El sonido del timbre interrumpe la tranquilidad de un piso en Adeje.
-- ¡Voy! Grita una muchacha.
-- Buenas tardes. ¿Agoney Hernández?
-- Un momento. Dice la muchacha entrando en el piso. -- Ago te buscan.
-- ¿Quién es? Pregunta asomándose a la puerta.
-- Agoney Hernández, tengo un encargó para usted. Comenta el repartidor entregándole un gran ramo de rosas, dejando al canario mudo. -- ¿Puede firmarme?
-- Sí. Dice cumpliendo la petición.
-- ¿Son de él? Pregunta Glenda cuando su hermano entra al salón.
-- No lo sé. Responde incrédulo.
-- Seguro que son de él. Busca la tarjeta. Dice su hermana guiñándole un ojo y marchándose.
Agoney vuelve a fijar su mirada en el ramo que ha dejado en la mesa. Rosas rojas, sus favoritas, sin duda quien se las haya enviado le conoce bien. Quiere creer a su hermana y pensar que ha sido él quien se las ha enviado, más sabiendo el día que es, pero le cuesta mucho. Él no puede tener tanta suerte en la vida como para que un chico como Raoul le quiera tanto.
Sus ojos se fijan en la pequeña tarjeta roja que se camufla entre las rosas. La coge con cuidado y la abre.
"Te dije que 2500 kilómetros no iban a acabar con lo nuestro. Feliz Sant Jordi, t'estimo Micky".
La sonrisa que se dibuja en el rostro del canario sería capaz de opacar la luz del sol.
-- ¿Llevaba razón? Pregunta Glenda.
-- Sí.
-- Te quiere mucho, me alegro de que haya aparecido en tu vida, te lo mereces. Dice su hermana besándole la mejilla.
-- Realmente ese chico y yo nos leemos la mente. Ríe ante la confusa mirada de su hermana.
A 2500 kilómetros de Adeje, en una casa de Montgat un atlético y atractivo jugador de fútbol abre la puerta.
-- ¿Raoul Vázquez?
-- No está, soy su hermano.
-- Bueno, ¿puede usted firmarme?
-- Claro.
-- Aquí tiene. Dice el repartidor tendiéndole un ramo de rosas.
Álvaro regresa al salón con el ramo que deja en un jarrón. En el mismo lugar donde Raoul lo encuentra al volver.
-- ¿Qué es esto Teté? Cuestiona Raoul observando el ramo de rosas, veintidós exactamente.
-- Ha llegado a tu nombre, tú sabrás. Responde guiñándole el ojo.
La sonrisa de Raoul se ensancha de solo pensar en un posible remitente y coge la pequeña tarjeta empezando a leerla.
"Querías una rosa por Sant Jordi ¿no? Pues aquí tienes veintidós, la misma edad que tenía la primera vez que me enamore, de ti. Feliz Sant Jordi, t'estimo pollito".
El catalán decide llamarle con los ojos acuosos y una sonrisa gigante.
-- Hola pollito ¿tienes algo que contarme? Ríe el mayor al descolgar.
-- Gracias, jo Ago, son preciosas.
-- De nada cariño y gracias a ti, me han encantado. Susurra oliendo el ramo.
-- Pero Ago, tú tenías que regalarme un libro.
-- ¿En serio?
-- No has entendido la tradición. Ríe el menor.
-- Eres insoportable en serio...
-- Te quiero. Suelta el menor cortando al mayor.
-- Y yo Raoul, mucho. Susurra mordiéndose el labio.

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Viñetas (Ragoney)
FanfictionDos chicos en muchas vivencias cotidianas que podrían ocurrir en tu mismo vecindario. Con diferencia de que esos dos chicos se quieren, tanto que se les nota en los ojos y en la voz cuando se ven. Son conocidos en el mundo de la música española por...