Título: Abzurdah
Autor: Cielo Latini
Editorial: Booket
Cantidad de páginas: 290
Sinopsis: Una muchacha camina al borde del abismo. Cielo Latini, niña precoz, sensible y creativa, educada en una familia "normal", siempre una enfant terrible fascinada por el arte y por hacer público su derecho a ser anoréxicas, los intentos de suicidios y la autoflagelación. Y finalmente, la resurrección, la cura, a través de la palabra. Hoy es una bellísima mujer que ha sobrevivido al infierno para poder contarlo. Abzurdah es un vibrante testimonio, una historia impactante por su crudeza, porque refleja la realidad de miles de adolescentes. Su autora, además de coraje e inteligencia, tiene el claro don de la escritura, que le permite mantener en vilo al lector hasta la última página.
Reseña:
La verdad, en este mismo instante estoy escribiendo algo solamente para rellenar el Word de mi computadora. Voy a admitir, porque no me cuesta, que no sé cómo empezar esta reseña, no porque el libro me haya dejado sin palabras, alumbrada y asombrada. No, tengo que decir que fue todo lo contrario, pero eso para más adelante. Sino, que me encuentro entre un dilema filosófico conmigo misma porque no sé cómo escribir esto sin que las pro ana y las anti ana se vean ofendidas por lo que escribo. Tal vez deba comenzar con una verdad propia: no estoy a favor de la anorexia, la repudio por completo, y, como notarán, al estar en este dilema interno entre no querer dañar ni a un bando o a otro, espero que sepan respetar esta decisión, seas la persona que seas.
Como sabrán, esta no es una novela en todo su esplendor. Seamos realistas, es la autobiografía de una chica que sufrió de bulimia y anorexia en todo su esplendor y, como dice su propia sinopsis, experimentó lo que es la automutilación y el suicidio en carne propia. Si vamos por las ramas del tecnicismo, vale aclarar que la autora cuenta su historia de una forma muy entretenida y que siempre deja con ganas de saber qué pasó. Te deja un capítulo en el clímax de su narración, y, si querés saber más, vas a tener que dar la vuelta a la página para encontrarte con un nuevo capítulo. Uno no puede examinar este libro sin terminar de leer un capítulo entero, en simples palabras, no podemos dejar uno a la mitad sin saber cómo termina.
Por otros lados, y yendo al lado más sentimental, constantemente me encontraba entre una odisea propia por tratar de entender su propio deseo y proclamación a lastimar su cuerpo de esa manera tan cruel, y el hecho de que mi racionalidad y realidad no me lo permitieron entender por completo. Sin embargo, puedo decir que, como en todo, hay una balanza que te permite ver que, como hay cosas que están bien, hay otras que están mal. ¿Qué quiero decir con esto? Ella estaba bien en decir que tenía derecho a ser anoréxica, porque, seamos sinceros, tenemos derecho a hacer y ser lo que queramos, cuándo queramos y cómo queramos, pero no considero que sea correcto o esté bien hacer sufrir a sus más allegados de la forma en que la protagonista lo hizo, además de hacerte sufrir a vos misma por x motivo.
¿Herir a tu familia? Hecho. ¿Obsesionarse con un hombre que te presta atención cuando quiere y te lastima? Muy fácil, denle algo de más magnitud. ¿Mostrar su dolor a través de su cuerpo, adelgazando y muriéndose de hambre? Ya lo hizo a los doce o trece años, cuando tuvo principios de anorexia. ¿Tenerles rencor a sus amigas sólo porque quisieron salvarla hablando con sus padres? Puff, eso es de principiantes.
Puedo estar así y escribir un libro sobre trastornos alimenticios por un buen rato.
Considero que en estos casos hay dos grupos: los trastornados y los no trastornados. Los que no sufrimos de dichos trastornos alimenticios, veremos a aquellos que sí los sufren como personas que quieren llamar la atención por medio de su cuerpo, ya que lo hacen con el fin de llegar a ser perfectos a un nivel agónico y mortífero. En cambio, los que sufren de dichos trastornos nos verán a nosotros como esclavos de la comida, seres o personas, porque, en algunos casos, ellos se creen superiores a nosotros, siendo dependientes y obesos desde su punto de vista, mientras que se consideran a sí mismos los humanos que llegarán a alcanzar la perfección.
Que conste que no digo esto como un pensamiento propio, esto, en simples palabras, es lo que dice la propia autora, Cielo, en sus hojas. Noté, mientras leía, la constante disputa entre la Cielo trastornada y la Cielo recuperada. En momentos hablaba en presente, y decía que "las anoréxicas seremos perfectas", y, en otros momentos, como si estuviera en desacuerdo con su yo pasado y decidiera que "ellos se creen superiores sólo porque piensan que se las saben todas cuando no es así". Esta contradicción generaba cierta interrogación en mí y me hacía preguntar si ella estaba del todo recuperada o no, pero ya me estoy yendo por las hojas del árbol, porque no soy psicoanalista.
Tuvo un blog pro ana... Seré objetiva y diré que, a pesar de su anhelante logro por llegar a ser "perfecta", según su punto de vista, ella siempre tuvo en claro que no propagaría la anorexia a aquellas personas que no la necesitaran, sino que daría consejos a aquellas personas que ya estaban metidas en los trastornos y lo único que querían era dejar la soledad a un lado y sentirse aceptadas. Hubo una persona que quiso detenerla, pero claro, es lo mismo que hablar con el drogadicto. Te va a decir que está bien y no necesita ayuda, cuando lo que más pide y necesita es eso.
La verdad es que sólo me estoy concentrando en el libro muy por encima. En él hay muchas más cosas que tratar, como su amor obsesivo por un hombre que lo único que hacía era lastimarla, la decepción por la familia que quería que fuera la mejor en todo, la desolación por no tener amistades verdaderas y mucho más. Uno puede estar hablando o escribiendo de este libro por mucho tiempo, lo bueno es que al final, a raíz de una muy buena razón, ella recapacita y se da cuenta de su error. Sin embargo, voy a dejar que lo lean aquellas personas que lo consideran conveniente y/o necesario.
Les diré la razón por la que lo empecé a leer: tengo una amiga que tiene el libro y se sintió identificada con Abzurdah, me lo recomendó un tiempo, pero no le presté demasiada atención porque es un tema que me molesta y duele a un nivel personal (esto no significa que haya pasado por algo así). Después de un año, más o menos, mi profesora de Trabajo y Ciudadanía nos dijo que lo daba en otra escuela para tratar el tema de trastornos alimenticios. Así que me dije, "Lucila, podés leerlo" y lo hice, le pedí el libro y lo leí.
Por último, y antes de despedirme, me gustaría dejarles un párrafo que me encantó, no sólo por su significado personal para con la escritora, sino por su contenido encerrado en él. Y me gustaría que muchas personas lo pusieran en práctica, sea la razón por la que sea.
"Pero voy aprendiendo, aprendo a respetarme. Me releo y me espanto y entiendo que hay cosas que no puedo seguir haciendo. Entiendo que perdí tiempo y que, sin embargo, no es tiempo perdido. Entiendo el dolor de quienes me acompañaron, por fin lo entiendo. "
Deja una enseñanza, una muy valerosa enseñanza. Lo único que agregaré, por demás, será que el libro es una vivencia de la vida actual que, por más cruel que sea, pasa con mucha continuidad y cada vez, son más sus miembros.
Aclaro que a este libro no le pondré una puntuación, espero que cada lector pueda darle una puntuación personal sin juzgar a la ligera.
Nota importante: saldrá una película.
@LucilaMartinez

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Libros Reseñados
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