Antes de que el mundo se sumergiera en el caos, Lara era una respetada médica en un hospital local, dedicada a salvar vidas y brindar cuidado a los pacientes más necesitados.
Su pasión por la medicina la llevó a estudiar y trabajar arduamente, convirtiéndola en una profesional competente y compasiva. Lara era soltera y no tenía hijos, lo que le permitía centrarse plenamente en su carrera y en ayudar a los demás.
Después de un arduo viaje lleno de peligros y pérdidas, Lara y su familia lograron llegar a Alexandria, buscando un lugar seguro donde establecerse y reconstruir sus vidas en un mundo devastado. Su experiencia médica fue invaluable para la comunidad, ya que ayudó a establecer una infraestructura de atención médica y a capacitar a otros en técnicas de primeros auxilios y cuidado de heridos.