Kuchisake-onna

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Kuchisake-onna integra una larga lista de leyendas japonesas sobre mujeres que retornan de la muerte para vengarse. Ya su nombre anuncia algo sobre su personalidad siniestra. Kuchisake-onna significa literalmente: "mujer de la boca cortada".

La historia de Kuchisake-onna es trágica desde todo punto de vista. Fue mutilada y asesinada por su esposo, hecho que la convirtió en un Yokai, una especie de súcubo o criatura demoníaca que no logra enfocar su venganza hacia el objetivo que la condenó originalmente.

Se dice que Kuchisake-onna se aparece frente a sus víctimas y les pregunta una sola cosa:


"¿Soy hermosa?"

(¿Watashi kirei?)


Cualquiera sea la respuesta el final siempre será el mismo.

La leyenda de Kuchisake-onna nos habla de una hermosa y altiva mujer que contrajo matrimonio con un samurai. Su vanidad no conocía límites, ni reconocía peligro alguno. Engañó al samurai en incontables ocasiones; hasta que éste, informado de sus correrías por un grupo de alcahuetes, buscó el sitio donde ella organizaba encuentros clandestinos con sus amantes. La halló en brazos de otro hombre. El samurai, loco de furia y rencor, colocó su sable entre los labios de Kuchisake-onna y le preguntó:


"¿Crees que eres hermosa?"


Acto seguido la cortó en la comisura de los labios con la precisión quirúrgica del acero japonés.

Desde entonces el espíritu de Kuchisake-onna retorna de la muerte una y otra vez para que otros comprendan su sufrimiento inflingiendo el mismo castigo sobre sus víctimas.

A partir de aquí la leyenda de Kuchisake-onna se vuelve un tanto confusa, y cambia de región en región. Por ejemplo, algunos aseguran que Kuchisake-onna aparece con un barbijo y que recorre las calles durante apenas algunas noches del año. En general propicia encuentros repentinos con hombres jóvenes, a los que les formula la pregunta fatal:


"¿Soy hermosa?"

(¿Watashi kirei?)


Si el infortunado responde afirmativamente ella se quitará el barbijo para revelar sus heridas y luego repreguntará:


"¿Y ahora"?

(¿Kore demodesu ka?)


Si la respuesta de su víctima es un grito, un pedido de piedad o un simple No, Kuchisake-onna le cortará la boca. Si, en cambio, se le responde nuevamente que sí, el espíritu inconformista de Kuchisake-onna lo escoltará amablemente hasta la puerta de su casa, sitio en el que finalmente lo asesinará sin mediar posibilidad alguna de negociación.

Nuestro especialista en vampiros, filatelia y leyendas japonesas, el profesor Lugano, nos explica una curiosidad propia de la lengua nipona. Kirei -sostiene Lugano- significa en japonés "hermosa", y posee similitudes morfológicas con la palabra Kiru, "cortar"; de modo que la respuesta Si ante la pregunta de Kuchisake-onna sobre si es hermosa o no también puede entenderse maliciosamente como una aceptación a ser mutilado.

Existen otras versiones del mito de Kuchisake-onna. Algunas sostienen que si se responde afirmativamente a las dos preguntas ella se retirará sin esgrimir sus tijeras, y en cambio ofrecerá un impresionante rubí como muestra de gratitud. Este tipo de desenlace, por cierto, banal, acaso tenga por objetivo el dejar algún testigo con vida para propagar la leyenda. Si pensamos que todo aquel que ha visto a Kuchisake-onna ha muerto difícilmente podamos conocer su historia.

El profesor Lugano, que ha rastreado la leyenda de Kuchisake-onna en varios establecimientos comerciales administrados por japoneses, afirma que existe una tercera variante de la leyenda; un desenlace prosaico y poco afín a las dramáticas conclusiones míticas, pero que en cierta forma es afín a los rigurosos modales del Japón.

Esta posibilidad señala que ante la aparición de Kuchisake-onna no se debe responder nada, y que en cambio se le debe informar en vivos términos que nos reclaman asuntos de vital importancia, y que quedarse allí a ser mutilados es verdaderamente inoportuno. Esto -tose Lugano- obliga al engendro demoníaco a excusarse por su comportamiento ya que el Japón hay asuntos más importantes que la vida o la muerte.

Al ser inquirido por nosotros sobre otras posibilidades desconocidas de la leyenda de Kuchisake-onna, el profesor Lugano nos advierte que la antigua leyenda del samurai celoso acaso sea una estratagema pensada por mujeres de carácter temperamental, y que la pregunta femenina: "¿Soy hermosa?", formulada incluso por damas que claramente no tienen los labios cortados, puede desencadenar otro tipo de catástrofes igualmente indeseables.


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