14: Romeo y Julieta

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A las 5:00 a.m. ya estaba lista para salir. Con las últimas emociones, no había dormido gran cosa, por lo que me había levantado temprano, me había puesto algo cómodo y había limpiado la habitación, había hecho el desayuno, desayunado, me había dado una ducha, ido al baño, lavado los dientes, me había puesto un vestido largo y me había preparado para ir a la prueba de eliminación.

Y eran las 5 am.

De modo que me levanté de la silla y fui directa a la habitación en la que Jordi se recuperaba de las heridas.

Toqué suavemente antes de pasar y ver al chef dormir tranquilamente en la cama. Su nariz estaba prácticamente perfecta y la hinchazón había desaparecido.

Me senté junto a él y lo observé mientras escuchaba "Hurricane" de Thirty Seconds to Mars, con mis auriculares.

Sin querer tarareé mi parte favorita:

'Tell me would you kill to save a life?
Tell me would you kill to prove you're right?
Crash, crash, burn... let it all burn, this hurricane is chasing us all underground'

Recordé el vídeo, especialmente la parte en la que el batería -Shannon- golpeaba a los tipos que intentaban cogerlo. Me recordaba a mi pelea con Gabriel.

'Do you really want...?
Do you really want me?
Do you really want me dead... or alive to live a lie?'

-Cantas muy bien -murmuró el chef.

-¿Estás bien? -me quité un auricular.

-Bien, ¿y tú? ¿qué ocurrió con Gabriel?

-Está en el hospital. Creen que sobrevivirá.

-Espera, ¿qué pasó?

-Después de que hicieras el ridículo, intentó violarme, de modo que le di un codazo en la entrepierna, otro en las costillas y un buen golpe en la nuca seguido de rodillazo en la cara.

-Y yo intentando salvarte -murmuró el chef.

-Fue muy dulce de tu parte.

-Gracias -sonrió.

Le sonreí de vuelta.

-Aunque no sirviera de nada.

-Oh, vamos, con lo bien que estábamos.

-Bueno, ahorita es la final, así que...

-¿¡QUÉ!? ¿¡Cuánto tiempo estuve inconsciente!?

-De hecho, fueron 4 horas, chico listo.

Me reí de él.

-¡Hey! Me asustaste, ¿sabes?

-Te vi la cara -me reí.

-Mala -se quejó haciendo un puchero.

-Niño de 5 años.

-Malhumorada.

-Inconsciente.

-Idiota.

-Arrogante.

-Hermosa.

Me quedé de piedra, y él se tapó la boca con una mano.

Lo miré fijamente, y de repente sonreí divertida.

-Repítelo.

-E-Eh...

-¿Recuerdas cómo estaba tu nariz antes de que te la enderezara?

Tragó saliva.

-Eres hermosa -murmuró por lo bajo.

-Buen chico -le sonreí y le di un beso en la mejilla.

Se me quedó mirando fijamente mientras yo cerraba los ojos y escuchaba la música.

-Esto... ¿Ally?

-¿Mm?

-Yo... me preguntaba... -respiró hondo-. ¿Te gusto?

Abrí los ojos de golpe, sonrojándome.

En realidad no me gustaba. Porque no sacármelo de la cabeza, estar nerviosa cuando se me acercaba, sentir mariposas en el estómago y esas ganas locas de besarlo que me entraban a veces no significaban que me gustara.

-¿Por qué lo preguntas?

-Te oí discutir con Gabriel y... Yo... Me defendiste y trataste de protegerme, es más, lo hiciste, a pesar de que la mitad del tiempo yo haya sido un completo capullo.

-... No me gusta involucrar a terceros en mis disputas.

-Pero a Sam no lo defendiste.

-Él te patearía el trasero antes de que pudieras tocarle un solo pelo si se lo propusiera.

-Oh... O sea, que lo que dijiste... que no te gusto... ¿era cierto?

Sus ojos, que habían estado fijos en la sábana que estaba apretando con fuerza, se cerraron como esperando un golpe antes de verme a los ojos.

Desvié la mirada.

-Sí.

Jordi se incorporó y se acercó a mí.

-No te creo -susurró, mirando fijamente mis labios.

-Es la verdad -dije, no muy convencida.

-Dilo mirándome a los ojos -volvió a mirarme a los ojos-. Si no puedes, es que no es cierto.

Lo miré a los ojos. Sus orbes, de aquel color entre castaño y verde, me devolvieron la mirada.

-Yo... -vacilé.

Él sonrió y recorrió la escasa distancia que nos separaba, juntando sus labios con los míos con dulzura. Su mano recorrió suavemente mi brazo, erizando mi piel, hasta subir por mi cuello y posarse en mi nuca para atraerme aún más. Yo cerré los ojos.

Sentí cómo la cabeza se me embotaba y el mundo desaparecía mientras disfrutaba del contacto de sus labios contra los míos. Su lengua recorrió suavemente mi labio inferior y tomé conciencia de lo que hacíamos.

¡Estaba besando a Jordi Cruz en medio de una habitación!

Me separé bruscamente y lo aparté. Él me miró, interrogante. Me armé de valor y lo miré a los ojos.

-No me gustas, Jordi.

Creo que me estoy enamorando de ti, añadí para mis adentros.


Helado de limón y chocolate [Jordi Cruz] [Masterchef]Where stories live. Discover now