—"No guardo rencor, pero tampoco tengo amnesia"—
— Felicidades amigo, estás libre — dijo el hombre con uniforme de policía, las rejas del lugar se abrieron, y la persona de adentro después de tantos años, salió. — Dime que no harás nada estúpido — preguntó el oficial con tono burlesco.
— Haré todo a mi alcancé y daré todo de mí, solo quiero reponer el pasado — respondió el hombre de traje naranja. Ambos hombres comenzaron a caminar por el pasillo, los demás presos que estaban aún en su condena, se acercaban a las rejas y comenzaban aplaudir.
— ¡Buena suerte profesor Alex! ¡Mándele un saludo de mi parte al diablo!
— ¡Le deseo mucha suerte en encontrarlas!
— ¡Si un dios existe espero que lo ayude con un milagro!— tras eso, el hombre comenzó a reír, no cavia duda que todos eran un cabeza dura con forme a la religión, pero bueno, los que estaban ahí no eran las personas adecuadas para dar algún ejemplo. El hombre al que se referían como Alex pasó quince años en ese agujero, su inocencia había sido confirmada y por fin había salido. Él era un ex-profesor de secundaria, cuando tuvo veintinueve años, conoció a una hermosa mujer de amable porte y con una sencillez inigualable, ella era su luz, no había un solo día en donde el suspiraba pensando en aquella bella dama que había conocido, incluso sus alumnos comenzaban a darle consejos acerca de que regalarle. Los años pasaron y aquel maestro por fin se casaría con "Julieta" como apodaban sus alumnos. Todo comenzaba a ser un maravilloso cuento de hadas, él estaba perdidamente enamorado y ella ni se diga, siempre se les veía juntos, rara a la vez ellos no concordaban en algo, pocas veces se enojaban ¡En fin! Un matrimonio como cualquiera quisiera tener. Después de muchos intentos, la luz de ambos se convirtió en un pequeño ser de carne y hueso, la pequeña hija del profesor nació en un ambiente lleno de amor, nada le faltaría a la niña consentida, todo era perfecto, lo era hasta ese día.
— Te lo dejare en claro, mi hija es una mujer de clase, ella no debió de haber conocido a un hombre de tu "posición", pero gracias a mi experiencia conozco a los de tu tipo, así que te ofreceré una jugosa cantidad de euros si te alejas de ella y por supuesto dejaras a mi nieta bajo mi tutela — acusado de ladrón y enviado a la prisión más alejada fue su condena por decir un "No" rotundo. Pero, hasta la fecha no se arrepiente de su decisión.
— Hoy es un día especial señor Alex, será mejor que mantenga las manos alejadas de este lugar — sus cosas fueron devueltas, las esposas fueron quitadas y por todos los años que estuvo, por fin pudo dar un respiro profundo y lleno de alivio.
— Créeme que no es lo único que quiero alejar señor — y tras esa despedía, salió del lugar.
Lo primero que tenía en mente era buscar algún trabajo, ya sea de cargador o cualquier otro. Su profesión no podrá por ahora seguirla, ¿A qué escuela le gustaría integrar a un hombre que estuvo en la cárcel? Exacto, nadie. La carretera esta desolada y con solo 3 euros en su bolsillo comenzó a caminar todo recto hacia su nuevo destino. Encontrar a su esposa e hija.
Texas, Rocksprings
La jornada de trabajo había acabado y cada uno de los trabajadores comenzaba a regresar a casa.
— La linda lady se quedó dormida, tal parece que las pilas se acabaron — dijo Efraín sonriendo, Ares llevaba a una inconsciente Marie en brazos rumbo a su camioneta. Después de las deliciosas crepas que su nuevo amigo les hizo, Marie ayudo con los animales, les dio de comer, cepillo a los caballos, puso nombre a cada uno de los puercos que estaba ahí (veinticuatro por cierto) e incluso tuvo una largo discusión de dos horas con un ganso el cual le había jalado el cabello a la susodicha.

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COWBOY
RomanceÉl es Ares Bradley, un vaquero mejor conocido como "El diablo de Texas" y aunque los rumores no sean ciertos, Bradley no ha hecho lo contrario para aclararlo. Hasta que una noche de tormenta, una linda mujer llego a su puerta, a su casa y a su vida...