poisonsmaid

recibe este rostro mío, mudo, mendigo. recibe este amor que te pido. recibe lo que hay en mí que eres tú.

moonprinz

hoy un felino descansaba sobre su regazo. Jinshi recargó la mejilla en el puño de una mano, mirándola fijo, como esperando una nueva reacción en ella.
          
          "¿estará celosa?", se preguntaba, risueño.
          
          —¿puedes adivinar cómo se llama? —un pequeño juego para comenzar el día de la mejor manera. no acotó nada más.

moonprinz

desde esa misma mañana. esbozó una sonrisa que no se preocupó por ocultar detrás del dorso de una mano. la pequeña boticaria le causaba gracia, pero no era, precisamente, el motivo de su sonrisa.
            
            —no. —casi, pero no; esa información la resguardaba a su favor. aplaudió dos veces, entretenido—. ¡hagamos algo! te daré dos oportunidades más. si aciertas, haré lo que me pidas. si no, harás lo que yo diga. absolutamente todo vale.
            
            impuso un arbitrario y conveniente cambio en las reglas del juego al que no podía negarse a participar si quiere contentarlo. (o ahorrarse sus reproches).
            
            —primera pista: lleva el nombre de alguien que ha dejado huella encdonde pasa desde su llegada al palacio.
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poisonsmaid

he encontrado un hongo extraño...

poisonsmaid

tensó los músculos, de pronto muy recta en su postura. alzó la mirada hacia él y reparó en el castigo que la falta de sueño ejercía sobre él. abrió la boca, mas de sus labios no salió ningún sonido. estuvo unos segundos observándolo, en absoluto silencio. 
            
            tampoco dijo nada cuando se vio envuelta entre sus brazos. 
            
            en su lugar, asintió con la cabeza y se separó un poco: sus pequeñas manos buscaron el rostro del joven, y no pudo evitar pasar los pulgares por sus párpados. ──tú no estás descansando. conseguiré algo para ti.
            @moonprinz
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moonprinz

le sostuvo por los hombros, reteniéndola en su lugar. estaba demasiado cansado como para sermonearla de nuevo; se veía en las oscuras sombras que tiraban de sus ojos. no lucía menos hermoso, sino diferente.
            
            —ya hablamos de esto —refunfuñó, postrándose frente a ella. largos y fornidos brazos envolvieron la esbelta cintura de la boticaria y la atrajeron hacia él, quien el rostro enterró entre sus ropajes mundanos—. mm... ¿estás comiendo bien?
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poisonsmaid

...¿sorpresa? ¡pero- pero estoy bien!
            @moonprinz
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moonprinz

—tan diligente como siempre. —los buenos ánimos de la chiquilla eran contagiosos, capaces de robarle una sonrisa. la miraba con orgullo—. realmente eres de fiar, boticaria.
          
          se hizo con los chocolates y entonces vio, al acortar las distancias, los restos de chocolate en el rostro de la chica. se humedeció los labios cuando cierta ocurrencia se le cruzó por la mente.
          
          —oye. —hábil diestra extendió para rozar la mejilla adversa, así impedía que le desviara la mirada. perfiló su rostro y la dejó sin escapatoria—. tienes toda la boca sucia, ¿estuviste comiendo a "modo de prueba", mm?
          
          el pulgar alzó, con miras de tocar esos bonitos labios. la yema deslizó por estos, retirando los restos del dulce, y dejó la punta del mismo dedo embadurnada en el chocolate a su disposición.
          
          —dale una probadita, venga.

moonprinz

—eres de fiar —repuso él, contento—, así como eres linda cuando comes de mi mano. ¿quieres más?
            
            la mano que tenía libre se perdió dentro de la bolsita de los chocolates. tomó uno, comprobando la excelente consistencia lograda, y se lo acercó a la boca una vez más.
            
            —di "aaaah".
            
            los chocolates no eran para ellos. su "amigo" no iba a quejarse si faltase uno o dos, pero tampoco debían desperdiciarlo. es un detalle que Jinshi omite deliberadamente, mas no censura el disfrute que le provoca.
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poisonsmaid

pela tu corazón como si fuera una granada.
          ofreceselo, con las palmas hacia afuera. 
          dile "come".
          
          mira cómo se mancha de rojo por ti. 
          estás en sus dientes.
          
          te besará con esa boca.

poisonsmaid

«con que su acompañante...», pensó para sus adentros. no se atrevió a formularlo en voz alta, pero a pesar de su reticencia, ser la acompañante de aquel apuesto eunuco no era algo que le causara repulsión. 
            
            era, más bien, todo lo contrario. 
            
            ──¿las pe...? ──alzó repentinamente ambas cejas y se llevó ambas manos a la nariz, cubriendo aquellas desperdigadas constelaciones durante un segundo. ──no entiendo por qué te gustan. ──masculló, mas él ya se había retirado.
            @moonprinz
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moonprinz

—sí, señorita. diremos que eres mi acompañante y todo lo demás fluirá. —de sus comisuras tiraba una sonrisa genuina—. no te quites las pecas.
            
            la última parte resonó con el tono severo de una orden. se retira entonces, saludando con la mano.
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poisonsmaid

su corazón pareció hundirse en lo más profundo de su pecho una vez comprobó que sus ojos permanecían fijos en los suyos. tragó saliva, como si el ser vista de aquella forma le hiciera bombear sangre frenéticamente, y carraspeó. 
            
            ──¿¡me permite probarlas!? ¡por supuesto que me interesa! son antioxidantes, y desde luego frutos muy singulares. 
            @moonprinz
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moonprinz

la recibió el propio Jinshi, ataviado en peligrosas prendas para dormir que poco y nada dejaban a la imaginación respecto a su trabajada figura.
          
          —viniste —reparó. en su voz había genuina sorpresa, como si no se hubiese tratado de una orden directa—. menos mal. no me termina de agradar desayunar solo. hoy sólo estaremos tú y yo.

moonprinz

el eunuco negó suavemente con la cabeza y con un grácil ademán la invitó a entrar. había un agradable aroma flotando en el ambiente.
            
            —de hecho, llegas justo a tiempo. —levantó de la mesa un pequeño plato en el que había servido un puñado de frutas cortadas y maceradas en dulce. sostuvo el plato frente a la boticaria, resguardando cierta distancia—. dejaron esto en mi puerta. tocaron tres veces, como te dije que hicieras, y cuando abrí ya no había nadie. ¿qué opinas?
            
            no pretendía que lo pruebe, sino que compruebe si se veía y olía como naturalmente lo hace. a él se lo parecía.
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moonprinz

boticaria, ¿qué haces?

moonprinz

—de... de nada. —el corazón le da un vuelco cuando se vuelve objeto de su mirada, de esa mirada. no es el tipo de reacción que espera de las mujeres que lo rodean—. ya, ve a descansar. te hace falta.
            
            ¿por qué no se derrite con su tacto? la duda no le quita el sueño, tampoco hiere su orgullo, sino que le resulta... intrigante. le encanta verla trabajar:
            
            —mañana ven a primera hora. —y hasta cuando da una orden lo hace con dulzura; hay miel en cada una de sus palabras—. toca la puerta tres veces para poder identificarte.
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moonprinz

de su vaporosa tunica coge un pañuelo con el que le limpia la nariz. sus movimientos son firmes, seguros, y evocan un aura de protección cuando, después de haberla limpiado, acaricia con dulzura una de sus mejillas.
            
            —no seas obstinada.
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