-Adelante. Niégalo.
Hermione soltó una risita nerviosa y sus mejillas se tiñeron de rojo.
-Yo...
Ginny sonrió.
-Venga. Niega que te enamoraste.
-¡Gin!
-¿Qué? ¿Acaso miento?
Hermione enterró su rostro en la almohada y Ginny sonrió.
-Te escucho. Hace cinco segundos no querías admitir que te gusta Ron pero ahora tampoco quieres negarlo.
No hubo respuesta.
-Vamos, Hermione, sé que puedes hacerlo mejor que esto. Dime ahora. ¿Qué es lo que sientes por Ron?
-No lo sé.
-Que seas sincera, dije.
-¡De verdad!-Protestó ella.
-No te creo.
Tocaron la puerta del cuarto. Ginny se acercó a abrir. Enseguida sonrió al ver a su novio y no se preocupó de estar en pijama ni que fuese tarde para estar despiertos.
Harry bostezaba.
-¿Se puede saber el porqué de tanto alboroto? Intentamos dormir.
-Hermione no quiere admitir que se muere por que Ron la...
-Te prohíbo que sigas.-Dijo su amiga.
-No. Espera, esto es interesante. Venga, Gin.
La voz de Ron sonaba risueña.
-¿Y tú de dónde saliste?
-Yo soy como la mugre. Siempre vuelvo.
Todos rieron.
-Propongo un simple trato. Que te lo diga Hermione. O no. Encerrémoslos. Que hablen a solas. En el armario de escobas.
Ron palideció, pero no tanto como Hermione.
-¿Y si no quiero decirle?
-Tendrá una hora para convencerte.
-¡¿Debo estar una hora?!
-Mejor que terminen a las dos en punto. Agrégale media hora extra.
-¡¿QUÉ?!
-Cálmate, Herms. Es solamente por su relación. Queremos que...
-Que me dejen en paz. No voy a encerrarme con Ron en ninguna parte. Y menos a esta hora.
Ron sonrió.
-Eres una genio, Ginny. Yo acepto tu proposición.
Hermione miró a Ron.
-¿TÚ QUÉ?
-Sí. Quiero saber de qué estabas hablando. A no ser que prefieras decirlo ahora frente a todos.
Hermione se sonrojó.
-Pero...
-No se hable más. Venga, Herms. Vamos.-Dijo Ginny.
Harry miraba la escena divertido. Quería saber en qué acabaría todo eso.
Hermione y Ginny salieron por la puerta del cuarto. Mientras caminaban por el pasillo, Hermione arrastró a Ginny dentro del baño.
-¡¿Enloqueciste?! ¿Encerrarme con Ron? ¿Desde cuándo es buena idea?
-Desde que te gusta mi hermano.
-¡Eso no es cierto!-Protestó Hermione.
-¿No?
-¡No!
-¿Y por qué llevas tres días aquí comportándote como si lo hiciera?
-Yo no...
-Hermione.-Dijo la pelirroja.-Cuando él estaba en el jardín disfrutando de la brisa, te pusiste a leer a su lado y prácticamente te le echaste encima.
-Eso no fue así. Él me dijo que...
-...Que te acercaras porque no quería estar solo, ya lo sé. Pero no te apartó cuando te recostaste en su pecho, ¿O sí? Y además te acarició el cabello y te susurró algo. Ni te molestes en negarlo. ¿Qué te dijo?
La castaña se ruborizó aún más.
-Yo... Me... Me dijo que... Olía bien.-Respondió cubriéndose la cara con las manos.
Ginny sonrió.
-Lo cual nos lleva a que yo tengo razón. Ron está enamorado de ti.
-No creo que él sienta eso por mí...
-Claro que sí.
-No estoy segura de que sea cierto...
-Oh, vamos.
Mientras tanto, con los chicos...
-Ya basta, Harry. Hermione y yo no vamos a hacer nada en el armario. Solamente quiero saber de qué estaban hablando ella y Ginny.
Harry rió.
-Dudo que teniéndola tan cerca no la beses. Llevas tres días hablando sobre ella.
Ron enrojeció.
-Solamente la besé una vez. Y no lo sabe. Así que prefiero que siga así. No me delates, Harry.
-Yo no lo haré. Pero...
-Ya basta. Sí, estoy enamorado de ella, pero eso no quiere decir que vaya a intentar nada. Ella no siente eso por mí. Punto final.
-No lo sabes.
-No, Harry. No la merezco. Ella merece a alguien mejor que yo. Alguien como... Alguien como Krum.
Ron bajó la vista.
-Ron...
-Ya no importa. Vamos.
Ron salió del cuarto con la cabeza gacha. Harry lo siguió. Llegaron frente al armario de las escobas del primer piso, donde Ginny examinaba todo con aire de experta.
-Me temo que no podrá ser aquí. Es demasiado estrecho el espacio. Solamente entra una persona.
-Bien, no podremos hacer nada. Volvamos a dormir...
-Alto ahí, Herms. Primero usaremos el plan B. Y lamentablemente, tú estás dentro.-Dijo la pelirroja.
Hermione protestó un rato hasta que Ron la hizo callar.
-Vamos. Al cuarto de invitados.
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-Oh, vamos. ¿Es que no piensan rendirse nunca?
-No.-Contestó Ginny sin alterarse.-Vamos, adentro. Y deja ya de protestar. Tienes las de perder. Hasta Ron está de acuerdo con esto.
Hermione refunfuñó y se metió dentro del armario de la habitación de invitados de La Madriguera.
Ron estaba dentro, con aire divertido. Su rostro sonriente fue lo último que vio Hermione antes de que la puerta se cerrara y todo quedase sumido en la más profunda oscuridad.
Ginny sonrió y cerró la puerta con llave, quedándose ella y Harry afuera.
-Espera un segundo.-Dijo Harry a su novia.-¿No crees que vayan a morirse asfixiados ahí dentro?