A la mañana siguiente, ____ se reunió con Ginny al término del desayuno en la entrada del Gran comedor para dirigirse a su primera clase del día: Defensa Contra las Artes Oscuras. Era tiempo de ver si las conjeturas que ____ y Ginny habían hecho en el día anterior sobre cómo sería la clase de la vieja arpía resultarían ciertas.
Las cursantes de cuarto tomaron asiento en una mesa que estaba más o menos en medio del salón. Se pusieron a charlar mientras la profesora se hacia presente:
-Hermione me dijo en el desayuno que no los dejó usar magia. -Comentó ____ mirando a su alrededor para ver si alguien podría escucharlas.
-¿De verdad? -Dijo Ginny con preocupación. -¡Es Defensa Contra las Artes Oscuras! ¿Qué piensa? ¿Que para repeler las Artes Oscuras solo hace falta estudiarlas?
-Eso parece.
De repente, los murmullos que generaban las personas charlando se ahogó con un tremendo silencio. ____ se volvió hacia la puerta del salón de clases y sus suposiciones fueron ciertas: Umbridge había llegado. Atravesó el umbral de la aula con una sonrisa soberbia mientras era seguida por las miradas de los estudiantes. Se posicionó justo enfrente de su escritorio para estar al alcance de la vista de todos. Se dedicó a observar a sus alumnos por unos pocos pero largos segundos, hasta que finalmente se decidió en hablar:
-¡Buenos días a todos! -saludó paseando su vista una vez más por las caras de los alumnos. Unos cuantos respondieron con un tímido «Buenos días»-. ¡Ay, ay, ay! -exclamó-. ¿Así saludan a su profesora? Me gustaría oírlos decir: «Buenos días, profesora Umbridge.» Volvamos a empezar, por favor. ¡Buenos días a todos!
-Buenos días, profesora Umbridge -gritó la clase.
-Eso está mucho mejor -los felicitó con dulzura-. ¿Fue difícil o no? Guarden las varitas y saquen las plumas, por favor.
Unas cuantas personas intercambiaron miradas lúgubres; hasta entonces la orden de guardar las varitas nunca había sido el preámbulo de una clase que hubieran considerado interesante. ____ metió su varita en la mochila y sacó la pluma, la tinta y el pergamino. La profesora Umbridge abrió su bolso, sacó su varita, que era inusitadamente corta, y dio unos golpecitos en la pizarra con ella; de inmediato, aparecieron las siguientes palabras:Defensa Contra las Artes Oscuras
Regreso a los principios básicos-Muy bien, hasta ahora el estudio de esta asignatura ha sido muy irregular y fragmentado, ¿verdad? -afirmó la profesora Umbridge volviéndose hacia la clase con las manos entrelazadas frente al cuerpo-. Sin embargo, les complacerá saber que ahora vamos a rectificar esos errores. Este año seguiremos un curso sobre magia defensiva cuidadosamente estructurado, basado en la teoría y aprobado por el Ministerio. Copien esto, por favor.
Volvió a golpear la pizarra y el primer mensaje desapareció y fue sustituido por los «Objetivos del curso».1. Comprender los principios en que se basa la magia defensiva.
2. Aprender a reconocer las situaciones en las que se puede emplear legalmente la magia defensiva.
3. Analizar en qué contextos es oportuno el uso de la magia defensiva.Durante un par de minutos en el aula sólo se oyó el rasgueo de las plumas sobre el pergamino. Cuando los alumnos copiaron los tres objetivos del curso de la profesora Umbridge, ésta preguntó:
-¿Tienen todos un ejemplar de Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard? -Un sordo murmullo de asentimiento recorrió la clase-. Creo que tendremos que volver a intentarlo -dijo la profesora Umbridge-. Cuando les haga una pregunta, me gustaría que contestaran «Sí, profesora Umbridge», o «No, profesora Umbridge». Veamos: ¿tienen todos un ejemplar de Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard?
-Sí, profesora Umbridge -contestaron los alumnos al unísono.
-Estupendo. Quiero que abran el libro por la página cinco y lean el capítulo uno, que se titula «Conceptos elementales para principiantes». En silencio, por favor.
La profesora Umbridge se apartó de la pizarra y se sentó en la silla, detrás de su mesa, observándolos atentamente con aquellos ojos de sapo con bolsas. ____ abrió su ejemplar de Teoría de defensa mágica por la página cinco y empezó a leer.
Era extremadamente aburrido, casi tanto como escuchar al profesor Binns. La muchacha notó que le fallaba la concentración, pues al poco rato se dio cuenta de que había leído la misma línea media docena de veces sin entender nada más que las primeras palabras. Pensar en el hecho de que fuera Defensa Contra las Artes Oscuras, y que no estuvieran aprendiendo a cómo enfrentarse contra una criatura o aprendiendo nuevos hechizos hacía que ____ no lograra captar lo que decía el libro. Pasaron unos silenciosos minutos. A su lado, Ginny, distraída, giraba la pluma una y otra vez entre los dedos con los ojos clavados en algún punto de la página. ____ se hartó de estar leyendo esa bobería y levantó su mano, mirando fijamente a la profesora. Sintió cómo la mirada de Ginny se posaba en ella.
Pero pasados unos minutos más, Ginny dejó de ser la única que observaba a ____. El capítulo que les habían ordenado leer era tan tedioso que muchos alumnos optaban por contemplar el mudo intento de ____ de captar la atención de la profesora Umbridge, en lugar de seguir adelante con la lectura de los «Conceptos elementales para principiantes».
Cuando más de la mitad de la clase miraba a ____ en vez de leer el libro, la profesora Umbridge decidió que ya no podía continuar ignorando aquella situación.
-¿Quería hacer alguna pregunta sobre el capítulo, querida? -le dijo a ____ como si acabara de reparar en ella.
-No, no es sobre el capítulo.
-Ahora estamos leyendo -repuso la profesora Umbridge mostrando sus pequeños y puntiagudos dientes-. Si tiene usted alguna duda podemos solucionarla al final de la clase.
-Tengo una duda sobre los objetivos del curso -aclaró ____.
La profesora arqueó las cejas.
-¿Cómo se llama, por favor?
-____ Granger.
-¿Hermana de Hermione Granger, verdad? Mire, señorita Granger, creo que los objetivos del curso están muy claros si los lee atentamente -dijo la profesora Umbridge con decisión y un deje de dulzura.
-Pues yo creo que no -soltó ____ sin miramientos-. Ahí no dice nada sobre la práctica de los hechizos defensivos.
Se produjo un breve silencio durante el cual muchos miembros de la clase giraron la cabeza y se quedaron mirando con el entrecejo fruncido los objetivos del curso, que seguían escritos en la pizarra.
-¿La práctica de los hechizos defensivos? -repitió la profesora Umbridge con una risita-. Verá, señorita Granger, como le dije exactamente ayer a su testaruda hermana, no me imagino que en mi aula pueda surgir ninguna situación que requiera la práctica de un hechizo defensivo por parte de los alumnos. Supongo que no espera usted ser atacada durante la clase, ¿verdad?
-¿Y quién lo está diciendo? No creo que ningún mortífago sea bastante tonto para atacar a cientos de alumnos en clase.
La profesora Umbridge, con una amplia sonrisa en los labios, le dio la espalda. ____ levantó la mano se nuevo inmediatamente.
-¿Sí, señorita Granger? ¿Quiere preguntar algo más?
-Sí -contestó ella-. Es evidente que el único propósito de la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras es practicar los hechizos defensivos, ¿no es así?
-¿Acaso es usted una experta docente preparada en el Ministerio, señorita Granger? -le preguntó la profesora Umbridge con aquella voz falsamente dulce.
-No, pero...
-Pues entonces me temo que no está cualificada para decidir cuál es el «único propósito» de la asignatura que imparto. Magos mucho mayores y más inteligentes que usted han diseñado nuestro nuevo programa de estudio. Aprenderán los hechizos defensivos de forma segura y libre de riesgos...
-¿De qué va a servirnos eso? -inquirió ____-. Si nos atacan, no va a ser de forma...
Una vez más, la profesora Umbridge le dio rápidamente la espalda, pero otros alumnos también habían levantado la mano.
-¿Su nombre, por favor? -le preguntó la bruja a Ginny.
-Ginevra Weasley.
-¿Y bien, señorita Weasley?
-Bueno, creo que ____ tiene razón. Si nos atacan, no vamos a estar libres de riesgos.
-Repito -dijo la profesora Umbridge, que miraba a Ginny sonriendo de una forma muy irritante-: ¿espera usted ser atacada durante mis clases?
-No, pero...
La profesora Umbridge no le dejó acabar:
-No es mi intención criticar el modo en que se han hecho hasta ahora las cosas en este colegio -explicó con una sonrisa poco convincente, estirando aún más su ancha boca-, pero en esta clase han estado ustedes dirigidos por algunos magos muy irresponsables, sumamente irresponsables; por no mencionar -soltó una desagradable risita- a algunos híbridos peligrosos en extremo...
-Si se refiere al profesor Lupin -saltó Ginny, enojada-, era el mejor que jamás...
-¡La mano, señorita Weasley! Como iba diciendo, los han iniciado en hechizos demasiado complejos e inapropiados para su edad, y letales en potencia. Los han asustado y les han hecho creer que podrían ser víctimas de ataques de las fuerzas oscuras en cualquier momento...
-Eso no es cierto -la interrumpió ____-. Solo nos...
-¡No ha levantado la mano, señorita Granger!
____ la levantó y la profesora Umbridge le dio por tercera vez la espalda.
-¿Y de qué nos va a servir la teoría en la vida real? -intervino de nuevo ____, haciendo caso omiso a los intentos de Umbridge de ignorarla.
La profesora Umbridge la miró y dijo:
-Castigada. Y 10 puntos menos para Gryffindor. Hoy a las 5 en mi despacho, junto con el señor Potter, que soltó lo mismo que pretendía decir usted.
A la hora que terminó la clase, ____ tomó rápidamente su mochila y se dirigió a pasos grandes hacia la sala común de Gryffindor sin esperar a Ginny. Tenían 15 minutos libres y quería aProvecharlos para desahogarse con su hermana, si es que estaba allí.
La sala común estaba casi vacía; la mayoría seguía abajo, en clase. Crookshanks, que descansaba enroscado en el regazo de su dueña, se levantó y fue a recibirla ronroneando, lo que le dio a entender justo al verlo que su hermana estaba allí. Y si, Harry, Ron y Hermione estaban sentados en sus tres butacas favoritas junto al fuego. ____ se dirigió rápidamente hacia ellos y tiró con fuerza su mochila al suelo. Los tres la miraron con preocupación, Hermione abrió la boca para preguntar qué le pasaba pero la castaña no la dejó.
-Umbridge. Me castigó solo por darle la contra en que su estúpido libro no nos serviría para nada. ¡Es la primera vez que un profesor me castiga! No puedo con esto, yo...
-____ ____ (tu segundo nombre) Granger castigada, ¡Este día si es de locos! -Exclamó Ron sonriendo mientras veía a la recién llegada.
Hermione no decía nada, solo la miraba con sus ojos como plato, incapaz de articular una palabra.
-Yo también estoy castigado... -Dijo Harry de repente.
-Si me dijo, me citó a la misma hora que a ti.
Harry dibujó una sonrisa tonta en sus labios. Hermione, que al parecer al fin había reunido aire para hablar, se levantó y tomó los hombros de su hermana:
-No sé que te pasa, ____. -Musitó Hermione sollozando. -¡Te dije hoy en el desayuno lo mala que era esa vieja!
-Hermione cálmate, una vez que la castiguen no significará nada. -Comentó Ron con aire de tranquilidad.
Hermione soltó a ____ y vio a Ron. Este rápidamente transformó su alegre mirada a una mirada con miedo.
-¡Con una vez falta para que lo repita! -Muchos alumnos de primero miraron asustados a Hermione. Esta volvió a mirar a su hermana. -¡Si te vuelven a castigar les diré a mis padres!
____ solo asintió, sabía que si respondía, Hermione se pondría más loca. Tomó su mochila tirada en el suelo y se despidió de Harry, Ron y muy forzadamente de Hermione, pues sus 15 minutos libres habían terminado y tenía que ir a Pociones.

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The little Granger. (Harry Potter y tú)
FanfictionTodo aquel que rondaba por los pasillos de Hogwarts sabía perfectamente que Hermione Granger era una de las brujas más brillantes de su edad. Mas sin embargo, había algo de ella que la gente aún no tomaba por alto; ella tenía una hermana. A pesar de...