N A S H P O V.
Me desperté a causa de un pequeño cosquilleo en la cara. Era el pelo de Sara, que dormía plácidamente a mi lado. Tenía un brazo alrededor de su cuerpo y su respiración era suave y acompasada. Ahora que la tenía tan de cerca podía apreciar detalles en los que antes no había reparado: las pequeñas pecas que solo tenía en la nariz y en los mofletes, lo finas que eran sus cejas y lo largas que eran sus pestañas, lo gruesos y rosados que eran sus labios... pero sin duda alguna lo mejor eran sus ojos, que eran de un verde claro increíbles, claro que ahora no los podía ver.
No me gusta, por supuesto que no me gusta, pero está claro que esta chica es muy guapa. Volví a cerrar los ojos y recordé el día que la conocí. Después de tanto tiempo siendo famoso te das cuenta de cuando te reconocen y cuando no. Vi ese brillo en su mirada, sabía quién era y aún así me trató como a cualquier otro.
Recuerdo el día de ''el incidente'' y como me sentí al hacerla llorar, y cuando me quise disculpar ella me dejó claro que me odiaba.
Definitivamente no tengo ni idea de lo que siento por esta chica.
S A R A P O V.
Abrí los ojos lentamente, intentando acostumbrarme a la claridad. Volví a cerrarlos con intención de seguir durmiendo hasta que noté una respiración a mi lado. Entonces recordé que había dormido con él, y noté su brazo rodeándome por la cintura, pero por alguna razón (porque estaba dormida claramente) decidí no gritarle.
—Buenos días. —susurró con la voz ronca.
—Shh. —le mandé callar.— Es muy pronto.
Escuché que se reía contra mi pelo. ¿Cómo podíamos estar así después de todo? Me giré y le vi sonreír.
—Por el amor de Dios. ¿Es que nunca te cansas de sonreír? —dije mirándole a los ojos. Tenían legañas, suponía que los míos también.
—No. —respondió con la voz ronca aún. Si seguía hablando así me derretiría.
No me malinterpretéis, no soporto a Nash, pero la voz de un chico recién levantado es la cosa más sexy del mundo, admitirlo.
Un rayo de luz entró el la habitación y me dio de lleno en la cara. Por acto reflejo me escondí debajo de las sábanas como una niña pequeña. Nash rió. Cerré los ojos un segundo y me volví a dormir.
Abrí los ojos por segunda vez y me encontré con los ojos de Nash examinándome.
—¿Qué miras? —le pregunté enfadada y poniéndome boca arriba.
—Buenos días a ti también, otra vez. —respondió con un toque de burla en su voz. No soportaba ese tono de voz y no le soportaba a él.
Gruñí a modo de respuesta. Me estiré y bostecé. Habíamos dormido muy poco (o al menos eso creía, me gusta demasiado dormir) ya que ayer cuando acabamos de jugar era muy tarde.
—¿Qué hora es? —pregunté girándome para mirarle a la cara.
El agarró su móvil de mi mesita y lo miró con los ojos entrecerrados.
—Las 12. Al parecer la chica perfecta es bastante dormilona. —comentó de nuevo con ese tono de voz burlón.
—Me permito ser vaga durante el verano, ya estudio suficiente durante el curso. —mascullé con una sonrisa irónica. Me levanté de la cama y abrí el armario, cogí unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta verde básica.
La reina de la moda, lo sé.
—Vaya, yo pensé que te ibas a poner aquel vestido azul tan bonito que llevaste a nuestra primera cita. —volvió a burlarse mientras yo cogía la ropa interior intentado que no la viese— Bonitas bragas. —intento fallido.

STAI LEGGENDO
California » Magcon Boys » EN EDICIÓN
FanfictionMudarse a otro país; empezar de cero; conocer a chicos fantásticos; plantearte tu futuro; fiestas; tardes increíbles; conocer a tu ibf; que tú mejor amiga te visite; tu hermano se enamore; sentir algo por ciertas personas y no sabes qué es lo que es...