No sé qué hará es, pero me despierto por las mismas malditas pesadillas de cuando pierdo a mis hijos es más ya creo que Ramsés nunca me llegó a amar ya que nunca fue ni siquiera cuando nacieron los niños, llorar en silencio hasta que unos pequeños sollozos me sacan de mi burbuja, me quito la manta para poder observarlo y después decido salir de la cama para ir a su lado.
-Nefera... Amor... No me dejes... Lo prometiste- solloza ganándose una mirada de lástima de mi parte.
Y yo decido salir de dudas, si él es el hombre que ame que tanto veo en mis sueños o recuerdo lo pienso averiguar esta noche, mi amado tenía una pequeña marca en su pierna izquierda la cual fue causada por un león que el trataba de domesticar pero lo mataron antes de que le arrancará la pierna con todo aunque solo fue un rasguño, cuando siento frío noto que solo estoy en bragas y decido entrar al baño en el cual me encuentro con la camisa que el traía puesta en la cena, me la pongo sintiendo su aroma lo cual hace que me sonroje por mi atrevimiento pero me la coloco sin ningún problema para después caminar decidida a comprobar mis dudas.
Levanté un poco su manta para poder observar sus pies y hay está esa pequeña marca, ya por fin comprobé porque mi corazón siempre se aceleraba al estar a su lado; yo comprobé que él es ese hombre que amo, pero yo no tengo la valentía para decirle quien fui alguna vez porque temo por lo que él me podría decir, decido coger su mano para poder levantarlo con muchas molestias y hacer que camine hasta la cama cuando lo tiró él se levanta por el impacto.
- ¿Cómo llegué aquí? - pregunta medio dormido.
-Tranquilo fui yo quien te traje- señaló la distancia que hay desde el mueble a la cama para después subir a la cama dejando que él me atraiga hacia él lo cual hace calmar su sueño.
- ¡Gracias! Mi bella Nefera- dice besando mis labios lo cual hace que me sonroje, y yo dejo que lo haga porque también yo lo deseo tanto como él.
Cuando nos separamos decido preguntar por su marca.
- ¡He notado que tienes una marca en tu pierna y me gustaría saber! ¿Cómo te la haz hecho? - digo sintiendo mucho calor al estar casi encima de él.
- ¿Por dónde empezar? Yo tenía ocho años cuando mi padre el faraón Septh II decidió regalarme un pequeño león por la celebración de un banquete, ya que siempre paraba solo aprendiendo lo que debía saber para gobernar una nación y porque mi padre prohibió que me juntará a jugar con mis demás hermanos y él me dijo que lo domesticar, pero al estar tan solo lo mime tanto que se volvió mi único amigo al grado que al año el me atacó pero fue una pequeña cortada no tan profunda, ¡Pero al faraón no le hizo gracia que su amado hijo y heredero al trono casi lo mate un león! Y por ello acabo con la vida de mi único amigo-dice termina de relatar y es lo mismo que dijo esa vez cuando estábamos en la cama.
- ¡Te diré algo! Creerías que estoy loca ¿Pero no? Yo tengo sueños o recuerdos sobre otra vida que viví con el faraón Ramsés III, lo cual es algo ilógico porque he leído su historia y el solo tuvo una concubina la cual fue Isis- digo apenada.
- ¡Yo soy el que te diré algo! Ramsés tuvo dos concubinas, pero el solo amo a Nefera la cual desapareció con su hijo- me reprocha como si me culpara de la muerte de mis hijos, aunque conociendo a esa arpía ella no dijo nada y mejor así.
-No lo creo, yo no pude sufrir tanto en mi vida pasada es más yo reniego de eso, yo he leído su historia completa y en los registros no dicen nada de otra concubina- digo más que enojada tratando de alejarlo- yo debí visitar un psicólogo hace años, ahora estoy loca -rio dándole un manotazo en el pecho.
-Sé que no crees nada de lo que digo, tú eres mi amada Nefera y es por ello que iré a desenterrar mi tumba- dice girándome para atraparme entre sus brazos para que me concentre en sus ojos- mi tumba está dividida en tres ataúdes bañados en oro los cuales contienen nuestra historia, tu solo lo creerás cuando te lo muestre y busque tu cadáver ¡Verdad! - lo último me asusto un poco pero no tuve tiempo a relacionar cuando beso mis labios.
-Solo duérmete o te volveré a tirar al mueble- digo molesta tratando de quitarme lo de encima.
-Te diré algo más antes de irme a dormir, tu esclava Amelphitis es mi madre adoptiva y ella es la única que sabe que soy el faraón y recuerda Nefera todo lo que está en Egipto me pertenece-se recuesta a mi lado atrayendo me a su cuerpo.
-Promete me algo yo seré tuya si consigues demostrarme que lo que sueño es verdad- le digo acariciando su cabello.
- ¡Lo prometo! Pero si resulta verdad lo cual es, me tendrás que contar porque escapaste con mi hijo y porque jamás regresaste a mi lado, pero aparte me darás un hijo porque mi amado hijo reencarnar en esta vida- me susurra en mi oído besando mi cuello- estoy loco por poseer tu cuerpo como en los viejos tiempos- sigue en lo suyo hasta que me comienza a ganar el sueño.
- ¡Solo duerme! -digo triste al recordar lo que les sucedió a nuestros hijos.
Por medio de este capitulo quiero felicitar a mi amada gemela que esta de cumpleaños mañana.
¡Felicidades amor!

ESTÁS LEYENDO
La concubina del faraón (saga Faraón) I (Editando)
Teen FictionSoy conocida como una belleza por mis padres, nacida en Egipto con una gran deficiencia, yo no me parezco a nadie que haya visto aquí, ¿por qué? fácil todos son diferentes a mí y su color de pelo siempre es negro, castaño y uno que otro rojo, las po...