Capítulo 8: 11

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Gris...

Gris...

Blanco...

Y más gris.

Esquina...

Puerta de la derecha...

Una habitación blanca, con un cristal que separaba la libertad del aislamiento. Mesas grises, sillas grises, telefonillos grises. Creo que tienen una obsesión con el gris.

Me dirigí a la segunda mesa, empezando por la izquierda, en la cual estaba sentado el Asesino de Héroes, o, mejor dicho, mi padre.

Iba todos los viernes a verle, y después de salir de clases medio corriendo, ya que no quería encontrarme con Katsuki y sus amigos, por lo que había pasado en el comedor, fui a mi casa y rápidamente me cambié para ir a la cárcel y después, al trabajo.

Sólo tenía una hora para hablar con mi padre. Una hora a la semana, prefería que él hablara para que así no se sintiera tan solo, podría desahogarse de todo lo que le pasaba, aunque para mi él fuera más importante, él no quería aburrirme contándome su aburrida vida detrás de las rejas, por lo que siempre me preguntaba y terminaba hablando de lo que me había pasado en la semana.

Pasó demasiado rápido para mi gusto, aunque tenía que decir que el policía que me avisó, que ya había gastado mi tiempo, fue muy amable, lo que me fue extrañamente desconocido y agradable, por lo que de manera amable me fui de allí, sin ocasionar ningún problema, aunque se me pasaron volando los cortos 60 minutos.

Volví a mi casa para comer algo, y prepararme para mi trabajo, hoy tenía turno de noche, por lo que fui a dormir ya que no pegaría ojo, y aprovechando que es viernes, mañana dormiría durante todo el día. A las siete me desperté, estudié un poco, y tomándome un buen café, salí hacia mi trabajo, en el cual tenía que entrar a y media.

Cogí el metro para dirigirme a mi trabajo, no tenía sentido ir pegada a la ventana, ya que igualmente no vería nada interesante afuera, pero de todos modos me senté allí, como me era por costumbre, a mirar las paredes, grises también, llenas de publicidad y carteles de los cuales la mayoría de la gente pasaba, y otros iban directamente a los anuncios que les importaban.

Menos mal que el maid café no era gris, sino con colores muy acogedores como marrón y blanco, con olor a azúcar, té y como no, café. Me dirigí rápidamente a cambiarme, allí todas me saludaron con una sonrisa, parecía que siempre tenían un buen día, aunque todas sabíamos que no era así, pero no era necesario pagarla con alguien, no servía para nada, además de que ponías tenso el ambiente, por lo que, aquí, no importa lo que pase en tu vida, siempre sé buena con la gente.

Me dirigí al mostrador, donde rápidamente cogí una bandeja y empecé a servir, los minutos volaban, varias compañeras terminaron sus turnos, y sólo quedábamos tres, aunque un viernes por la noche esto se llenaba más que de costumbre, también se vaciaba, ya que la mayoría prefería estar bebiendo, fumando y bailando, a estar tomándose un té viendo a maids con orejas neko, ya que al jefe, hoy le dio por ahí.

Los pies dolían, y aunque hubiese música relajante, no quitaba el dolor, y te daban ganas de dormir, fui a servir a la siguiente mesa, número 11.

-_____: ¿Cual sería su pedi...- No pude continuar, levantó la mirada del periódico dejando ver sus ojos carmesí, su indomable pelo rubio ceniza, y, sus labios fruncidos.

-Katsuki: Al fin te encuentro, así que en el más alejado de la ciudad. Me hiciste trabajar cara de ángel.-

Me dirigió su tan conocida sonrisa de superioridad, recostándose en la silla; me quedé estática por su raro apodo, no tenía nada que ver con mi kosei, y no creo que mi cara se parezca a la de un ángel.

-Katsuki: Bueno, ya que estoy aquí... Quiero un café cargado. Tienes turno de noche ¿no?- Asentí lentamente con la cabeza, mientras seguía sorprendida por su extraño pero igualmente arrogante comportamiento hacia mi. -Sí, pues bien cargado, y no me hagas esperar.-

Volví a asentir, mientras me iba hacia la barra a pedir el café, no quería que me viese aquí, y menos con orejas neko; una compañera también pidió algo de un cliente, y aprovechando, me hizo el favor de cambiarme de cliente, ella a la mesa 11, y yo a la 3.

Estaba sirviendo a todos lo que pasaban, Katsuki no había dicho nada, se limitó a beber su café mientras me miraba fijamente, lo que me provocaba escalofríos y un nerviosismo superior al de mi primer día.

El local se iba vaciando, cada vez había menos clientes, cuando Katsuki me llamó de nuevo, esperando a que me pidiera la cuenta, cambió mis pensamientos al pedir unas magdalenas, con un té. Al irme me agarró del brazo, se había sentado bien en la silla y tenía un codo sobre la mesa, sujetándose la barbilla.

-Katsuki: Esta vez, no me cambies por otro cliente, soy el número uno, no lo olvides, maldita.-

Asentí y volví al mostrador a pedir lo que quería, tenía los nervios a cien, se me helaba la sangre y el pulso no paraba de subir. Aún con su insulto, su voz baja y ronca le daba un aspecto de lo más maduro, llevaba puesto un Slim Fit marrón, que le hacía ver más adulto, con pantalones de vestir en vez de vaqueros, y un jersey negro, muy elegante, se le veía de veintitantos, en vez de diecisiete. Iba realmente impresionante.

Le llevé su pedido, me miraba pero no decía nada, yo le hice la característica reverencia de 90º y seguí sirviendo, los minutos pasaban, y cuando me di cuenta, ya había acabado mi turno. Entré al vestuario, algunas de mis compañeras se cambiaban para entrar y otras, para salir.

Eran las cuatro de la mañana, realmente tarde. Cuando salí hacía bastante frío, no me había llevado abrigo; empecé a caminar, cuando una mano me tiró del brazo pegándome a él. Katsuki me miraba desde arriba, ya que me sacaba un par de cabezas.

-Katsuki: He estado aquí, durante toda la noche esperando a que acabases tu turno para hablar contigo, no para que te fueras sin mí.-



Annyong :), qué tal? Yo bien!!

Hace mucho tiempo que no publico por culpa de los exámenes, y por que quería que este capítulo fuese perfecto. Estoy aprendiendo coreano!!!!

Bueno, decidí las mesas por la altura de Katsuki, la suya era la 11, no? ya que como mide 1.73, vamos, 1+7+3=11, y la otra era la 3, 7-3= 4-1=3, y así lo saqué :P

Espero que os haya gustado mini-EXPLOSIÓN, (leer como Megumin XD)

Byeeeeee, Mis corazoncitos de Kimi No Na Wa :)

Te quiero aquí... (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora