Cuenta la leyenda que existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que, están destinados a encontrarse a pesar del tiempo, el lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.
¿Y UST...
AGRADEZCO INFINITAMENTE A LA LECTORA QUE ME HIZO ESTE HERMOSO COVER PARA EL CAPÍTULO ES TOTALMENTE PERFECTO. LA IDEA ERA QUE FUERA LA NUEVA PORTADA DE HILO DEL DESTINO, ASÍ QUE DÍGANME QUE LES PARECE LA IDEA , Y TAMBIÉN GRACIAS A LA PERSONAS QUE HICIERON LOS QUE USARÉ A LO LARGO DEL CAPÍTULO. ESPERO QUE DISFRUTEN DE LA LECTURA.
"Muchas veces buscar una segunda oportunidad hace que valores más lo que tienes por miedo a perderlo de nuevo".
-Su Escritora
**CANCIÓN SUGERIDA: "You Hear A Song- Cassadee Pope"
ODAIBA, JAPÓN
ST LUKE'S INTERNATIONAL HOSPITAL
LAUREN'S POV
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Sentía que la cabeza iba a explotarme, pero no había podido evitar ponerme de pie al escuchar el escándalo en la sala de espera. Podía escuchar perfectamente la voz de Clara Jauregui y de Sabrina. Las reconocía, y al ver que Camila dejó de besarme supe que ella también lo había escuchado. Mis labios estaban hinchados por sus besos, pero nuestro momento había pasado en el segundo en que los gritos se habían vuelto más fuertes.
—Creo que son Clara y Sabrina—dije suavemente viendo a mi novia que simplemente se puso de pie.
—Iré a ver qué pasa—Intenté ponerme de pie pero Camila me lo impidió—. Por favor quédate aquí—dijo Camila con preocupación—. No quiero que te pase nada, puedes sentirte mareada al levantarte.
—Quiero ir—dije con frustración y Camila se inclinó sobre mí dándome un dulce beso en los labios.
—Quédate aquí, mi amor—me pidió Camila viéndola una última vez a los ojos mientras se dirigía a la puerta.
Cuando Camila abrió la puerta los gritos se volvieron más fuertes y claros, y yo no pude evitar sentarme en la cama para intentar incorporarme. Me sentí mareada pero necesitaba saber que pasaba. Escuchaba la voz de Sabrina y saber que estaba en la sala del hospital frente a toda la gente que Camila me había mencionado que estaba allí me aterraba. ¿Desde cuándo mi vida había dejado de pertenecerme y se había vuelto pública?
Había trabajado tanto por guardar mi privacidad y ahora todo el mundo sabía todo de mí. No era lo que había esperado, y sin duda me molestaba. Me puse de pie sintiéndome mareada y traté de caminar a la puerta sin caerme tomando la bolsa de medicamento que estaba colocada con una intravenosa. Me dolía el cuerpo y suponía que se debía al golpe que había llevado.
Llegué a la puerta y en ese momento me asomé un poco. Camila estaba corriendo por el pasillo y a lo lejos, pude ver a Clara Jauregui y a Sabrina Duncan. Cuando mis ojos se clavaron en esta última, sentí un nudo en la garganta.
Últimamente todo mi mundo estaba cambiando, ya nada era igual y lo que menos esperaba era haber congeniado tan bien con una mujer que me había mentido; una mujer que desde el primer momento que había chocado conmigo sabía que yo era su hermana y había venido aquí con algún motivo oculto. No había otra razón para que hiciera un viaje de miles y miles de kilómetros para verme. ¿Por qué querría hacerlo? Aunque obviamente para una Duncan aquellos viajes no serían nada en su jet privado. Vi que daba un paso hacia a mí y traté de salir de la habitación para enfrentarme a ellas y parar ese escándalo. Era mi vida, mis cosas y ellas no tenían ningún derecho.