Elrond y Cathin no se detuvieron a descansar en ningún momento. Comían caminando y por las noches continuaban la marcha. De otra forma, tardarían el doble en llegar a Lothlórien. No hacían mucho ruido, avanzando con pasos ligeros.Cuatro días después, llegaron al territorio de la guardia de Lothlórien. Haldir bajó de uno de los árboles a recibirlos.
—Me alegra que estés aquí, hermana —le dio un beso en la mejilla.
—Tenía que venir —dijo algo cansada.
Atravesaron el bosque hasta llegar a unas escaleras de piedra. La sala de reuniones era una gran roca redonda, sostenida en las alturas por las ramas de un árbol grande y muy antiguo.
Allí estaban esperando los señores de Lorien. Se sentaron alrededor de una mesa redonda, el cuarto no tenía paredes, sino una hermosa vista del bosque. Pero nadie afuera podía escuchar lo que sucedía allí gracias a la magia de Galadriel.—¿Qué sucede realmente? ¿En qué puedo ayudar? —fue directo al grano.
Celeborn, un elfo alto con rostro fino y cabello plateado, miró a su esposa. Galadriel, quién era la elfa más hermosa de todas, según Gimli, antes de ver a Cathin; asintió y miró a Elrond.
—Orcos y uruk-hais se dirigen a atacar el Bosque Negro —informó el medio elfo—.Llegarán mañana en la noche.
—No llegaremos a tiempo —lamentó Cathin.
No tardó mucho en comprender porqué Elrond no le había querido contar lo que sucedía cuando estaban en los campamentos. Ella se lo hubiera contado a Legolas.
“Legolas es clave en la guerra contra el enemigo”, escuchó en su mente que la Dama Galadriel le decía.
El elfo se hubiera ofrecido a acompañarlos, atraído por la necesidad de ayudar a su pueblo. También hubiera ayudado a convencerlo la presencia de Cathin allí.
Cathin asintió mirando a la elfa. Galadriel parecía acostumbrada a saberlo todo.
—Podemos llegar a tiempo, con tu ayuda —le dijo Celebron.
—Si utilizas todo tu potencial podrás trasladar a una parte del ejército —añadió Elrond.
Cathin miró a su hermano, él estaba muy serio.
—Hermana, debes saber que pondrías en riesgo tu vida. No creo que lo valga.
—En estos tiempos todos arriesgan algo —lamentó. En ningún momento había dudado en ayudar. Lo único que le preocupaba era no llenar las expectativas de los que estaban allí—.Aunque jamás he estado en el Bosque Negro.
—Yo te ayudaré con eso —dijo Galadriel.
Celeborn dio la orden de que avisaran a los guerreros que partirían. Galadriel y Cathin quedaron solas. La elfa más joven estaba agotada por el viaje. Además de eso, hacía más de una semana que no dormía.
—Podrás llegar hasta el Bosque Negro si lo visualizas como si hubieras estado allí. Cierra los ojos, mi niña.
Cathin le hizo caso. No pudo explicar la energía positiva que atravesó su cuerpo. Las imágenes de los relatos de Legolas se hicieron vívidos, como si fuera un recuerdo.
—Tendrás que intentarlo una vez sola.
—De acuerdo.
Ella se paró, cerró los ojos y susurró el hechizo para trasladarse. Como la distancia entre el Bosque Negro y Lothlórien era mayor, Cathin pudo sentir cómo su cuerpo entraba en una especie de limbo dónde no habían sentidos ni tiempo.
Llegó enfrente a la entrada custodiada por elfos. Los guardias la apuntaron con sus armas, observándola con desconfianza.
—¿Quién eres? —preguntó el líder.
Le tomó unos segundos espabilar.
—Soy una enviada de la Dama Galadriel. Por favor, informen al rey que los elfos que Caras Galadhon los ayudarán.
Volvió a susurrar el hechizo para regresar a Lorien. Galadriel notó su cansancio y la ayudó a llegar hasta una silla.
—Llegué hasta la entrada —le contó intentando no perder la consciencia.
Al final de todo, le tomaría mucho esfuerzo llevar a todos los que estaban dispuestos a pelear, igual lo intentaría.
Haldir regresó junto a su hermana, con una bandeja de comida para ofrecerle.
—Debes comer para tener fuerzas —le dijo en tono de orden...
Cathin obedeció a pesar de no tener hambre. Cuando terminó, la dejaron darse un baño antes de unirse al grupo de elfos. Haldir insistió en que debía protegerse al igual que él. Cathin obedeció una vez más. El traslado le quitaba todas las fuerzas, así no podría volver a usar el hechizo de protección que le había sido de mucha ayuda en la batalla de Cuernavilla.
La esperaron todos en la entrada de Caras Galadhon, cerca de los flets. El ejército de elfos ya estaba en posición. Cathin se sintió un poco intimidada. Varios soldados habían sido sus compañeros de juego cuando era pequeña, pero en ese momento se veían despiadados.
Su cabello estaba recogido en un rodete ajustado con horquillas. La armadura, que no estaba hecha para mujeres, le resultaba incómoda y muy pesada.
Se paró al lado de su hermano y lo tomó de la mano. Celeborn y Galadriel se despidieron de ellos. Los demás soldados también se tomaron de las manos. Incluso la escena podría haber sido graciosa de no ser por la guerra que se estaba extendiendo por toda la Tierra Media.
La elfa se concentró. Un viento inesperado comenzó a rodear a todo el grupo, levantando las hojas sueltas y creando una burbuja de aire. En un segundo, todo el grupo desapareció y las hojas que se habían levantado regresaron al suelo.
Por otro lado, en el Bosque Negro, el rey Thranduil había salido hasta la entrada de su reino. La aparición misteriosa de una elfa podría ser una trampa de Sauron. Thranduil, un elfo alto y fornido, ya preparado para luchar, estaba alerta al frente de sus guardias.
Frente a ellos, el ejército de Caras Galadhon apareció de la nada. Rápidamente, todos se soltaron de las manos y se pusieron firmes. Haldir se adelantó para hablar con el rey. Cathin estaba muy quieta. Había sido mucho más duro de lo que había pensado. Y ahora, ya no tenía a Galadriel cerca para que le regresara las fuerzas.
Reaccionó cuando se dio cuenta de que su hermano y el elfo con corona habían dejado de hablar y la observaban fijamente. Se acercó intentando que los demás no se dieran cuenta de su cansancio. Después inclinó su cabeza para saludar al rey. Ni siquiera podía hablar.
Los guerreros crearon un perímetro frente a la entrada principal del reino. Utilizarían la ventaja de poder ver a los enemigos desde la altura de los árboles.
Cathin contuvo el aliento al escuchar a lo lejos el sonido de un cuerno de orco. El enemigo ya estaba cerca y podía comenzar a pelear en cualquier momento. Ella tomó una flecha de su carcaj y tensó el arco. Estaba agotada sí, pero podría luchar desde lejos. O por lo menos esperaba poder hacerlo.
Los orcos y uruk-hai no atacaron solos, las arañas gigantes del bosque se unieron al bando del mal. Los elfos se enfrentaron con valentía y entusiasmo al enemigo. Por cada orco que mataban, dos uruk-hai aparecía a reemplazarlos.
Haldir estaba luchando contra una de las arañas. Logró cortarle las patas delanteras, pero la bestia seguía luchando sin descanso intentando enredarlo en su telaraña.
Cuando iba a tirar su última flecha, Cathin comenzó a ver todo borroso. Tenía los ojos abiertos pero ya no veía nada. La elfa cayó del árbol, estrellándose contra las raíces y el suelo del bosque.

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El Despertar de una Bruja [Legolas Fanfic]
Fanfic𝐶𝑎𝑡𝒉𝑖𝑛 𝑒𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑒𝑙𝑓𝑎 𝑑𝑒 𝐿𝑜𝑡𝒉𝑙𝑜́𝑟𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑓𝑢𝑒 𝑏𝑒𝑛𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑙 𝑑𝑜𝑛 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑎𝑔𝑖𝑎. 𝐷𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑙𝑒𝑗𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝒉𝑜𝑔𝑎𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑎𝑟𝑟𝑜𝑙𝑙𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟, 𝑐𝑜𝑛...