SoySebakLaRue

Buenas tardes a todos.

SoyGalaDeMartel

Una de las mejores amistades de la vampira era el brujo La Rue, se conocían desde hace tiempo pero no solían demostrarlo tanto públicamente, hasta el momento de hoy. Cómo casa viernes, las personas que estaban condenadas al "hoy sí" debían seguir los retos y órdenes de las otras personas y Gala no se salvaba de aquello. Para su suerte el reto era con Sebak, lo cual aliviaba muchas cosas y no tendría que ver confusiones. De Martel se había puesto de acuerdo con el hombre de cabello castaño y ahora ambos se encontraban en el mismo lugar y a la misma hora. 
          —¡Perfecto! Llegaste tiempo, hagamos esto rápido, ¿Sí? —tomó una de las manos del moreno en modo de súplica para después sonreir. No mentía cuando quería hacer todo aquello rápido, a pesar de ser amigos y conocer al otro, aquello llegaba a ser penoso, pero realmente no tanto. Agarró una tela negra que había encontrado en su hogar y le pidió de favor a su contrario que se lo colocará en los ojos y lo amarrara lo más seguro posible. Al finalizar, suspiró pesadamente y con ayuda de sus manos, buscó los botones de la camisa de este, como de costumbre, él casi siempre usaba camisas y sus pantalones formales.

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Con ayuda del mayor, logró ponerse de pie rápidamente y quitarse aquella venda que cubrían sus ojos para después correr a abrazar al contrario. No tenía tanta pena como esperaba, pero tampoco lo iba a presumir. 
            —Bueno, creo que fue un gran día para ti. —le presumió en cara y dejó un beso en su mejilla. —Ahora vete a vestir, tengo miedo que tu hermana me mate.
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—Si te ríes, te juro que nunca más te vuelvo a invitar a mi casa a ver películas de terror y nuestra amistad se termina. —amenazó antes de empezar a desabotonar torpemente los botones que decoraban la parte de en medio de la suave camisa. Sin querer queriendo, ella empezó a reír no porque este nerviosa, si no, porque no lograba desabotonar los primeros botones y pensaba que aquello tomaría una eternidad. Para su suerte, y con un poco de ayuda del de ojos claros, terminó de desabotar aquella larga camisa tomándose más tiempo del deseado, pero no importaba. Dejando el pecho descubierto de este, recordó una vez más el reto dentro de su cabeza ""Quitarle la camiseta a Sebak y de ahí besar su cuello hasta el abdomen"", rodó los ojos tapados por la tela negra y de un tirón se deshizo de la camisa que cubría el cuerpo de este. Tomó un respiro y no pudo evitar reírse de lo siguiente que haría, sin duda alguna quedaría en sus recuerdos más chistosos todo aquello. 
            —Espero que lo disfrutes, baboso, porque será la primera y última vez. —musitó riéndose y probablemente su risa sería acompañada por el contrario. Decidió apresurarse y con ayuda de sus dos dedos, índice y el de en medio, subió el mentón del brujo para que no le estorbara. Los besos de la castaña se dieron a relucir, empezando por la parte del cuello, pasó por la típica "manzana" que se le formaba en la garganta del muchacho y siguió el camino de su anatomía. Con sus manos se iba guiando para no parar en algún otro lado, y la guía principal era ir en línea recta. Cómo costumbre, Gala iba dejando besos cálidos por el cuerpo tibio de Sebak, no iba tan lento como lo haría con una persona que realmente fuera su pareja, pero tampoco los estaba dando por dar. A los segundos, ya se encontraba en el ombligo del chico y finalizó dándole un beso a este, un beso ruidoso para causar risas más que nada en ella.
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