Mi primera historia la comencé cuando tenía 14 años. Sí, era mi inicio, mi aprendizaje y mi primer salto al vacío con la escritura. Y como todo comienzo, tuvo sus fallas, pero también tuvo algo más valioso: valentía. Porque se necesita coraje para mostrar al mundo lo que sale de tu mente y corazón cuando apenas estás empezando.
Hoy, algunos tiran hate como si eso pudiera borrar el hecho de que cada palabra me hizo crecer, mejorar y llegar hasta aquí. Pero la verdad es que no me importa lo que digan. Esa historia, con todos sus errores, sigue siendo mía. Y gracias a ella hoy escribo lo que aman leer.
Así que si alguien piensa que puede derrumbarme con críticas vacías, se equivoca. No me detuvo a los 14 y mucho menos lo hará ahora. Yo sigo escribiendo, creando y disfrutando el camino con ustedes, que son quienes realmente importan.