Nunca entendiste mis razones.
Siempre querías más y más; como si te diera menos, cuando en realidad siempre te lo di todo.
Y decías que yo no te entendía.
Pero dime: ¿Quién quería cambiar a quién?
¿Quién hacía sentir al otro como si no fuese suficiente?
Y perdón, pero no lo siento.
No me arrepiento de no ser la muñequita que siempre quisiste.
De esas que solo asienten con la cabeza y se quedan calladas.
Porque tarde o temprano, uno se da cuenta de que hay cosas que no valen la pena.

YOU ARE READING
Frases para olvidar.
RandomUna recolección de todo lo que me callé, de todas las cosas que nunca dije. Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia. (Todas las frases y escritos que aparecen esta obra me pertenecen.)