Dejame decirte un último te quiero

Cap. 8

Hace un año hubiera estado dando saltitos de alegría mientras Axel me cogía en volandas y me ponía el collar que hoy día se encuentra en mi mano completamente roto. Hoy día yo no soy Crístal y Axel felicita a otra chica que podría pasar por mi doble perfectamente. Hoy no sé si llorar o reír en este día. Hoy es mi decimoséptimo cumpleaños aunque nadie tenga que saberlo, aunque nadie se de cuenta de nada. 

Suspiro profundamente y me guardo el colgante en mi chaqueta. Bajo a desayunar con los ánimos por los suelos y me muerdo el carrillo de las mejillas. Entro en el comedor sin prestar atención a que los chicos felicitan a Lucía mientras esta sonríe más feliz que una perdiz. Me siento en la primera mesa que encuentro. Sacan una tarta gigante de dentro de la cocina y yo mientras doy vueltas a mi leche con cereales metida en mi ensoñamiento. Un olor familiar se cuela por mi fosas nasales. Cierro los ojos mientras su mano se posa en mi hombro. 

--- ¿Quieres tarta? - dice despacio. 

Niego con la cabeza y me meto una cucharada de cereales en la boca. 

--- ¿Te importa que me siente a tu lado? 

Niego otra vez y por el rabillo del ojo veo a Axel sentarse en la silla del lado mía.

Comemos en silencio sin decirnos nada. Su mirada se cruza unas cuantas veces con la mía. Suspira triste y se levanta de la silla. Me obliga a hacerlo también a mi y me abraza con fuerza. Abro los ojos consternada y poco a poco abrazo su cintura temblorosamente. El comedor se queda callado y yo cierro los ojos como si dentro de poco fuera a despertarme de esta pesadilla en la que estoy metida desde hace un año atrás. Sin si quiera notarlo estoy llorando mientras Axel me abraza. Se separa poco a poco de mi y me mira a los ojos. 

--- Mejor ¿verdad? 

Yo asiento. Una tos hace que volvamos a la realidad. Mark el pobre se esta medio ahogado y nadie le está haciendo caso. Suelto una carcajada entre lágrimas. Este chico nunca cambiará. 

--- Bien ahora comamos la tarta de una vez por todas - dice Harley con Scotty pisándole los talones. 

Axel se les une corriendo. Con lo que come y que no engorde...

Ha hecho un pacto con el diablo.

Touché. 

--- Algún día tendremos que empujarles para que se muevan de lo gordos que van a estar - dice Silvia con una mueca. 

--- Que se le va a hacer, vamos Iría - dice tirando Celia de mi - hay que conseguir catar esa tarta antes de que esas víboras se la terminen. 

***

Me tumbo en mi cama y suspiro. El haber tenido que felicitar a Lucía y encima aguantar como todos celebraban con ella la fiesta que a mi me correspondería, me ha matado por dentro. Desde primera hora de la mañana he desconectado el móvil, así que no tengo noticias de fuera del país. Con pesar lo enciendo. Al poco el móvil está petado de notificaciones tanto de Whatsap como de Instagram como de Twitter. Todo el mundo me ha felicitado pero a mi solo me importan las de mis amigos. En Italia conseguí mucha fama al ser la primera chica que se atrevió a hacer las pruebas para la selección, después de eso conseguí que muchas otras se atrevieran. Abro el grupo del equipo y me encuentro con un vídeo. Lo abro con  el ceño fruncido. Poco a poco mi sonrisa se va ensanchando al ver a todos haciendo el idiota mientras me celebran el cumpleaños. Cierro el vídeo y apago de nuevo el móvil. Mi puerta suena y y voy a abrir. Miro a los laso pero no hay nadie, solo un pequeño pastelito con una vela encendida. Cojo la nota en la que pone feliz cumpleaños y apago al vela sonriendo. Por los menos alguien todavía se acuerda de mi.

***

Me despierto sobresaltada al escuchar mi puerta abrirse con fuerza. Somnolienta enciendo la lucecita de la mesilla. Me pongo la mano en los ojos y diviso a un montón de cabezas asomándose a mi puerta.