|SNAPE|

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Si todos habían logrado recibir esa extraña pero muy agradecida segunda oportunidad, no había ninguna excusa para que el antihéroe más valiente también pudiera librarse del veneno de nagini.

Se levantó de aquel suelo lleno de polvo, su túnica se encontraba manchada de sangre consecuencia de la mordida que le había propinado la enorme serpiente de Voldemort en el cuello.

Aún con debilidad se trató de tocar la herida y frunció el ceño con confusión al sentir que no había ninguna.
Se movió despacio hacia la vieja cama que se encontraba en la casa de los gritos y se dejó caer con total cansancio, aún no entendía como había logrado sanar, pero en poco tiempo lo averiguaría.

Se quedo recostado un rato para poder pensar con claridad, quería salir en dirección al castillo para saber que había pasado. No recordaba mucho, el último recuerdo que tenía era que nagini lo había mordido, además de eso, nada.

Espero casi una hora, sacó su varita que había tenido guardado en la túnica y salió con tranquilidad.
Se sorprendió mucho al ver el sauce boxeador tan dañado.
Miro por todas direcciones y una horrible sensación le empezó a invadir el cuerpo al ver que nadie estaba presente afuera del castillo, supuso que la guerra había terminado.
Por seguridad, mejor decidió aparecer en su hogar, no quería soportar los gritos o hechizos de aquellos magos que lo consideraban traidor y asesino.

Llegó a su vieja casa e ingreso rápido, no espero ni un momento más, subió hacia su dormitorio y se dio un baño, el olor de la sangre le estaba poniendo más nervioso de lo que ya estaba.

Con el cuerpo ya relajado por aquella ducha caliente, bajo a la sala para ponerse a pensar en la guerra.

Su corazón se sintió pequeño, recordó a Lily, ella se había sacrificado por darle un día más de vida a su hijo y ahora Harry había muerto por el simple y cruel detalle de que era un horrocrux.

Gruño al pensar en Dumbledore, el hombre del que había confiado tanto, no había hecho nada para salvar a Potter.

-¡Fui un completo idiota!-grito con impotencia y algunos libros de su estantería se cayeron, su magia se estaba descontrolando por primera vez en muchos años.

¿Ahora que haría? ¿Cómo mostraría la cara en público? Todos los magos lo odiaban, ahora podía ser en esos momentos, uno de los más buscados para que se pudra en Azkaban.
Necesitaba irse muy lejos, tal vez a Francia...era el único sitio que se le ocurrió.

Entonces como si nada más pudiera arruinar su día, una persona empezó a tocar su puerta con una calma que le helaba la piel. Solo conocía a una persona capaz de tomarse todo con tranquilidad.

Pero era imposible, Albus Dumbledore estaba muerto, tal vez solo se estaba dejando llevar por sus emociones, quizá solo era un simple niño del vecindario...aunque eso era más raro aún, porque nadie tocaba su puerta y menos un niño.

Se movió rápido y sujetando con fuerza su varita abrió la puerta.

-Sabia que estarías aquí, me sorprendió mucho no encontrarte en Hogwarts-le dijo un hombre, se veía de unos treinta y tenia un porte único

-¿Disculpe?

-Me doy cuenta que no estás enterado de nada, pero no podemos tratar asuntos de suma importancia en la entrada de una puerta, entonces me arriesgare a pensar que me has invitado muy amablemente a ingresar a tu hogar-le dijo con una sonrisa e ingreso dejando a Snape frío.

-Espere..-lo detuvo el profesor de pociones-. ¿Lo conozco?

-Por el momento y gracias a esta apariencia, no-le respondió con una sonrisa y siguió caminando hacia la sala donde tomó asiento e hizo aparecer con un movimiento de varita dos copas y una botella de vino. Espero que también se sentará Snape y le dijo-. Cuentame todo lo que sepas.

-Le responderé lo que usted quiera, cuando me diga quién es.

-Severus... soy yo, Albus-le dijo

-¿Enserio?-le pregunto-. Le juro que no me di cuenta, señor-su voz se escuchaba demasiado sarcástica

-Si, es normal tu desconfianza-el ex director recostó su espalda en el sofá-. Vamos, has una pregunta.

Snape lo miro con total atención-. ¿Porque acepte ser profesor de Hogwarts?-le pregunto para poder comprobar su veracidad

-Siempre supe que odiabas a los niños, incluso considerabas tu trabajo un castigo, pero era necesario tenerte cerca por múltiples motivos, algunos de ellos, era alejarte del mal camino, tenerte como mi mano derecha, necesitaba también que cuidarás de los alumnos, entre ellos un pequeño de ojos verdes muy brillantes

-Si dice ser Albus Dumbledore... Entonces digame.. ¿Que tanto me reí la vez que murió Sirius Black?

-No recuerdo que hayas reído, te veías algo desencajado-le dijo con la mirada sería-. Incluso diré sin temor a equivocarme, que te dolió la muerte de Sirius Black

-Eso es mentira-siseo Snape

-No lo es, Severus, te dolió saber que esa pérdida iba afectar la fortaleza de Harry, te asustó pensar que el perdería las ganas de querer seguir viviendo, de querer seguir luchando.

-¡Pero ahora está muerto!-le dijo con rabia-. ¡El señor oscuro lo mato!

-¿Muerto? Qué yo sepa...en estos momentos debe estar en la madriguera, es un lugar muy acogedor-le dijo Albus con una sonrisa soñadora.

Severus se quedó estático, se había dejado llevar por la rabia y no se había dado cuenta que era verdad, ese hombre que tenía enfrente era Albus Dumbledore.

-El tiempo se me agota, Severus, así que te diré todo lo que necesitas saber por el momento. Muchos o tal vez todos los que hayan muerto en cualquiera de las dos guerras han "regresado" incluyendo el mismo Voldemort. No debes salir de este lugar, a menos claro que decidas ir a la madriguera, considero que es el lugar menos pensado en donde podría atacar Voldemort por la cantidad de magos presentes-le dijo Dumbledore, luego se levantó del sofá, suspiro y le advirtió-. Tu eres uno de los que más está en peligro, debes saber que el ya se enteró de que mando estas realmente y te recomiendo que desde ahora ya no confíes ni en mi, solo protegete-lo miro por última vez y se retiró.

Snape no tuvo tiempo de reaccionar, solo se quedo viendo al director salir, escuchó la puerta cerrarse y como si el mundo le cayera encima, empezó a pensar en Lily.

La veía tan perfecta con el cabello largo y rojo como el fuego, sus ojos tan hermosos, con una sonrisa parecida a un ángel...Ella reía, escuchaba su angelical risa. Entonces poco a poco fue cambiando...ya no tenía la cabellera roja, ahora era muy corto y rebelde...sus ojos verdes habían desaparecido, se fueron tornando de un color avellana...todo la perfecta imagen, se convertía en ....en ....en....Potter.

El arrogante le sonreía con burla.
Snape trato de cerrar los ojos y borrar esa imagen de su cabeza, pero era imposible, estaba viviendo una verdadera pesadilla... La pesadilla más horrible.
Y todo empeoró a mayor intensidad cuando lo escucho-. ¿Qué tal, Quejicus? ¿Soñando con mi Lily? Qué lástima porque ella es mi esposa-veía al cerebro de pájaro carcajearse hasta más no poder.

Snape se levantó del sofá y sacudió la cabeza. Su mente había sido clara, si Lily había vuelto, no lo había hecho sola...por desgracia.

Un Nuevo Amanecer▶ Harry PotterWhere stories live. Discover now