Capítulo 40 - "¿Todo funcionará?"

306K 8.1K 25.6K
                                    


Pov Candace

Me quede por algunos momentos más observando todo el movimiento del club, hoy era otro día abarrotado. Gracias a Dios, o mejor, gracias a Karla. Negué con la cabeza pensando que no iba a venir esta noche, y tanta irresponsabilidad me llenaba de furia. Karla Camila siempre había sido impecablemente profesional en "Imperium", hasta que conoció a Lauren, por supuesto. Ni siquiera quiero pensar en eso ahora mismo, su tiempo de presentarse ya había pasado, y no había ni una señal, ni siquiera una maldita llamada. Normani tomo su lugar esta noche, la morena era mi segunda mejor bailarina del lugar, su cuerpo escultural y la facilidad que tenía para seducir, cubría la ausencia de Karla. Pero no mucho, la "intocable" tenía clientes que solo asistían por ella, por nadie más. Clientes importantes, magnates de Miami.

-Escuche que Karla no vino.

Tome una respiración profunda, permanecí en el mismo lugar en el que estaba. Lleve el cigarrillo a los labios, expulsando fuerte el humo por la boca, para después voltearme hacia Alexa. La mujer se veía hermosa, y sonreía como si dijera "te lo dije".

-No tiene caso que pongas esa cara de funeral Candace, Sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano. Ausencias y negligencias.- la mujer hablaba pacientemente mientras caminaba hacia el gabinete de bebidas, sirviéndose un Martini.

-No debe hacerme esto, yo fui la persona que más la ayudo.

-Ya se olvidó de eso, tiene a Lauren ahora.

Lauren... solo el nombre me hacía sentir una gran repulsión. Maldito el día en que entro al club. Apreté fuerte el vaso, sintiendo que en cualquier momento se rompería entre mis dedos. Hasta que sentí los delgados dedos de Alexa deslizarse por mis brazos en una caricia.

-Te lo dije, Candace, pero aun así te apiadaste de ella.- susurraba sus palabras fríamente en mi cuello, causando que todo mi cuerpo temblara.- Karla no merece tu compasión.

-No es su culpa, es culpa de Lauren.- dije con enojo.

Sentía a Alexa sonreír a mis espaldas, su mano subió a mi hombro donde apretó lentamente, en un lento y relajante masaje.

-No importa de quien es la culpa, no podemos dejar que nuestro plan se venga abajo. No podemos dejar que Lauren se lleve a Karla de Imperium ¿Cierto?

Dijo Alexa suavemente, mientras dejaba que sus labios húmedos se deslizaran por toda la extensión de mi cuello. Solo asentí. Nunca nos habíamos envuelto de forma carnal, pero esta noche pareciera que quería algo más.

-Cierto.

-Perfecto. Ahora quiero que bajes al piso principal del club. Sabemos que la Señorita Issartel está ahí. Y convéncela de conocer a nuestra pobre bailarina.

Dijo cerca de mi oído, dando una pequeña mordida en el lóbulo cuando termino de hablar, cerré los ojos y suspire, mirando a través de la gran ventana de vidrio. Keana Marie estaba divirtiéndose a expensas de una de las bailarinas. Si ella sería la solución a mis problemas, lo haría.

-Déjamelo a mí, lo hare.

Alexa sonrió pícaramente, guiñándome el ojo.

-Te espero aquí para celebrar, Candace.- dijo sentándose en mi silla.

La mire por última vez antes de dejar la oficina. Baje las escaleras escuchando la sensual música volverse más fuerte cada segundo, pase entre algunas personas importantes de las que hable, hasta llegar al centro donde estaba mi objetivo. Keana sonreía traviesa, sus ojos estaban cargados de lujuria por la bailarina que movía la cadera sensualmente, semi desnuda, delante de ella. Estaba disfrutando el pequeño show, el algunos momentos ponía algunos dólares en el elástico de las bragas de la bailarina. Me acerque lentamente, me senté junto a ella en el sofá de cuero marrón. Keana dejo salir un soplo de aire, dejando que el humo de su cigarro se esparciera por el ambiente.

También te gustarán

          

-¿Disfrutando el show?

Me miro con una sonrisa sorprendida, dejando el cigarro en el cenicero junto a la mesa.

-Estoy fascinada.

-Hmm, ¿en serio?

-Sí, es mejor cada vez, Candace, mira.- apunto a la rubia que me movía sensualmente delante de ella.

-Me honra que le guste Señorita Issartel, usted es uno de los clientes más importantes de "Imperium"

Sonrió con un aire arrogante, tomando un sorbo de su bebida rojiza.

-¿Lo soy?

-Por supuesto, sé que viaja mucho y no tiene mucho tiempo para frecuentar mi club. Pero tengo cosas mucho mejores que mostrarle.

Keana me miro curiosa, arqueando una ceja con una sonrisa en su cara.

-¿Mejor? Si ya estoy fascinada con ella, imagínate con lo mejor.

-Mucho mejor, Señorita Marie.

-Estoy abierta a nuevas propuestas.- dijo en tono de broma.

Keana ya estaba muy emocionada, seguramente ya había bebido más de lo que debía. Pero nunca perdió su postura arrogante y la sonrisa traviesa. La mujer ya tenía una reputación de ser juguetona y predadora, su nombre siempre estaba estampado en las revistas de chismes, siempre muy bien acompañada de mujeres hermosas, modelos e incluso prostitutas. Pero a Keana no le importaba, después de todo ¿a quién le podrían importar las opiniones de otras personas con la cantidad de dinero que tenía?

-Muy bien, sabe reconocer buenas bailarinas, le presentare a la mejor bailarina de todo el club.

-¿Mejor que todas ellas?

-Mejor que ellas, la mejor de todo Miami.- dije confiadamente.

-Estas poniéndome muy curiosa de conocer a esa mujer.

-Maravilloso, en tres días actuara aquí. Si quiere, puede venir, para que aprecie a mi preciosa gema. Si es de su interés, podemos hacer buenos negocios.

-¿Cuál es su nombre?

-Karla Estrabao, debo advertirle que ella nunca sale con ningún cliente, no es una prostituta, solo una bailarina. Pero le garantizo, que es mejor que todas estas juntas.

Keana soltó una pequeña risa, tomando un sorbo de su bebida.

-¿Nunca salió con ningún cliente?

-No, como le dije es solo una bailarina, no acepta ningún tipo de acercamiento.

-Para todo en la vida hay una excepción, Candace.

Retar a Keana a conquistar a Karla era la mejor forma, era el tipo de mujer que ama los retos, pero más allá de eso, amaba ganarlos.

-No sé si puedas hacerlo, Keana, ella solo le dio la oportunidad a una mujer en este club todos estos años.

Podía verla fruncir el ceño, dándome una mirada curiosa.

-¿Quién sería la afortunada?

Sonreí cínicamente.

¿No te lo puedes imaginar?

-Odio adivinar, dime. ¿Tiene que ser poderosa, no es así?

-Lo es.

-¡Dime!

-Lauren Jauregui.

En el instante que escucho el nombre de Lauren, una sonrisa apareció en su s labios. ¡Bingo!

The Stripper (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora