LA IMPORTANCIA DE HAIKYUU!

210 24 26
                                        

Hace un par de días... o de noches, más bien. Hace un par de noches, incapaz de dormir, decidí ver uno o dos capítulos de la serie de anime que me tiene de cabeza últimamente. Esa donde juegan vóleibol (que por cierto era el deporte que más miedo me daba jugar en el colegio; le ganaba el básketbol porque su pelotazos duelen más XD) y que tiene un protagonista de pelo color zanahoria. Esa que cuando buscas sus etiquetas en Instagram te sale muuuuucho yaoi... en fin, que me puse a ver Haikyuu! Me dije que después de un capítulo me daría sueño y lograría dormir. Sí, claro... cinco capítulo más tarde, no solo no tenía sueño, sino que había encendido otra vez el computador (la serie la veo en el celular) para ponerme a escribir. 

Y es que si alguien se dedicara a destilar lo que provoca Haikyuu!, creando una poción o algo así, no sé lo que provocaría en el resto de la gente, pero en mí tendría el efecto de un golpe de motivación. Tras ver esos cinco capítulos me sentía, no capaz de todo, pero sí con muchas ganas de intentarlo. De intentar escribir, de hacerlo mejor, de no deprimirme con las dificultades, de no dejarme llevar por el camino más fácil. Y eso que (ALERTA DE SPOILERS) los capítulos en cuestión no eran otros que aquellos en los que Karasuno pierde contra el Seijo. Además de dejarme con una ligera depresión, lo crucial fue lo que vino después de la derrota. O entender por qué les dolía la derrota.

Pero de eso hablaré en un rato...

Desde los primeros capítulos, esta serie provocó en una gran... emoción. Sí, no puedo decirlo de otra manera. Suelo emocionarme con las series/películas/libros. Pero es que Haikyuu! lo logra con momentos tan pequeños, al parecer insignificantes. Al principio, el gran culpable era él:

No solo me conmovía la manera en que fue capaz de aferrarse a su sueño y, a pesar de las dificultades para cumplirlo que le traería su corta estatura, dar lo mejor de sí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No solo me conmovía la manera en que fue capaz de aferrarse a su sueño y, a pesar de las dificultades para cumplirlo que le traería su corta estatura, dar lo mejor de sí. Más importante aún, me encanta cómo transformó su "defecto" en su marca registrada, en aquello que lo destaca entre los demás. 

Pero Haikyuu! no se trata solo de Hinata. Luego, al conocerlo mejor, también me sentí motivada por él:

Puede parecer, sobre todo al principio, que Kageyama no tiene demasiados problemas para destacar en el voléibol

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Puede parecer, sobre todo al principio, que Kageyama no tiene demasiados problemas para destacar en el voléibol. Es el opuesto total de Hinata: él es alto, tiene un talento natural, es un genio. Pero con el paso de los capítulos uno se va dando cuenta que es precisamente esto último su mayor piedra de tropiezo. Kageyama es tan consciente de su talento y de la importancia que puede llegar a tener dentro de un equipo, que se olvida del equipo. Es él quién enfrenta al oponente... si otro jugador remata bien, es por sus colocaciones. Y si el rematador no puede hacerlo, no es su culpa, sino que muestra la incapacidad de los que lo rodean. Cuando llega al Karasuno, en cambio, aprende que si no juega con el equipo, nunca podrá ganar, a pesar de todo su talento y genialidad. Aprende que él puede, más que destacar, ayudar a destacar a otros, como a Hinata. Aprende, en definitiva, a ser parte de algo más grande que él; a ayudar y a dejarse ayudar. 

This Is My SpotWhere stories live. Discover now