[Especial] * ♀ Escorpio x Tauro ♂ *

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- Bienvenida a este mundo.

Él extendió su mano hacia ella, una mujer de cabello oscuro, un vestido acampanado y con una expresión de sorpresa. De inmediato el chico le llamó la atención, ese hombre de ropa elegante. Ella le entregó un papel pequeño y el lo rompió, repartiendo los 2 pedazos entre ellos.

- Diviértase.

- No conozco este sitio. ¿Me lo muestras?

- Como usted quiera, señorita.

Caminaron juntos por las colinas de pasto multicolor. A medida que caminaban, ella miraba hacia atrás y todo se volvía blanco y negro. El pasto, el cielo, simplemente todo.

Ambos conversaban. Ella intentaba saber cada vez más de él pero de a poco se iba dando cuenta de lo conservador y distanciado que el era. A veces se evidenciaba lo terco y sarcástico que podía ser, pero a ella no le importaba demasiado. De todas formas, todas sus quejas se repetían en su cabeza y a penas su sonrisa volvía, estas desaparecían.

- ¿Ha venido más gente aparte de mí?

- Si, uno solo viene una vez en la vida hasta acá.

- ¿Y por que tu te quedaste?

- Porque un planeta no sería tan especial si nadie lo habitara.

- ¿Y soportas a todos los que vienen?

- Algunos. A los que no soporto se van muy pronto.

La seria mujer miraba sus pies subir, avanzar, bajar y retroceder, repitiéndose el ciclo. Las palabras salían sin que se diera cuenta pero todo era coherente. No sabía que hacer para enamorar a su guapo acompañante. Conversaban de la vida y en ese momento se hicieron amigos. Aunque ella aún no lo quería solo como un amigo.

- Hemos caminado bastante... ¿podemos descansar? -ella dijo-.

- No. No puedes.

La voz de el se volvió cada vez más fría a medida que conversaban, como si estuviera enfadado de tenerla cerca pero no era así. Ella lo sabía. Pero no entendía que pasaba. El cielo de tonos rojizos se volvió de tonos azules. Parecía el cielo nocturno de Vincent van Gogh. No parecía ser ni de día ni de noche. No había fecha ni hora, ella empezaba a olvidar como llegó y a que vino. Empezaba el frío y se dio un abrazo. El tono de voz de él se fue volviendo más burlón.

- Yo se que quieres, linda.

- ¡Quiero un abrigo! Hay cada vez más viento.

- ¿Te gustaría quedarte más tiempo conmigo? ¿Un segundo? ¿Un minuto? ¿Unos días? ¿Un mes? ¿Un año? ¿Una eternidad? 

En ese momento, los ojos del hombre se volvieron negros y se formó un agujero en el suelo. Este se fue tragando todo. Ella miró atrás y toda vegetación ya no tenía un buen aspecto. Todo marchito, descomposición. Hasta los pequeños animales extraños que habían.

- QUÉDATE CONMIGO.

Eso fue lo último que escuchó y al despertar volvió a encontrarse en su cama, acostada con el hombre que decía amar antes de odiarse en silencio.


Olvidó esa pesadilla después de meses. Empezó una relación con un hombre alto y elegante, siempre vestía cosas formales. Ella nunca sintió tanto amor. El la hacía sentirse llena con cada palabra, sonrisa o roce de todo tipo. Él era terco, conservador, algo sarcástico y un poco distanciado. De todas formas, era feliz con él. Haciendo sus locuras, contándole lo que nunca le contaba a nadie... aunque siempre ocultaba cosas. Entre todas esas, la extraña pesadilla que tuvo hace varios meses.

Un día cualquiera se quedaron a dormir juntos. Ella despertó poco antes a que saliera el sol por culpa de el. Ella bostezó, sintiendo dolor de cabeza. El seguía moviendola, lo que hizo que se molestará.

- Amor, déjame dormir...

- Estaremos juntos una eternidad.

Esa frase le sonó conocida. Se encontró con el mismo hombre de la pesadilla, el cuál era realmente su novio. Se miró y ella misma llevaba el mismo vestido. Sin embargo, no sintió miedo de él. Sino que le pareció interesante la idea.

- Juntos crearemos pesadillas... -el dijo- te amo tanto... -ella le respondió con una sonrisa-.

- Amor. ¿Tu que hacías con la gente que no te agradaba que llegaba a ese mundo?

- ¿Sabes que hay gente que muere durmiendo? Eso no es acto de magia.

- Ya veo...

Escucharon pasos y miraron la puerta, encontrándose con un hombre de estatura mediana, moreno y rubio. Se acercaron y dijeron al unísono:

 - Bienvenido a este mundo.  

Extendieron sus manos y las juntaron, esperando el boleto.

[CERRADO]* Amor Zodiacal (Oneshots) *Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora