Digamos que el vestido que le habían regalado sus padres en su cuarto año ya no le quedaba. Había crecido bastante en todo ese tiempo y quería comprarse uno nuevo, por lo que debería de visitar Hogsmeade o encargarle a alguien que se lo compre en el Callejón Diagon, donde estaban las mejores tiendas de moda.
Como era de esperarse, sus amigos ya tenían pareja. Ginny iría con Harry, Ron con Lavender y Neville había invitado a Luna (después de su temprana pero favorable recuperación). Hermione no era rica ni mucho menos millonaria, pero tenía algo de dinero ahorrado y escondido en su habitación, que principalmente había ido recaudando por todas las Navidades. Talvez no tenía una herencia tan prominente como la que Harry guardaba en Gringotts, pero al menos le alcanzaba para un precioso vestido. Era complicado tener padres muggles en los asuntos de dinero, porque cada vez que necesitaba algo, el señor y la señora Granger debían intercambiar el dinero no-mágico por galeones, sickles o knuts en el banco del Callejón Diagon.
Finalmente, la castaña se decidió por visitar la nueva tienda de ropa ubicada en Hogsmeade, al lado del local de madame Pudipié. Esperó pacientemente hasta el sábado y se marchó con sus compañeros al pueblo, con todo su dinero. Básicamente, la tienda estaba abarrotada de clientes, y la mayoría eran los mismos alumnos, que estaban buscando un traje, vestido o zapatos adecuados para el gran baile. La mujer dueña del local era hermana de madame Malkin, la señora que también tiene una tienda de moda en el Callejón Diagon.
—Esto es hermoso—Exclamó Ginny, mirando con ojos brillantes cada uno de los vestidos.
—Realmente sí. ¿Me ayudarás a escoger uno? —Preguntó la castaña, mientras deslizaba sus dedos por una suave capa de seda.
—¡Claro! —Contestó su amiga.
—¿Tú qué usarás?
—Digamos que aún me queda el vestido verde manzana y rosado que usé en el baile del Torneo de los Tres Magos—Respondió.
—Genial—Dijo Hermione. Iba a decir algo más, pero sus ojos se detuvieron en Draco que, al parecer, también estaba comprando algo allí.
—Tranquila, ve, yo te espero—Le dijo Ginny con una sonrisa.
Hermione caminó hasta su novio y lo tomó del brazo, sorprendiéndolo.
—¡Hola! —Saludó Malfoy—¿Comprando vestido nuevo?
—Algo así—Respondió—¿Tú también?
—No, yo ya tengo mi traje. Mi madre me lo regaló antes de comenzar el curso. De hecho, vine a acompañar a Zabini.
—Entonces supongo que nos vemos luego—Dijo Hermione, guiñándole un ojo.
Draco le hizo una graciosa reverencia y se despidió con un tierno gesto.
—¡Espera! —Le dijo a Hermione, justo cuando ella había volteado—Aún no te he pedido formalmente que vengas al baile conmigo...
—Draco...—Replicó la Gryffindor, con los ojos en blanco y una sonrisa de oreja a oreja.
Entonces, el Slytherin se arrodilló, aunque sin llamar la atención de nadie, le tomó la mano a la castaña y dijo: —Hermione Jean Granger, ¿Quieres ir al baile conmigo?
La muchacha jugó a hacerse la pensativa y finalmente respondió: —Sí quiero, Draco Lucius Malfoy.
El rubio sonrió y volvió a incorporarse, luego se despidieron justo en el momento exacto en el que Pansy Parkinson irrumpía en el lugar. La castaña encontró a Ginny observando las prendas más caras de la tienda, con expresión de júbilo.
—¡Mira este, Herms! —Exclamó, señalando un vestido rojo extremadamente bello.
Tenía volados en la parte inferior, un perfecto moño en la cintura, la espalda descubierta y un escote en V. Ella lo describiría como "sutil y provocador a la vez".
—Es perfecto—Afirmó Hermione—Quiero este.
—Ya lo sabía... te quedaría hermoso, Mione—Dijo la pelirroja—Llamaré a la vendedora.
Casi un instante después, la hermana Malkin apareció con una amplia sonrisa. Hablaron acerca del vestido y lo compraron. La señora se lo colocó en una preciosa y delicada bolsa y ambas amigas salieron de la tienda, contentísimas. Luego, decidieron ir a tomar algo con Harry y Ron en Las Tres Escobas, ya que ellos ya estaban allí.
—¿Qué te has comprado, Herms? —Preguntó el pelirrojo.
—Un vestido nuevo—Contestó—Ya lo verán en el baile.
Sinceramente, no le había salido nada barato, pero al menos sabía que valía la pena.
—¿Y tú, Ron? ¿Qué te pondrás? —Le interrogó su hermana.
—Hum... bueno, definitivamente no volveré a usar el traje con encajes que apesta a la tía Tessy. Mamá me dio el antiguo traje de George, me queda perfecto.
—¿Y tú, Harry? —Inquirió la castaña, mientras bebía un buen sorbo de cerveza de mantequilla.
—Me he comprado uno nuevo, ya que el que tenía no me quedaba—Contestó su amigo.
Y así siguieron hablando por el resto de la tarde hasta que debieron volver; aunque los días ya se habían vuelto más largos y el clima había cambiado considerablemente a causa de la primavera. Se dirigieron hacia la torre de Gryffindor y los chicos se pusieron a escuchar a Las brujas de Macbeth mientras pulían sus escobas; y, aunque a Hermione no le llamaba mucho la atención, ella y Ginny leían Corazón de bruja.
Estaba nerviosa, faltaban cuatro días para el baile y todo era sumamente complicado dentro de su mente... ¿Y si sus compañeros le dejaban de hablar por salir con un Slytherin? ¿Y si no era lo suficientemente bella como para ser pareja de baile de Draco Malfoy? ¿Y si todos se empeñaban en hacer factible su ruptura? Eso le aterraba. Pero lo amaba, y nada ni nadie le iba a hacer alejarse de su lado.

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♥Traición Mestiza♥ #Dramione
FanfictionEs el sexto año que Hermione, Harry y Ron pasan en Hogwarts; después de salados encuentros con Malfoy, la castaña comenzará a encontrarse por casualidad bastante seguido a su tan odiado enemigo, hasta que se vuelve una tortura para ella. Intentará o...