.
-Harry.... escucha -interrumpió ____ con suavidad el momento- es claro que... Los dos sentimos algo el uno por el otro...
Harry se quedó paralizado. Ron le repetía a cada instante que ____ siempre lo veía pero no pensaba que fuera por tal razón. Su relación se basaba en máximo con una charla de cinco minutos, ¿era el momento correcto de confesar sus sentimientos también?
Por su parte, ____ se estaba maldiciendo así misma en sus adentros. ¿En serio estaba diciendo esas cosas? Harry no decía nada, a lo mejor estaba pensando seriamente en huir...
Pero en eso, vio como su figura dio unos lentos pasos hacia enfrente.
Ella no podía pensar. Un cosquilleo se extendía por todo su cuerpo, paralizándole los brazos, las piernas y el cerebro.
Harry estaba demasiado cerca, y ____ veía como sus labios estaban desesperados por encontrar a los suyos.

•••

Media hora más tarde, Harry entró en la sala común seguido de ____, quien se despidió con un alegre «Buenas noches» y se dirigió directamente a la cama. Encontró a Hermione y a Ron en los mejores sitios junto a la chimenea; casi todos los demás se habían acostado. Hermione estaba escribiendo una carta larguísima; ya había llenado medio rollo de pergamino, que colgaba por el borde de la mesa. Ron estaba tumbado sobre la alfombrilla de la chimenea intentando terminar sus deberes de Transformaciones.
-¿Por qué has tardado tanto? -preguntó Ron cuando Harry se sentó en la butaca que había al lado de la de Hermione.
Harry no contestó. Estaba conmocionado. Por una parte quería contarles a sus amigos lo que acababa de suceder, pero por otra prefería llevarse aquel secreto a la tumba.
-¿Estás bien, Harry? -preguntó Hermione mirándolo con ojos escrutadores por encima del extremo de la pluma.
Harry se encogió de hombros con poco entusiasmo. La verdad era que no sabía si estaba bien o no.
-¿Qué pasa? -inquirió Ron, y se incorporó un poco apoyándose en el codo para verlo mejor-. ¿Te ha ocurrido algo?
Harry no estaba seguro de por dónde empezar, y tampoco estaba seguro de que quisiera explicárselo. Cuando por fin decidió no decir nada, Hermione tomó las riendas de la situación.
-____ se quedó ahí cuando nosotros nos fuimos -dijo con seriedad-. ¿Te dijo algo?
Harry, muy sorprendido, asintió con la cabeza. Ron rió por lo bajo, pero paró cuando Hermione lo miró con severidad.
-¿Y... qué quería? -preguntó Ron fingiendo indiferencia.
-Pues... -empezó a decir Harry con voz ronca; luego se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo-. Pues... ella...
-¡¿Se besaron?! -inquirió Hermione bruscamente.
Ron se incorporó tan deprisa que derramó el tintero sobre la alfombra. Ignorando por completo el desastre, miró con interés a Harry.
-Pues, supongo -dijo.
Harry miró a Ron, que lo miraba a su vez entre risueño y curioso; luego dirigió la vista hacia Hermione, que tenía el entrecejo ligeramente fruncido, y asintió con la cabeza, aprobando la situación.
-¡Esoo!
Ron hizo un ademán de triunfo con el puño y se puso a reír a carcajadas; unos estudiantes de segundo año de aspecto tímido que estaban más allá, junto a la ventana, se sobresaltaron. Harry esbozó una sonrisa de mala gana al ver que Ron se revolcaba sobre la alfombra. Hermione, por su parte, lanzó a Ron una mirada de profundo disgusto y siguió escribiendo su carta.
-¿Y qué? -preguntó Ron por fin mirando a su amigo-. ¿Cómo ha sido?
Harry reflexionó un momento.
-Lindo -respondió sinceramente. Ron hizo un ruido que podía interpretarse tanto como expresión de orgullo pero a la vez con risa, no estaba muy claro-.
-¿Besa bien?
-Qué te importa Ron -intervino Hermione, ante la pregunta imprudente de Ron.
-Si lo hace -Confesó Harry, pero Hermione lo miró con rencor.
-¿Y... -continuó Ron- son novios ahora...?
Harry se sorprendió con la pregunta, no era algo que había pasado por su mente, hasta ahora.
-No lo sé.
-¿Cómo que no sabes? -preguntó el pelirrojo- ¿Qué clase de personas se besan y no son novios?
Después de lo que había pasado, lo lógico era que ____ esperase que le pidiera salir con él... Aquella idea hizo que el estómago se le encogiera dolorosamente.
-No te preocupes -continuó Hermione, que volvía a estar enfrascada en la redacción de su carta-, tendrás oportunidades de sobra para pedírselo.
-¿Y si Harry no quiere? -insinuó Ron, que había estado observando a su amigo con una expresión de perspicacia poco habitual en él.
-No seas tonto -repuso Hermione distraídamente-. Hace siglos que a Harry le gusta ____, ¿verdad, Harry?
Él no contestó.
-Oye, ¿para quién es esa novela que estás escribiendo? -le preguntó Ron a Hermione mientras intentaba leer lo que había escrito en el trozo de pergamino que ya llegaba al suelo. Ella lo subió para que Ron no pudiera ver nada.
-Para Viktor -contestó.
-¿Viktor Krum?
-¿A cuántos Viktor más conocemos?
Ron no dijo nada, pero parecía contrariado. Permanecieron en silencio durante otros veinte minutos: Ron terminaba su redacción de Transformaciones entre resoplidos de impaciencia y tachaduras; Hermione escribía sin parar hasta que llegó al final del pergamino, que enrolló y selló con mucho cuidado; y Harry contemplaba el fuego deseando más que nunca que la cabeza de Sirius apareciera entre las llamas y le diera algún consejo sobre cómo comportarse con las chicas. Pero las llamas sólo crepitaban, cada vez más pequeñas, hasta que las brasas quedaron reducidas a cenizas; entonces Harry giró la cabeza y vio que, una vez más, se habían quedado solos en la sala común.
-Buenas noches -dijo entonces Hermione bostezando, y se marchó por la escalera de los dormitorios de las chicas.


Por fin pasó lo que esperaban 😂😂 tan emocionada estoy que empezaré a escribir otro capítulo para subirlo mañana :v espero que les guste 😘

The little Granger. (Harry Potter y tú)Where stories live. Discover now