Capítulo 8

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POV Christian

-Si no quieres llevarme a tu casa, podemos volver-suelta Anastasia con tristeza.

Me giro para mirarla de inmediato. No es que no quiera llevarla, tengo miedo de hacerle daño

-¿De que hablas?- Le hablo molesto, pero en realidad estoy molesto conmigo mismo.

-Es que pensé que estabas arrepentido de invitarme- responde visiblemente molesta.

-¿Quieres dejarlo hasta aqui?- Pregunto con seriedad, es su decisión, deseo con todas mis fuerzas, que me diga que continuemos, pero no quiero lastimarla.

La miro y ella me mira a mi. Y simplemente me pierdo en sus hermosos ojos azules.

Ana se gira, y sigue mirando por la ventana, mientras Taylor sigue conduciendo..

Finalmente hemos llegado.

-Hemos llegado- Digo.

De repente empiezo a ponerme nervioso ¿Que mierda me sucede? Nunca he estado nervioso por una mujer.

Taylor me abre la puerta del auto y yo bajo de inmediato...

Ayudo a bajar a Anastasia, y la conduzco hasta el ascensor. Entramos, dejo que ella entre primero, ambos estamos callados, introduzco el código para que nos lleve a mi ático.

Las puertas se cierran, en el especio tan reducido, tengo plena conciencia que ella está conmigo. Mi ritmo cardíaco se acelera.

Cierro los ojos, y su dulce aroma, invade mis fosas nasales. Ella se le entrecorta la respiración, y se altera. De reojo la observo. Mierda está mordiendosé el labio. Por favor no hagas eso, si no. No podré resistirme.

Por suerte llegamos a mi apartamento.

¿Debería hacer esto con ella? No quiero hacerle daño, es tan inocente.

Cruzamos el vestíbulo, ella me sigue por el pasillo, hasta que llegamos al salón.

-¿Me das tu abrigo?-Pregunto, y ella niega. Está nerviosa.

-De acuerdo¿quieres una copa?-
Ella asiente.

-Ya regreso, si quieres puedes sentarte. Aquí o si prefieres espera en el comedor-señalo el comedor.

-Te esperaré aqui-dice con timidez.

-Ya regreso.

En la cocina, me quito la chaqueta, abro la nevera para vinos. Elijo un pouilly fumé.

-Señor Grey, la cena está lista-anuncia Gail.

-Sirvalo en unos diez minutos más-ordeno

-Si señor-

Necesito romper el hielo, estoy muy tenso, y mis temores de perder el auto control, y dejarme llevar. Están ahí.

Regreso a la sala con dos copa y la botella de Pouilly fumé.

-¿Vamos al comedor?- Digo cuando llego dónde está ella.

Ella me sigue hasta el comedor,dejo la botella y las copas en la mesa, Ana se saca el abrigo, yo saco una silla. Ana se sienta. Mierda es muy sexy.

-¿Te parece si empezamos con vino blanco?

-No tengo ideas de vinos, Christian. Estoy segura que si lo escogíste es perfecto- Habla cohibido.

Joder, ella se siente abrumada. Se ve asustada, debo detenerme ya, no voy hacerle daño.

Le sirvo la copa de vino, mientras pienso: Si la dejo ir, estaré cabreado, pero sé que hice lo correcto.

-Está delicioso- dice después de beberse el vino, le ha gustado.

-Tú casa es muy grande- suelta.

¿Qué? ¿Por eso está cohibida? ¿Por el tamaño de mi casa?.

-¿Es grande?- Según yo no: tiene más de novecientos metros cuadrados, tal si tiene razón.

-Grande-dice tímidamente

-Sí, es grande-

-¿Sabes tocar? Vi el piano- Me dice

-Sí- me bebo mi copa de vino

-Me imagino que bien-sonríe, y nuevamente se acelera mi corazón.

-Sí-repito

-Ósea haces todo bien- ella empieza relajarse.

-No, hay tres o cuatro cosas que no hago bien-

-¿Que son?- Parece demasiado curiosa

-Cocinar, contar chistes.- Amar, nunca he sabido el significado de eso.

-Te quedaste pensativo-murmura ella.

-Ideas tuya¿cenamos?- Desvío su atención.

Ordeno a Gail que nos sirva, ella inmediatamente obedece.
Mi ama de llaves nos sirve, pasta alle vongole.

-Hablame de ti, quiero conocerte -dice.

-Soy Christian Grey, ceo de Grey house- digo con arrogancia.

-Eso no se vale, ya sabia eso. Háblame de tu familia- Mierda.

-Háblame tú, de tu familia- digo. No quiero hablar de mi familia

-Pues, soy hija única, mi padre es carpintero, trabaja en una mubleria en el centro de Seattle, mi madre junto de a una amiga tienen una floristería-me dice mientras enrolla la pasta en el tenedor.

-Está delicioso- dice y me sonríe. Me gusta verla comer, me gusta tenerla aquí.

-¿Más vino?-

-Si, por favor- pongo más vino en su copa.

Anastasia y yo hablamos de cosas triviales, mientras cenamos.

Una vez que terminamos, Gail, se llevas los platos.

-Ven, vamos a la sala-tiendo mi mano, ella lo coge y se pone de pie.

Nos quedamos mirando de frente, es tan hermosa. Ella empieza a morderse el labio. Ay dios, simplemente ya no puedo seguir resistiendome.

Rodeo su cintura, con mis brazos, la apego a mi cuerpo. Y la beso. Enredo mi mano en su pelo.

No es un beso dulce, es un beso apasionado, violento. Nuestros dientes chocan un segundo, ella gime y yo aprovecho meter mi lengua entre sus deliciosos labios. El deseo estalla en todo mi cuerpo, no se que pasará, pero no quiero detenerme.

Juegos De SeducciónWhere stories live. Discover now