@SoyOliverWhiteTA
Me alegra oírlo, no quisiera incomodarlo. —Dijo sonriente devolviendo su mirada al camino y acto seguido hizo un ademán con la mano señalando también un cabaret algo llamativo al final de un callejón, en el cuál habían casitas con un bombillo encendido, el cabaret tenía su respectivo anuncio: "cabaret de las cuatro P"— Hemos llegado.
━ ¡Muchas gracias! Yo soy Jacinto, un gusto.
Bienvenido sea, perdón por no llegar antes.
Bienvenido seas joven mortal
Bienvenido, que su estancia sea agradable y no tenga problemas
¿En serio? ¡Pues me parece excelente! —Exclamó con alegría exagerada a su vez que su otra mano también se posaba en el hombro del otro— Su compañía se nota que ha de ser muy placentera, después de todo luce como un hombre muy interesante
Espero que eso no sea un problema. —Dijo el joven a su vez que devolvía su mirada al rubio con curiosidad de su reacción —
Me pagan por ya sabes. —Soltó de forma sincera y descarada a su vez que se encogía de hombros—
Todo lo que deseas. —Menciono y cuando comenzó a hablar presto atención, y sonrió — Allah, Allah. Pero tenemos todo un artista, me parece genial.
Tengo 19 años, y... Bueno, quizás mi trabajo es evidente, ¿No?
☆— Bienvenido y esas cosas —☆
Se bienvenido espero tengas buena estancia.
Lamento informar que no soy una dama, soy hombre cielo
¡Muchacho! ── las palmadas casi igualan la gravedad de su voz, aunque amistosa. ── Bienvenido, bienvenido... Dos veces porque conmigo siempre hay doble diversión.
Cerró y fue hasta su lugar en el mustang. Ser el piloto lo llenaba de ánimo, es que le recordaba mucho a conducir un rayo por los cielos. Hizo rugir el motor y se puso en marcha.
¿Cuántas descargas eléctricas has aguantado desde hace unas semanas? ── la naturaleza de la pregunta era extraña aun después de haber manipulado el timbre de su voz para sonar trivial.
Un nombre común para un hombre afortunado, huh. ── pensó en voz alta, ¡era poco discreto! Se disculpó con su compañero soltando una sonrisa burlona. ── No me hagas caso en eso.
Abrió la puerta del copiloto y con un ademán exagerado le invitó a pasar.
Debes sentirte confundido, unos kilómetros resolverán todo.
Ya es costumbre que me llamen señor, lo dejaré pasar esta vez, pero si vas a estar atado a mí deberías acostumbrarte a pronunciar: Zeus. ── pasó el brazo por encima de sus hombros para obligarle a seguir sus pasos, iban directo a un automóvil, un mustang blanco aparcado en la esquina. Las aves murmuraban entre ellas tontas melodías al silbido de la brisa mañanera. Esta tarde tenía deseos de una tormenta. ── ¿Ya pregunté por tu nombre?