Por supuesto las hermanastras y su madre se habían enterado de la noticia y se emocionaron al ver un sobre cuidadosamente decorado en el buzón, aunque luego trataron disimularlo en un vano intento de dar a entender que era obvio que las iban a invitar.
Eso sí, no negaron a Cenicienta la ida al baile, aunque tampoco le dieron permiso pero ella lo tomo como un sí, así que, durante toda la semana, inmensamente emocionada por el hecho de que no hubiesen mencionado el tema con una negativa se esforzó en coser el mejor vestido que hubiera hecho hasta entonces.
Durante aquellos días tuvo bastante tiempo para estar a solas cuando el resto de la familia iba de compras o a almorzar para presumir de la invitación con las otras brujas del pueblo que también tenían. Aprovecho ese tiempo para hacer los detalles delicados del vestido o imaginar como seria la vida si ella hubiese sido princesa, bailando por los salones imaginarios con el vestido inacabado en el pecho, practicando graciosas reverencias e imaginando posibles diálogos que eran básicamente monólogos.
La mañana del baile el vestido fue acabado y probado. Cenicienta terminó con prisas todas las tareas que le daban sus hermanastras, las ayudo a vestirse, complementarse y maquillarse.
Justo cuando ellas estaban por irse ella les pidió que la esperaran pues iba a cambiarse. Las otras se miraron entre sí, incrédulas, mientras ella subía las escaleras rápidamente para bajarlas con un hermoso vestido anaranjado liso con manga corta y un corsé ajustado que le iba de fabula.
Las hermanas, celosas, se acercaron a Cenicienta e inquirieron mientras le daban golpes en el pecho con el indice:
-¿Cómo te atreves? ¿Con qué autoridad llevas ese vestido? -El tono furibundo era mas que notorio.
Ella retrocedió un poco asustada.
-Ustedes, ustedes no dijeron que no podía ir y yo asumí que...
-¿Asumiste? ¡¿Asumiste?! -pregunto la otra incrédula-. No pongas palabras en nuestra boca. No puedes llevar este vestido -lo agarró y tiró de él desgarrando la falda-. No eres nadie para llevar esto, ¡nadie! -le mostró el trozo de tela que había arrancado.
Las dos hermanas se giraron y se fueron dando un sonoro portazo a la gran puerta principal.
Cenicienta, al oír el golpe, reaccionó y unas lágrimas se le escaparon de los ojos. Segundos después explotó y dejo escapar toda la tristeza, dolor e impotencia que llevaba dentro y que había acumulado desde ese día nublado en que le dijeron que su madre había fallecido. Corrió hacia el jardín y se dejo caer en un banco, al lado de la fuente que adornaba el lugar, escondiendo la cara llena de lágrimas entre sus brazos.

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La Cenicienta [FanFic]
FanfictionSu madre murió cuando ella era pequeña. Años más tarde su padre se volvió a casar con una mujer que solo lo quería por su fortuna. Poco después él también murió. Desde entonces su madrastra con sus hermanastras la tratan como una criada haciéndole h...