Estoy en esas noches en las que mi cuerpo no da, en las que mi mente está tan agotada que me pregunta "¿Oye viejo, de verdad estás capacitado para seguir?" Por qué no puedo, a veces no siento estar donde debería, o no ser quien debería ser.
A su vez, no me ayudó. Y la clave está en eso. En qué no hago algo por mi, que sigo y sigo cagándola. En las que soy una farsa, alguien que se oculta bajo una capa. No puedo confiar, no me permito sentir y dejé de soñar.
Hoy mi arma es la calma, me temo que algo me falta. Ser sincero me sacó el karma, pero soy solitario, mi alma ya no habla.
Las noches son feas, y acabé con la idea de llenar un alma vacía, y por más que no quiera.
Los colores, se hacen grises y no hay rincón al que escapar.
Ilusiones infelices, mi confort es la soledad.
Creo que no soy tan bueno como un día prometí, y el insomnio pregunta "¿Cuánto puedo seguir?"
Gritándole al destino: "No te olvides de mí" y aunque varios lo hicieron, aún no puedo morir.