Esa noche jamás Amanda la olvidará. No era la primera vez que estaba con Gianluca pero sí era la primera que ambos hacían el amor. La noche había sido exquisita. Al calor del amor desnudaron sus cuerpos y se entregaron uno al otro en cuerpo, mente y alma. Amanecieron en la cama de Amanda, enredados en la misma sábana y torcidos después de girar durante horas en la noche. La habitación estaba hecha un desastre. Ella miraba el techo sintiendo la respiración caliente de Gianluca en su mejilla. Él estaba recostado de lado viendo hacia ella. De vez en cuando volteaba la mirada para verlo, no podía evitar sonreír. Estaba plena. Feliz.
-Antes de que te despiertes –susurró Amanda mirando a Gianluca –y vuelvas a tu vida habitual, quiero que comprendas que este amor es puro y natural. Tu loca manía... –Cantó ella en silencio. –Eres totalmente mio Gianluca, mio.
El celular de Gianluca sonó, fue así como ella reaccionó cerrando los ojos y fingiendo dormir. Gianluca despertó exaltado. Miró la pantalla: era Martina.
-¿Ciao? ¿Amor, qué pasó?- dijo aclarando su garganta.
Gianluca estaba sentado en la cama, a su lado. Un dolor en el pecho le palpitó de pronto al escuchar la palabra "amor".
-Si, no te preocupes, estoy bien. -Mintió Gianluca. –Estamos bien, fue solo un pequeño accidente pero lo acompañé a su casa y nos quedamos charlando un rato. Ya voy para la casa Amor. Un beso. Sí, yo también te quiero.
Colgó, se levantó de pronto y comenzó a vestirse, Amanda se abrazó a sus piernas y recargada en sus rodillas lo veía arreglarse para irse a su casa. Lejos de ella. Aquel dolor en el pecho le seguía latiendo.
-Nos vemos luego –dijo esto acercándose a ella, se hincó en la cama y besó su frente.
-Espera, te acompaño...
-No.
Gianluca se dio media vuelta y salió de la habitación dejándola sola. Aún agarrada a tus rodillas ella se dejó caer de lado pensando en todo lo que había pasado. Sabía que el amor de Gianluca era sincero, era real. Sus besos le sabían al amor, su piel tembla a su roce, su respirar se agitaba a su lado. En la mirada podía leer sus pensamientos, sus lágrimas hablaban por sí solo.
-Y mientras yo me quedo sin ti... -Cantó de nuevo, sintió la cama aún caliente justo donde Gianluca estaba acostado- Te levantas y te vas. Ella te está esperando como siempre. Luces tu sonrisa más normal... y ella va a disfrutar de ti.
Pasaron 15 minutos y nada habia cambiado, Gianluca ya no estaba y Amanda seguía en posición fetal lamentando su vida, su presente y su pasado. Así de pronto sonó su celular, un mensaje de texto que jamás te esperó: "Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor mientras pateamos piedritas. Te quiero como para hacernos cosquillas y morirnos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento y contarte que es ahì donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigüa, con el alma y sin mirar atrás. Con amor, Gianluca."

YOU ARE READING
Mis manos necias
RomanceA golpes la vida siempre te pone en su lugar. Sin importar el sentimiento la naturaleza siempre proclama justicia, y poco a poco se cobra todas y cada una de las acciones que hayas realizado. Karma. Cuando la vida da, la vida quita. Es irónica. Prob...