¡Príncipe Valarr! Es un verdadero privilegio contar finalmente con su grata presencia en esta magnífica celebración. Por un instante temí que no nos honraría con su compañía en el festín real, pero me complace profundamente verlo entre nosotros. Estoy segura de que sus hermanos y sobrinos estarán encantados de recibirlo, al igual que todo su pueblo; es sabido que es muy apreciado tanto en Luminaera como en todo Gardenya. No deseo extenderme más e interrumpir sus labores. Le deseo una acogida llena de júbilo y respeto, tal como corresponde a su distinguida persona. Si surge alguna duda o inconveniente, no dude en acudir a mí; ¡siempre estoy a su entera disposición! Que disfrute de una estancia maravillosa.