Capítulo veinte.
Kurt.
He visto la habitación de April por medio de nuestras vídeollamadas, pero es la primera vez que estoy aquí, es por ello que me tomo el tiempo de curiosear un poco mientras ella le da una vuelta de revisión a los mellizos dormidos.
No es una habitación muy grande, pero es ordenada y tiene algunos detalles que hacen que no sea impersonal, su cama con las sabanas arrugadas se ve muy cómoda. Mi teléfono suena y veo que se trata de tía Karina, esta vez decido responder.
—Estoy bien, Kari. Solo un poco abrumado porque fui tan idiota cómo para entrar en tendencias y leer los comentarios.
—Sabíamos que habrían un montón de idiotas cuestionándolo, pero las respuestas positivas abundan y esas son las que nos importan, cerdito.
—Lo sé, pero no es tan fácil que lo negativo no te afecte, sin embargo, estoy bien.
— ¿Quieres que vaya contigo?
Me giro hacia la puerta y encuentro a April con su pijama desgastado viéndome, me da una sonrisa y se la devuelvo.
—No estoy en casa, estoy en la de April. Me estoy quedando con ella.
Hay unos pocos segundos de silencio lo que me hace suponer que está procesando mis palabras. En el pasado ellas y Romeo eran mi refugio y el centro de apoyo, ahora hay alguien más estando para mí en los momentos difíciles y sé que es un cambio grande al que poco a poco se adaptarán.
—Bueno...Dale mis saludos —Suelta una pequeña risa—. Confieso que es raro y no sé qué decir, pero estoy feliz de que parezcas tan cómodo y a gusto con ella. Todo lo que quiero es que mi cerdito sea feliz.
—Gracias, Kari. Ahora voy a colgar. Hablamos en unas horas ¿Si?
—Está bien, descansa. Hoy ha sido un día de emociones fuertes.
Hablamos un poco más y la llamada finaliza. Camino hacia uno de los lados de la cama dejándome caer sentado poco después, me encargo de sacarme el reloj y lo dejo sobre la mesita de noche antes de ver hacia la puerta y sonreírle a April.
—Estoy asumiendo que me das refugio esta noche, corazón.
—Tengo varios refugios para ti —comenta con picardía haciéndome reír.
Camina hasta mí y trepa sobre mi regazo a horcajadas, cierro mis ojos disfrutando del masaje de sus dedos en mi cuero cabelludo. Finalmente me relajo.
He estado todo el día en tensión. Primero se trataba de los nervios de saber que la entrevista saldría, luego tuvo que ver con los comentarios y maquinar miles de escenarios sobre cómo sería mi vida a partir de ahora. Ha sido muy estresante y agobiante, incluso cuando no quiero darle ese poder a Jean, resulta muy difícil no preocuparme sobre todo esto.
Por eso vine a con April, quería un abrazo de su parte y un poco de perspectiva. Ahora que estamos así es cuando comienzo a hablar sobre cómo me siento sobre toda esta situación y no sé si resulta agotador escucharme, pero April lo hace mientras prosigue con sus masajes. Me dejo caer de espaldas sobre el colchón y ella se mantiene a horcajadas comentando entre mis palabras cuando lo cree necesario.
—Es normal que te sientas así. Estás en medio de un momento vulnerable en donde dijiste lo que muchos te hubiesen alentado a callar —Se inclina hacia adelante y deja un suave beso sobre mi boca—. Estás asustado de las consecuencias y francamente sería raro que no lo estuvieses.

YOU ARE READING
Enloqueciendo a Kurt (BG.5 libro #4.5)
RomanceLa vida de April Nowell ha si buena y complicada. A una temprana edad fue internada cuando fue diagnosticada con una enfermedad, eso fue complicado. Pero pese a los pronósticos, ella la superó, eso fue bueno. Con una nueva filosofía de vida, ella se...