¿Un error?
¿Por qué no puedo ser como los demás?
¿Será que nací con un fallo en el alma,
una grieta que nadie ve,
pero que me consume en calma?
¿Soy un error, un eco perdido,
una nota rota en la sinfonía del mundo?
No lo sé… sólo sé que estoy cansado,
de fingir fuerza, de caer sin rumbo.
Doy sonrisas como flores al viento,
saco risas, alivio, algún momento.
Pero… ¿y yo?
¿Quién me abraza cuando me miento?
No valgo nada, supongo.
Tal vez eso es lo que el silencio grita.
Por ser un error, por no encajar,
por vivir con esta culpa maldita.
No soy malo… solo fui inmaduro,
lastimé por miedo, no por desdén.
Y el arrepentimiento pesa, te lo juro,
como cadenas oxidadas sobre mi sien.
Fui un idiota, lo admito.
Ahora río, canto, actúo feliz,
pero en sus ojos soy el chiste, el mito,
el tonto que no sabe cuándo decir “basta” o “sí”.
Tal vez aún soy ese idiota…
pero uno que ama, que siente, que no olvida.
Un error, sí, tal vez, ¿y qué?
También los errores pueden salvar una vida.