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CAPÍTULO
VEINTINUEVE

      NARUTO Y KAKASHI, COMO PERROS GUARDIANES, caminaban un paso frente a ella. Ninguno de los dos se sentía cómodo con aquella abrumadora y angustiosa situación. El mellizo suplicó al menos veinte millones de veces para evitar aquel encuentro, pero, dadas las insistencias de su hermana, todos se vieron obligados a darle una visita poco casual al definitivamente nada deseable Madara Uchiha. El único genuinamente feliz y emocionado por ello, por supuesto, era Hashirama. El Senju no mostraba ni un solo rastro de temor o inconformidad. En nombre de todas las deidades, ¿cómo era posible que estuviese tan tranquilo?

Minato adoptó una postura distante y nadie le culpaba, ni siquiera Tobirama. El mismo Senju le apoyaba y por cientos de miles de motivos. Perderla a ella sería, básicamente, como perder la vida. Perder la vida dos veces para Tobirama. Aunque querían creer que todo saldría bien de aquel descabellado plan, mucho temían. Había demasiado que perder.

El escondite de Madara Uchiha se encontraba ubicado en una zona recóndita y bien oculta, casi imposible de localizar. Les tomó dos días llegar. A causa de la delicada condición de la Uzumaki, se vieron en la necesidad de hacer constantes paradas y en cada una de ellas, trataban de hacerle entrar en razón. Aún podían darse la vuelta y volver a casa. Sin embargo, tan cabeza dura como era, no iba darse el lujo de rendirse. Si con este encuentro le daría a su hijo la oportunidad de convivir con su padre, entonces tenía todo el sentido del mundo arriesgarse. Ya había escuchado muchas historias de Madara Uchiha y en cada una de ellas, él era el malo. El enemigo. Un potente enemigo mortal. Bastaba con saber que Tobirama había asesinado a su hermano menor en defensa propia. Viéndolo de este modo, no existían demasiadas posibilidades de que el legendario Uchiha les diera apoyo, pero tenía que intentarlo. Si perdía la vida a causa de esto, moriría en calma, sabiendo que su hijo estaba bien protegido y resguardado en casa. Se iría al inframundo sabiendo que lo intentó. Con eso bastaba.

Hashirama se mantuvo midiendo el flujo de chakra de su cuñada. Ya que su nieta Tsunade se quedó en casa junto a Kushina para resguardar a su pequeño —terriblemente hermoso y muy adorable— sobrino, se encargó por sí mismo de la rubia. No le molestaba en absoluto. Estar cerca de la jovencita le hacía sentir muy cómodo, pese al abrumador descontrol de su chakra. Tenía una mirada tan pura e imponente. Así como Mito. Su esposa. Le era imposible no recordar a su amada, siempre que aquellos hipnóticos ojos azules se posaban firmes sobre él. La sensación era agradable. No mala. Podía entender porqué su hermano se había enamorado de ella, al punto de crear un jutsu de salto en el tiempo y posteriormente, otro que le devolviera a la vida... a medias. Por este motivo, el mayor de los Senju se mantenía firme en la idea de pedirle apoyo a Madara. Sabía que él era el único que tenía la capacidad de hacerlo. De cierta forma, confiaba en él. Seguía creyendo en él. Su corazón muerto seguía percibiendo algo bueno en el Uchiha.

Cuando ya faltaban unos pocos kilómetros para pisar los dominios del Uchiha, Minato decidió tomar una pausa. Todos debían descansar. Necesitaban recargar sus energías solo por si un enfrentamiento se llevaba a cabo. Por lo que había escuchado, este tipo era capaz de acabar con cien ninja en un pestañeo y aunque por sí solos los hermano Senju podrían enfrentarle sin problema alguno, lo mejor era que todos los presentes sirvieran de algo. Aunque tenían la ventaja del sharingan de Kakashi, aún no bastaba para enfrentar al Uchiha. Tampoco quería exponer a su hijo. Naruto haría cualquier cosa por su hermana, incluso si de acudir al Kyūbi se trataba. Estaba muy nervioso.

Orochimaru, por supuesto, no podía perderse la oportunidad de ponerse a prueba. Él también se había unido al viaje. Minato hizo lo posible por dejarle claro que si era que daba problemas, se vería obligado a tomar medidas drásticas. Sin embargo, el hombre serpiente le pidió que se tranquilizara, pues él estaba de su lado. Tan solo quería divertirse un poco y ver qué tan interesante era este Uchiha.

TEMPUS ★ S. TOBIRAMAWhere stories live. Discover now