Los susurros de la celda numero 66 eran los de un hombre bastante ingenioso, de cabellos violetas y ojos de oro bastantes profundos, un río de oro fundido dispuesto a bañar a todo aquello donde pusiera su atención.
La prisión de máxima seguridad Retcel contenía a los 100 criminales más buscados y peligrosos de todas las dimensiones. La burla que hacían en aquella prisión era de que siempre el recluso de la celda 66 era el elegido del diablo, aunque claro le faltaba un 6 pero eso no importaba en absoluto. En el año de 1445 (que era el antiguo calendario antes de la entrada triunfal de los tres almirantes que impusieron paz) un prisionero de nombre Marcorelo Aswert logro escapar de esos barrotes. En el año 10 (del nuevo calendario) escapo otro de nombre Franco Barment. Hubo otros cinco casos, pero en todos los prófugos solamente pudieron pisar la libertad un mes antes de aparecer muertos de formas bastante peculiares.
Todos solían bromear con el hecho de que si llegases a pisar esa celda jamás desearas la libertad, porque de lo contrario la obtendrías a cambio de la muerte inminente y espantosa. El gran desollador de Greimor de nombre Jaimes Graunt cuando ingreso a ese lugar al ser arrestado por Chrono Harlaown fue mandado a esa celda y se negó. Los rumores lo alcanzaron cuando fue encerrado en una habitación provisional en lo que esperaba juicio, un amigo suyo que llego a pisar esa celda y escapo se volvió loco, estaba chiflado diciendo que escuchaba voces en su mente y estas le ordenaban cosas. Unos días después apareció muerto a las orillas del río Kangas, su cuerpo estaba devorado por animales y su cabeza jamás se encontró. El policía que lo cuidaba se encargo de mostrarle las fotografías del cuerpo, suficiente para traumarlo y negarse a tomar esa celda.
Esa celda estaba desde hacia ocho años ocupada por el Científico, Inventor y Terrorista Jail Scaglietti, arrestado por Fate Testarossa en sus inicios como investigadora.
-Sí...si puedo oírlo, puedo oírlo. -susurro Jail.
-¿Por qué no te callas, maldito imbécil? ¿Qué no sabes que si sigues así vas a morir? -grito Migs asustado.
-Chisst, Chisst! -le grito Jail molesto. -Eres un asqueroso asesino vulgar, cállate, no me dejas oírlo.
Migs era un hombre de 75 años acusado de asesinato y violaciones. Llevaba 45 años en esa prisión y sus ojos habían visto cuatro reos que presentaban esos síntomas, primero susurros, luego venían paseos a todas horas y gritos desgarradores, por ultimo la desapareció de ese individuo y en un mes la noticia de su muerte como un animal.
-¿Es que no sabes que vas a morir? -le dijo Migs.
Jail no era alguien a quien quisieran los presos, era como el marginado. Solían hablar entre ellos un poco para imaginar lo que harían cuando salieran. Unos solían decir que entrarían a trabajar en uno de comida rápida y dormiría en un motel para pagar una hora con una mujerzuela. Pero cuando Jail hablaba todos interrumpían la platica y lo ignoraban como si fuera un animalejo asqueroso.
-Lo que haré es salir de aquí, lo haré y cuando lo haga remodelare a Mild-childa! -respondió alegre. -Esta muerta la única persona que podía detenerme, es lo mejor que podría pasarme.
Jail Scaglietti desde que había llegado se mostraba silencioso, jamás respondía cuando iban a hacerle una prueba psicológica. Pero, desde hacia dos semanas se mostraba alegre, conversaba a solas en susurros inquietantes. Los guardias no se molestaban en callarlo, por la leyenda ese hombre escaparía y moriría al mes, un asqueroso monstruo menos en el mundo. Pero incomodaba a los reclusos que solían escuchar sus palabras con terror.
-Sí, sí. Si tu eres quien lo hizo entonces te pagare el favor, te daré lo que necesitas. Solo sácame y te lo daré. -dijo en un tono de malicia.

YOU ARE READING
[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos Separo
FanfictionLas mentiras son verdades bien disfrazadas y las que recibió Nanoha le ocasionaron que tomara la elección que acabaría con la vida de su amada Fate