Mi rey. [2# Libro de la bilogia "Nuestros".]

[MR] Capítulo 36: Benevolente y malvada.

"El príncipe NO ideal" será la próxima obra que publicare una vez encuentre a alguien para la portada.

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Benevolente y malvada.

Se había levantado tranquilamente. Seguía herida, para otro hubiera sido letal la sola idea de mover un músculo. Pero tampoco duró mucho su postura al ser elevada nuevamente.

-¿Qué es lo qué haces?

Le preguntó Abel sosteniendola entre sus brazos.

-Se aprovechan de su estatura y de mi pobre estado.

Se quejó indiferente dejándose ir completamente entre sus brazos. Era muy cínica.

-¿Ya has comido? Acuérdate de tu pobre estado, bolsa de sangre.

Se burló Daniel entrando a escena. Abel rodo los ojos con una cara seria.

-¡Nuevas noticias!

Pronto se acercó Josh llamando la atención de todos.

-Zack a sido expulsado de sus bienes y todo poder, torturado y se te está llamando para ejercer castigo final.

Informó haciendo sonreír a Abel.

-¡Pena de muerte!

Se ánimo efusivo, festejaba mientras la sostenía entre sus brazos con una enorme sonrisa sádica. Ella no mostró emoción alguna, siendo tan nuetra como una piedra.

-¿Será público?

Preguntó. No quería ser la causante de la muerte del hermano de su mate, eso ya lo había decidido, y por otro lado... Ella era verdaderamente malvada en el fondo.

-Totalmente.

Aseguró Josh con una expresión algo diferente...

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Sheyleseiries no era conocida por su calma o pasividad. Igual de arrasadora como una tormenta de fuego, hizo notar su presencia, ya sea por su belleza o su manera de caminar tan segura, acaparaba miradas por donde sea que pasará. Su mentón siempre miraba ligeramente hacia lo alto, espalda recta y sus ojos como diamantes analizando cada mínimo detalle. No caería ante la presión, no cedería tampoco ante el mismo sentimiento de tristeza cuándo veía esos ojos dorados.

Era un hombre totalmente indiferente por fuera, pero podía ver su enojo  e impotencia en sus pupilas. Lo desafió inclusive sabiendo que el ambiente se tensaba cada vez más cuando ellos se dirigían la mirada. Shesta lloraba, pero no le importó. Una loba que traicionaria a su propio servidor no merecía sonreír en eso momentos. Ya fuera injusto o no, si ella resultaba una debilidad, la domaria.

Caminó tranquila hasta su asiento. Era realmente cruel elegirla a ella como castigadora de Zack, ella que lo había conocido desde joven, sabía sus miedos, sus alegrías y podría hasta conocerlo mejor de lo que él podría. Realmente tenía las armas suficientes para hacerlo trizas si así lo quería. Pero no destruiría a una persona frente a su hermano, preferiría cualquier cosa menos eso.

-Que pase.

Ordenó con una voz autoritaria debido a que su mate tardaba demasiado en hacerlo. Los licantropos no dudaron siquiera en obedecerla, ya aceptandola abiertamente como su reina, la madre de la manada.

No mostró compasión al mirarlo tan deplorable, su sonrisa seguía reluciendo ante su rostro golpeado y lleno de sangre seca. Lo reconocía, movia sentimientos en su pecho cuándo observaba su rostro tan parecido a la persona que amaba.