“— Soy una chica con muchas inseguridades, puedo llegar al punto de ser impulsiva y hacer algo que no le gusta a la otra persona... Es un defecto horrible.
La menor estaba cansada de su comportamiento impulsivo con sus parejas anteriores, decidió hablar de eso mediante una llamada con la única persona de confianza, su mejor amigo.
El silencio se presentó por unos segundos, los cuales hacían parecer minutos y eso solamente ponía a la chica más nerviosa de lo que ya estaba.
Hasta que el chico habló:
— Tener inseguridades es normal, eso no te hace menos y mucho menos es un defecto, no tienes porque pensar eso de ti, eres una chica de buen carácter y linda, no entiendo porque dejas que esas cosas te afecten... — El tono en el que hablaba hacia saber a la chica que lo decía con sinceridad, no era un método tonto de intentar hacerla bien a ella como si fuera su obligación, él de verdad quería que se sintiera querida.
El mayor siempre decía cosas positivas de la chica para hacerla comprender que siempre está para ella, pero nunca notó que los cumplido que le decía a la menor hacia que naciera un sentimiento hacia él.
Que dentro de poco sería la razón por su distanciamiento.
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Aveces la gente siente algo por los demás sin querer, no es como si uno quiera sentir algo por una persona en especial, se entiende, claro.
Cuando ya la cosa llega al límite se empieza a ser insistente en que acepte sus sentimientos, hasta llegar al punto de ser pesados.
Pero no hay que culpar al amor ¿Verdad? Después de todo ‘no estamos concientes’ de nuestros actos, o eso creemos.”
